Por Carlos Batista (AFP) – Hace 1 día
LA HABANA — Las reformas económicas en Cuba están "bien orientadas", pero son "lentas y no lo suficiente profundas", dijo este viernes a la AFP el economista cubano Carmelo Mesa-Lago, autor de un nuevo libro sobre el gobierno de Raúl Castro, el más completo análisis publicado hasta la fecha.
"Las reformas estructurales han sido lentas y no lo suficiente profundas; Cuba no ha avanzado en los últimos siete años --desde que Raúl Castro asumió el mando-- como China y Vietnam", escribió el abogado y economista de 78 años, profesor emérito de la Universidad de Pittsburgh (EEUU), al responder por correo electrónico un cuestionario de la AFP.
"Las reformas son bien orientadas", añadió el académico emigrado en los años 60, quien distingue en su libro "Cuba en la era de Raúl Castro: Reformas económico-sociales y sus efectos" (Editorial Colibrí de España) tres tipos de cambios: medidas administrativas, cambios no estructurales y reformas estructurales.
Afirmó que "las reformas (estructurales) adolecen de contradicciones en su diseño, porque se toma una medida positiva pero se le introducen trabas, desincentivos, exceso de impuestos, etc., con lo cual se entorpece su éxito y hay que hacer una modificación".
Ejemplificó con la entrega de tierras ociosas en usufructo, cuya reglamentación tuvo que ser modificada después para hacerla viable.
Las reformas contemplan además el recorte de la nómina estatal y la ampliación del trabajo privado, la supresión de algunos subsidios, una reforma tributaria y la creación de cooperativas no agrícolas, entre otras medidas.
Mesa-Lago dijo que los más de 300 "lineamientos" económicos aprobados por el VI Congreso del Partido Comunista (único) en abril de 2011 --a propuesta de Raúl Castro--, son "una lista bien larga de metas o aspiraciones".
El problema de los lineamientos es su "falta de precisión y pautas para la implementación. Por ejemplo, no se define en qué consiste la actualización del modelo, el balance entre el plan y el mercado", dijo.
Además, "hay numerosas metas en el sector externo sin ninguna indicación de cómo alcanzarlas", añadió.
Indicó que entre las medidas pendientes más complejas figura "una nueva ley de inversiones extranjeras", pues la dictada en 1995 está "obsoleta" y es urgente "ampliar notablemente el ámbito de las inversiones".
Académicos cubanos y la Iglesia Católica han elogiado las reformas, pero han instado a imprimirle velocidad, a lo que el presidente ha respondido que éstas continuarán "sin prisa, pero sin pausa", con el fin de "perfeccionar el socialismo".
Raúl Castro instó el martes a sus ministros a "resistir a las presiones de quienes insisten en que debemos ir más rápido", y consideró que "se avanza a buen ritmo, pues la magnitud y complejidad de los problemas no permiten que podamos resolverlos de un día para otro".
La velocidad de las reformas no sólo se refiere a la urgencia de resultados, sino al tiempo que tiene la generación histórica del régimen para implementarlas: Raúl Castro, de 81 años, inició en febrero su último mandato de cinco años.
"Hay cinco años para completar la actualización del modelo y las reformas estructurales, lo cual se contradice con la intención de hacerlas 'sin prisas'", observó Mesa-Lago.
Sin embargo, dijo que ahora percibe "cierta aceleración", que atribuye a tres posibles causas: la falta de resultados sustanciales; preocupación por su alianza con Venezuela tras la muerte de Hugo Chávez; y los fallidos intentos cubanos de encontrar petróleo en el Golfo de México.
Las reformas partieron de propuestas formuladas en asambleas en centros de trabajo y estudio de toda la isla en 2007 y 2008.
"Buena parte de las propuestas ha sido incorporada en las reformas, pero la mayoría son las menos importantes, excepto la entrega de tierras en usufructo y la expansión del trabajo no estatal", dijo Mesa-Lago, autor de más de 60 libros.
"El gobierno ha autorizado 186 ocupaciones cuentapropistas, pero la gran mayoría es sin cualificación y no se permite a los graduados universitarios practicar su profesión por cuenta propia, algo propuesto en el debate", dijo.
Recordó que durante las asambleas de base "hubo bastante consenso en que había que transformar el sistema de manera profunda e integral, con una mayor descentralización en la toma de decisiones y un papel más importante del mercado que lo que se percibe hasta ahora".
