samedi 23 mars 2013

Liberar la carne de res, entre la polémica y la operación Tauro por Isaac Ramos desde Cuba


Carne de resEn la isla comer una carne de res cuesta caro, y bien caro, alega Gilberto González, un carnicero que llevó en sus espaldas 12 años al querer ayudar a una familia de vecinos de un reparto de Cuba.

Tal pareciera un poco divertido. Cundo intenté escribir, pensé: “Y si ahora liberan esta carne, ¿quién pagará los años y el sacrificio en la cárcel de miles de personas, al estilo del dólar americano en la década de los noventa?

Al nacer en el año dos mil diez un nombre zodiacal para una aventura policial, lo cierto es que Tauro ha perdido en la isla, en cierto grado, su connotación de signo zodiacal o de constelación para convertirse en ave de mal agüero para los matarifes de ganado o cuatreros, dicho en palabras de la máxima dirección del país.

A partir de agosto de ese año, Cuba emprende una operación bajo ese nombre, dirigida a cerrar a cal y canto los delitos contra el ganado mayor, con la intervención del Ministerio del Interior (MININT), la Fiscalía y de otros organismos, instituciones y organizaciones vinculados con el fenómeno.

Impulsada en función de restituir el desarrollo ganadero y con los pies afincados en los Lineamientos de la Política Económica y Social aprobados en el VI Congreso del Partido, la operación Tauro busca revertir la impunidad que durante años arropó estos hechos, contribuir a eliminar las causas y condiciones que favorecen su ocurrencia y, a la par, perfeccionar el sistema de enfrentamiento.

Sancti Spíritus adentro, ¿cuáles son las experiencias y saldos dejados por el conjunto de acciones contra estas manifestaciones delictivas?, ¿hasta qué punto se ha acuartonado realmente el problema en los potreros?, ¿qué factores continúan abriéndoles las cercas en nuestras tierras?

Fuentes del MININT en el territorio reportan 1 015 hechos contra la masa vacuna y equina al concluir el año anterior, 773 menos en relación con los registrados en el 2011, cifra que revela, en primer término, mayor enfrentamiento; sin embargo, su trasfondo promueve las más diversas opiniones.

Por tipicidades, en el 2012 ocurrieron 436 hechos de hurto y sacrificio ilegal, alrededor de 90 menos con respecto a igual período pasado, y 579 hurtos de animales, que implicó una reducción de 680, según la misma fuente.

Visto así, directivos y funcionarios podrían acodarse sobre el buró y los propietarios estatales y particulares desensillar las bestias para tomarse un descanso. Craso error. Un dato eclipsa cualquier síntoma de conformidad: si bien en enero del año
precedente se contabilizaron 67 casos, sumados ambos delitos, al cierre del mes, en diciembre el número aumentó hasta 106.

En análisis reciente del tema y al conocer la tendencia alcista, se orientó revertir de inmediato dicho panorama.
De acuerdo con la dirección de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) aquí, los sistemas de enfrentamiento muestran señales de debilitamiento progresivo y las medidas no logran el impacto esperado, al no acorralar lo suficiente las causas y condiciones que sirven de abono al fenómeno, entre estas, el pastoreo de los animales a orillas de la carretera u otras vías, interpretado, por la mayoría, como servirle al delincuente el delito en las manos.

Más de una valoración del asunto en la provincia e, incluso, en la Asamblea Nacional del Poder Popular han puesto sobre la mesa las razones del problema, díganse, por ejemplo, el descontrol de la masa pecuaria en las empresas estatales y en el Centro Nacional de Control Pecuario (CENCOP), la insuficiente vigilancia, la falta de accionar de los factores de la comunidad en el enfrentamiento a estas conductas y la existencia de poseedores de ganado sin tenencia de tierras.

A raíz de reflexiones sin medias tintas, encabezadas por las autoridades de la provincia, el control de los rebaños ha ganado cierto espacio; pero aún dista de ser el necesario para poner a raya a quienes apuestan por llenar sus bolsillos a costa
de un renglón económico de significación como la ganadería.

Según la dirección del CENCOP en Sancti Spíritus, el control pecuario ha avanzado; no obstante, preocupa, que alrededor del 10 por ciento de los nacimientos no se reporte en el tiempo fijado, síntoma de indisciplina por parte de los propietarios.
Para darle la estocada de gracia al problema, la jefatura del MININT en el territorio instó a lograr un verdadero control desde el nivel intermedio (municipio) hacia la base, sin desconocer lo vital de realizar más comprobaciones también por parte de la provincia.

Varias fuentes coinciden en la urgencia de elevar todavía más las coordinaciones entre las fuerzas del Ministerio del Interior, la Agricultura y la propia Asociación Nacional de Agricultores Pequeños con miras a poner contra las cuerdas estas tipicidades delictivas, cuya cifra de esclarecimiento por los órganos competentes debe incrementarse con la cooperación de todos.

A colación con ello, otra certeza tampoco debe enterrarse: el enfrentamiento al delito contra el ganado mayor -con marcadas afectaciones en los municipios de Sancti Spíritus, Cabaiguán y Trinidad- no solo corre a cuenta de la PNR.

Informes del MININT hablan de la desarticulación de cerca de 80 cadenas delictivas en el contexto de la operación Tauro y la imposición de sanciones que van desde la privación de libertad hasta multas, a tenor de la aplicación consecuente del Código Penal.

La ausencia de la carne de res liberada, a precios razonables en pesos cubanos (CUP) en la red minorista, no justifica que determinados ciudadanos se beneficien de ello para oxigenar el mercado negro a sus caprichos, en detrimento de la economía.
Perjuicios ascendentes a decenas de miles de pesos confirman el impacto de este actuar antisocial, que repercute, además, en la matanza de animales destinados a las producciones lechera y cárnica o empleados como medios de labranza o de transporte.

La sistematización y la coordinación deben enlazarse con más fuerza para que Tauro embista sin piedad contra quienes desandan los potreros, cuchillo y saco en mano, a cuenta y riesgo de verse mañana o quizás luego escuchando la voz
enérgica del juez:

“Acusado, usted ha sido sancionado a…”.

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