Si Putin invade Crimea, se la queda y lo más que le hacen es dejar sin vacaciones en Torrevieja a un par de sus palmeros, ¿acaso no voy yo a anexionarme Cuba y mantener bien alto el listón de comicidad política que España merece?
Adaptado (sólo un poquito) de La Opnión de Murcia, ALFREDO RAMÍREZ NARDIZ
Sí, habéis oído bien. Me propongo invadir la bella isla de Cuba. He dado ya las órdenes oportunas a las Fuerzas Armadas para que la flota zarpe mañana mismo, cruce el Atlántico y nos devuelva lo que injustamente nos fue robado en 1898. Para los que duden de que, debido a la crisis, la Armada se encuentre en condiciones operativas para semejante operación, he de deciros que he aprobado que se dedique un 25% del presupuesto de este mes dedicado a coches oficiales para que con ello se sufraguen los costes inherentes a esta acción patriótica. Lo lamento por los alcaldes de las provincias de Murcia y Alicante a los que, por sorteo, les ha correspondido quedarse además sin fondos para asesores para los próximos dos meses. Soy consciente de que las dos medidas unidas les harán recluirse en casa y callarse (al no tener vehículo en el cual desplazarse, ni nada que decir por no haber quien les aconseje sabiamente). Sé el sufrimiento atroz que esto supondrá para sus vecinos. Pero todo sea por España.
¡Cuba española! Por supuesto, será necesario realizar un referendo para que los cubanos manifiesten su irrefrenable voluntad de ser españoles. Para ello, y una vez la isla se encuentre bajo nuestro control, he decidido enviar a Cuba al mayor experto español en consultas y referendos, esto es, a Artur Mas. Soy consciente de que, con este nombramiento, corremos el riesgo cierto de que en dicho referendo los cubanos pidan simultáneamente unirse e independizarse de España. Pero todo sea por la democracia. Además, mi ministro del Interior, en los ratos libres que le deja su relación con el espíritu de Santa Teresa, me ha informado de que Cuba ha de adaptarse a la rica realidad española desde el primer momento y nada mejor para ello que enviarles al bueno de Artur.
La vuelta de la hermosa isla caribeña al redil hispano no reportará más que ventajas. Nosotros disfrutaremos de sus lujuriosas playas y ellos de la grandeza de nuestra clase política. Es por ello que, una vez se consume la unión, tengo la intención de mandar a mis compañeros de Gobierno y de partido a tierras cubanas a ilustrar a nuestros nuevos compatriotas en las bondades de la democracia española: lo primero será organizar la isla en varias Comunidades autónomas; a continuación habrá que crear unas cuantas Diputaciones provinciales; los municipios de rigor; unas pocas empresas públicas... Lo imprescindible para que la democracia sea tal y los cubanos dispongan de lo esencial para el triunfo de la libertad: una Administración sólida y rica en organismos. Una vez hayamos logrado semejantes logros, el ministro Montoro se desplazará a Cuba para elaborar y establecer los lógicos impuestos y tasas que sostendrán dicha estructura administrativa. La libertad no es gratis, como todos sabemos.
Adaptado (sólo un poquito) de La Opnión de Murcia, ALFREDO RAMÍREZ NARDIZ
Adaptado (sólo un poquito) de La Opnión de Murcia, ALFREDO RAMÍREZ NARDIZ
Sí, habéis oído bien. Me propongo invadir la bella isla de Cuba. He dado ya las órdenes oportunas a las Fuerzas Armadas para que la flota zarpe mañana mismo, cruce el Atlántico y nos devuelva lo que injustamente nos fue robado en 1898. Para los que duden de que, debido a la crisis, la Armada se encuentre en condiciones operativas para semejante operación, he de deciros que he aprobado que se dedique un 25% del presupuesto de este mes dedicado a coches oficiales para que con ello se sufraguen los costes inherentes a esta acción patriótica. Lo lamento por los alcaldes de las provincias de Murcia y Alicante a los que, por sorteo, les ha correspondido quedarse además sin fondos para asesores para los próximos dos meses. Soy consciente de que las dos medidas unidas les harán recluirse en casa y callarse (al no tener vehículo en el cual desplazarse, ni nada que decir por no haber quien les aconseje sabiamente). Sé el sufrimiento atroz que esto supondrá para sus vecinos. Pero todo sea por España.
¡Cuba española! Por supuesto, será necesario realizar un referendo para que los cubanos manifiesten su irrefrenable voluntad de ser españoles. Para ello, y una vez la isla se encuentre bajo nuestro control, he decidido enviar a Cuba al mayor experto español en consultas y referendos, esto es, a Artur Mas. Soy consciente de que, con este nombramiento, corremos el riesgo cierto de que en dicho referendo los cubanos pidan simultáneamente unirse e independizarse de España. Pero todo sea por la democracia. Además, mi ministro del Interior, en los ratos libres que le deja su relación con el espíritu de Santa Teresa, me ha informado de que Cuba ha de adaptarse a la rica realidad española desde el primer momento y nada mejor para ello que enviarles al bueno de Artur.
La vuelta de la hermosa isla caribeña al redil hispano no reportará más que ventajas. Nosotros disfrutaremos de sus lujuriosas playas y ellos de la grandeza de nuestra clase política. Es por ello que, una vez se consume la unión, tengo la intención de mandar a mis compañeros de Gobierno y de partido a tierras cubanas a ilustrar a nuestros nuevos compatriotas en las bondades de la democracia española: lo primero será organizar la isla en varias Comunidades autónomas; a continuación habrá que crear unas cuantas Diputaciones provinciales; los municipios de rigor; unas pocas empresas públicas... Lo imprescindible para que la democracia sea tal y los cubanos dispongan de lo esencial para el triunfo de la libertad: una Administración sólida y rica en organismos. Una vez hayamos logrado semejantes logros, el ministro Montoro se desplazará a Cuba para elaborar y establecer los lógicos impuestos y tasas que sostendrán dicha estructura administrativa. La libertad no es gratis, como todos sabemos.
Adaptado (sólo un poquito) de La Opnión de Murcia, ALFREDO RAMÍREZ NARDIZ
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