LA HABANA — Las reformas económicas en Cuba están "bien orientadas", pero son "lentas y no lo suficiente profundas", dijo este viernes a la AFP el economista cubano Carmelo Mesa-Lago, autor de un nuevo libro sobre el gobierno de Raúl Castro, el más completo análisis publicado hasta la fecha.
"Las reformas estructurales han sido lentas y no lo suficiente profundas; Cuba no ha avanzado en los últimos siete años --desde que Raúl Castro asumió el mando-- como China y Vietnam", escribió el abogado y economista de 78 años, profesor emérito de la Universidad de Pittsburgh (EEUU), al responder por correo electrónico un cuestionario de la AFP.
"Las reformas son bien orientadas", añadió el académico emigrado en los años 60, quien distingue en su libro "Cuba en la era de Raúl Castro: Reformas económico-sociales y sus efectos" (Editorial Colibrí de España) tres tipos de cambios: medidas administrativas, cambios no estructurales y reformas estructurales.
Afirmó que "las reformas (estructurales) adolecen de contradicciones en su diseño, porque se toma una medida positiva pero se le introducen trabas, desincentivos, exceso de impuestos, etc., con lo cual se entorpece su éxito y hay que hacer una modificación".
Ejemplificó con la entrega de tierras ociosas en usufructo, cuya reglamentación tuvo que ser modificada después para hacerla viable.
Las reformas contemplan además el recorte de la nómina estatal y la ampliación del trabajo privado, la supresión de algunos subsidios, una reforma tributaria y la creación de cooperativas no agrícolas, entre otras medidas.
Mesa-Lago dijo que los más de 300 "lineamientos" económicos aprobados por el VI Congreso del Partido Comunista (único) en abril de 2011 --a propuesta de Raúl Castro--, son "una lista bien larga de metas o aspiraciones".
El problema de los lineamientos es su "falta de precisión y pautas para la implementación. Por ejemplo, no se define en qué consiste la actualización del modelo, el balance entre el plan y el mercado", dijo.
Además, "hay numerosas metas en el sector externo sin ninguna indicación de cómo alcanzarlas", añadió.
Indicó que entre las medidas pendientes más complejas figura "una nueva ley de inversiones extranjeras", pues la dictada en 1995 está "obsoleta" y es urgente "ampliar notablemente el ámbito de las inversiones".
Académicos cubanos y la Iglesia Católica han elogiado las reformas, pero han instado a imprimirle velocidad, a lo que el presidente ha respondido que éstas continuarán "sin prisa, pero sin pausa", con el fin de "perfeccionar el socialismo".
Raúl Castro instó el martes a sus ministros a "resistir a las presiones de quienes insisten en que debemos ir más rápido", y consideró que "se avanza a buen ritmo, pues la magnitud y complejidad de los problemas no permiten que podamos resolverlos de un día para otro".
La velocidad de las reformas no sólo se refiere a la urgencia de resultados, sino al tiempo que tiene la generación histórica del régimen para implementarlas: Raúl Castro, de 81 años, inició en febrero su último mandato de cinco años.
"Hay cinco años para completar la actualización del modelo y las reformas estructurales, lo cual se contradice con la intención de hacerlas 'sin prisas'", observó Mesa-Lago.
Sin embargo, dijo que ahora percibe "cierta aceleración", que atribuye a tres posibles causas: la falta de resultados sustanciales; preocupación por su alianza con Venezuela tras la muerte de Hugo Chávez; y los fallidos intentos cubanos de encontrar petróleo en el Golfo de México.
Las reformas partieron de propuestas formuladas en asambleas en centros de trabajo y estudio de toda la isla en 2007 y 2008.
"Buena parte de las propuestas ha sido incorporada en las reformas, pero la mayoría son las menos importantes, excepto la entrega de tierras en usufructo y la expansión del trabajo no estatal", dijo Mesa-Lago, autor de más de 60 libros.
"El gobierno ha autorizado 186 ocupaciones cuentapropistas, pero la gran mayoría es sin cualificación y no se permite a los graduados universitarios practicar su profesión por cuenta propia, algo propuesto en el debate", dijo.
Recordó que durante las asambleas de base "hubo bastante consenso en que había que transformar el sistema de manera profunda e integral, con una mayor descentralización en la toma de decisiones y un papel más importante del mercado que lo que se percibe hasta ahora".
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