lundi 15 juillet 2013

Las crisis de 1898 y de 2013: dos caras de una misma moneda.

Las crisis de 1898 y de 2013: dos caras de una misma moneda.


¡Crisis institucional! ¡Crisis política! ¡Crisis económica! Los medios de prensa tienden a repetir sin descanso los mismos lugares comunes, sin embargo la actual situación no es nueva y ya se ha vivido antes en la historia reciente de España; sólo que el olvido estimulado por el contubernio de los mismos poderes concordantes (económicos y políticos) sumado a nuestra perniciosa tendencia a la autoflagelación, impide ver esta realidad con la precisión necesaria. Veamos.

Las ideas secesionistas de Cataluña y del País Vasco estaban ya muy presentes a finales del siglo XIX como se muestra en esta reseña de Isabel Pérez[1] “. El PNV observará la independencia cubana como el preludio de la desmembración hispana, incluso Arana felicita a EEUU por la victoria. En Cataluña, Prat de la Riba encabezará un movimiento tendente a obtener una Mancomunidad para Cataluña que desequilibrará la política de la Restauración de las primeras décadas del siglo XX.”

El Regeneracionismo impulsado por una gran parte de la clase intelectual afirmaba que entre otras causas del Desastre del 98 se hallaban la corrupción política, el caciquismo, el atraso económico y social. Si España quisiera modernizarse, renovarse, regenerarse, debería, según la opinión de aquellos insignes varones de ilustre memoria, tomar entre otras las siguientes medidas:

· Reformar la educación
· Eliminar el caciquismo
· Dignificar la vida política

¿Se han llevado a cabo completamente estas medidas tenidas por indispensables hace 115 años por los intelectuales españoles para salvar a España? Basta leer los titulares de los principales periódicos de la Península para obtener una respuesta negativa. Barcenas, Gurtel, los ejemplos de una clase política alejada de la “dignidad” requerida no faltan y abundan.

En cuanto al caciquismo[2] nada se ha hecho, los Romanones campean por sus respetos en Andalucía, Cataluña, el País Vasco, por donde quiera que haya poder, dinero y prebendas del que apoderarse, allí están ellos, ufanos y orondísimos haciendo de las suyas, como acaba de denunciar un reciente editorial del UPyD[3] sin que nadie les moleste.

Pocos lo saben pero una de las causas de la pérdida de Cuba para España fue provocada por las repetidas negativas catalanas[4] a perder el exclusivo comercio que tenía con la isla. El fracaso de las reformas de Maura y muchas otras tentativas que fueron surgiendo tras el Pacto del Zanjón, fueron abortados por los intereses particulares de la Corona, de los negreros y de los banqueros[5] de la época. Por eso resulta innegable que la crisis general que se vive hoy día se parece punto por punto a la que ya se vivió a finales del siglo pasado; las mismas causas provocan los mismos efectos, tanto en la experimentación científica como en el dominio social. Poco o nada se ha aprendido de los errores pasados. El país se halla en una encrucijada histórica y sus líderes institucionales parecen incapaces de proponer un programa nacional generador de esperanza, al contrario.

Además del caso ya citado, podemos poner el ejemplo de las provisiones y suministros del Ejército español en Cuba que bajo el mandato del general Weyler se facturaban un 60% por encima de su precio real;[6] la ignominia de la leva forzosa de la que podían librarse las familias adineradas, es decir las mismas que se beneficiaban del desparpajo colonial. No olvidemos tampoco que las justas reivindicaciones cubanas se debieron más que nada a la corrupción de los funcionarios coloniales que amparados por la desidia, contribuyeron a la radicalización del separatismo insular. Pocos los recuerdan pero la Cuba decimonónica era conocida, no sólo por sus fabulosas riquezas, sino porque éstas podían ser fácilmente robadas, al punto que se le conocía como el “país del chocolate”[7] y no precisamente por la producción de cacao.

Cuba no se perdió, la perdieron los políticos corruptos, la inercia, la abulia y la falta de voluntad política. Los culpables de ayer nunca fueron castigados, siguieron enriqueciéndose, ocupando puestos dentro del gobierno en España y en Cuba. ¿Qué ocurrirá con los de hoy, también se saldrán con la suya?

La única nota de esperanza es la educación, donde sí que se han cumplido las aspiraciones de la generación de 98. Hoy no sólo los jóvenes españoles pueden beneficiarse de la excelente formación brindada por el estado para salir del infierno en el cual se ha convertido España y triunfar en otra parte, sino que son capaces, gracias a la nuevas tecnologías y tras la caída de la dictadura, al ejercicio continuado de la democracia, de unirse para influir como nunca antes en la historia de la nación en la vida política de una manera mucho más activa y eficaz.[8]

Esperemos que un proyecto nacional ambicioso, no sólo español, asome pronto en el horizonte y sea capaz de propiciar, esta vez de verdad, la Regeneración hispana.



[4] Cesar Vidal, Los antecedentes de los privilegios catalanes, programa “Preguntas a la historia” (minuto 3 :15)
[5] Núñez Ferrán, La Creación del Primer Banco Central en Cuba y su Rol en la primera guerra Hispano-cubana de 1868. Mises Hispano. 27/0//2012
[6] Cuba Española, Emilio Reverter Delmás, tomo 6, Cuba Autonómica. P. 78
[7] El país del chocolate. (La inmoralidad en Cuba), Moreno, Francisco P. 1852-1919. Madrid, Impr. de F. García Herrero, 1887.
[8] Movimiento 15M o Indignados.

2 commentaires:

  1. ya te juzgaremos sin vergüenza siervo espanol....te vamos a nombrar "persona nom grata" en Cuba....ya lo verás...La Internet no olvida colega.....

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  2. querido amigo no comprendo tus reflexiones ¿qué criticas exactamente?

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