dimanche 17 février 2013

Cuba en la aldea global

La resignación a esperar por las bondades que traerá la ulterior aldea planetaria no sería nuestro dilema si en un futuro cercano se decidiera correctamente.

Pensar y analizar la realidad contemporánea nos obliga a ser consecuentes con ella. Nada permanece inamovible por lo que urge ajustar nuestros criterios a las nuevas circunstancias y actuar consecuentemente. 

El Nuevo Orden ha comenzado reuniendo zonas geográficas, las que se enfrentan en constante y creciente batalla por dominar la economía global. La primera disyuntiva que presenta “el nuevo proyecto histórico” está enfocado a resolverse en el meandro donde confluyen sus puntos neurálgicos, es decir, entre la decisión de elegir por una de las dos alternativas del plan, la primera estaría enfocada a la elección o a la obligatoriedad de quedar fuera de los núcleos de poder o pertenecer a la avanzada del Estado-Nacional reunido con los Estados más desarrollados económica y tecnológicamente de la Región (Estado-regional) que viene a ser el peldaño anterior al Estado-Global. 

Según comenta Heinz Dieterich en su “Teoría y Praxis del Nuevo Proyecto Histórico” “…el Estado de la sociedad global no sustituirá por mucho tiempo, a los estados nacionales, ni a los regionales, sino formará con ellos la superestructura política de las polis planetarias. Es indudable que el Estado nacional pierde poder frente al capital transnacional; sin embargo, no desaparecerá; entre otras razones, porque es el ente jurídico que representa a la nación ante la comunidad mundial en negociaciones y tratados internacionales. Esta representación se realiza mediante ficción jurídica-política de la identidad entre política gubernamental e “intereses nacionales” -en cuyo nombre actúan los gobiernos- son determinados en virtual exclusividad por las elites dominantes. Para acabar con esta usurpación de las facultades soberanas del pueblo y para democratizar el Estado global, deben someterse todos los arreglos internacionales importantes a referendos de las sociedades civiles particulares, para establecer la congruencia entre los verdaderos intereses nacionales y la realpolitik del Estado. Cosa que ahora mismo no es posible. 

Las facultades que el Estado nacional de manera ineludible perderá poder en este proceso objetivo de evolución, mientras pasarán gradualmente a ampliar los poderes de la superestructuras políticas regionales y del Estado global…” ( )

La resignación a esperar por las bondades que traerá la ulterior aldea planetaria no sería nuestro dilema si en un futuro cercano se decidiera correctamente. Cuba está situada en la mejor posición para iniciarse en uno de los bloques que pugnan por el poder económico y por el control de zonas importantes desde el punto de vista geográfico, estratégico-militar y económico. 

Quienes no rompan con el dogmatismo irán en la cordura del Quijote y sobre Rocinante prestos y con la adarga al brazo, seguros que estarían enarbolando su carga contra “gigantes”. Los países que queden al margen de los núcleos de poder seguirán por mucho tiempo siendo proveedores de materia prima y mano de obra barata. Europa vuelve a estar tentada y necesitada de sus antiguas colonias. Brasil a mediano plazo estará acoplado a la Comunidad Europea o fundida a Norteamérica, quiero decir con esto que la unidad de los Estados no dependerá única y exclusivamente de factores geográficos, el Commonwealth es una realidad con resultados excelentes que traerá otras realidades muy similares buscadas y concebidas desde los diferentes centros de poder.

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