vendredi 26 juillet 2013

La costosa educación gratuita cubana

del blog de Yusnavi


Es común en Cuba cuando te quejas de problemas cotidianos que te respondan con: “…pero en Cuba la educación es gratuita”. A simple vista si es gratuita, pero el mito de este “logro revolucionario” esconde un oscuro procedimiento.
La gratuidad que presume el gobierno cubano a mi madre le costó mucho dinero.
Cuando entré en la secundaria el Ministerio de Educación dispuso que todas las clases en la isla serían televisadas; o sea, en cada aula del país hay un televisor y las clases están grabadas en cintas VHS. El profesor (de 18 años que pasó un curso de maestro de 6 meses) es el encargado de cuidar la disciplina del aula y atender que todos los estudiantes miren el televisor. Además, crearon dos canales educativos que transmiten teleclases continuamente. Ahora recuerdo todos esos días en la escuela que no había electricidad y no recibíamos clases.
Yo quería ir a la universidad, fue un sueño inculcado por mis padres desde pequeño. El nivel de la enseñanza decreció con las técnicas televisivas y me vi obligado a acudir a maestros particulares para llenar las lagunas en contenidos y conocimientos. Estuve estudiando 8 años con maestros particulares, que vale aclarar que ejercían esta labor ilícitamente. Tenía profesores privados de Matemática, Español, Física, Química e Historia de Cuba. ¡Excelentes profesores de la vieja escuela! Recuerdo con mucho cariño a Esteban, el de Historia de Cuba, que siempre me explicaba lo que “debía” escribir en los exámenes para aprobar, y luego, la verdad de la historia no contada en los libros actuales. Me cobraba 20 pesos cubanos la clase de dos horas, pero aprendí tanto que fue un dinero bien pagado.
“¿Cómo puede un niño aprender ortografía mirando todos los días un televisor?” Me decía siempre Felicia, mi profesora de Español, que por cierto fui felicitado porque obtuve en un examen de 8vo grado 100 puntos. Ella es una excelente profesora, de las que les apasiona educar. Por razones económicas se desvinculó del Ministerio de Educación.
Las pruebas de ingreso a la universidad son bien difíciles y rigurosas.
Generalmente examinan tres asignaturas: Matemática, Español e Historia. El aprobado se obtiene con 30 puntos, pero debido a las pocas plazas de ingreso, solamente lo logran las mejores notas. Quien quiera acceder a la educación superior y no tenga profesores particulares de estas tres asignaturas, a menos que sea un genio superdotado, lo tendrá bien difícil. ¡Y cada maestro cuesta! ¿Cómo podré agradecerles a mis padres? ¡Cuánto sacrificio hicieron gastando sus salarios y mucho más en mi educación! Con qué orgullo les dije un día: “Mami, papi, fui el tercero en el escalafón. ¡Entré a la universidad!”
Luego en la universidad tuve que seguir recibiendo clases particulares. En primer año tenía profesores privados de Cálculo, Álgebra y Química. ¡Ay Química! ¡Qué bruto era en Química! Jamás di una clase de esta asignatura en la secundaria ni en el preuniversitario; y claro, en la ingeniería se supone que ya tengas conocimientos previos de Química y comienzan el nivel avanzado; pero yo estaba perdido. Aprobé esta materia en examen extraordinario con 3/5 puntos (mínimo) y creo que fue por caridad de la profesora que vio mi empeño incansable.
El año pasado las pruebas de ingreso se tuvieron que hacer dos veces, porque la primera sólo pocos estudiantes en La Habana los aprobaron, y en la segunda tuvieron que bajar el nivel de dificultad para evitar el caos.
Terminé mi universidad. ¡Qué emoción el día que me dieron el título de graduado! Pero después de graduado viene el amigo “comandante” a cobrarte todo lo que invirtió en tu educación. Después de graduado cada estudiante está obligado a realizar el servicio social, o sea, trabajarle dos años al gobierno con un salario “reducido” para así pagar por la enseñanza recibida. De no aceptar o no “pasar” el servicio social, el Ministerio de Educación Superior te invalida el título universitario.
¿Educación gratuita? Si, es gratuita para lograr el nivel de adoctrinamiento “necesario” en las escuelas de Cuba. Ahora, si quieres aprender algo, paga. Fidel Castro dijo muy orondo una vez: “En Cuba hasta las prostitutas son universitarias” ¡Cuántas cosas son necesarias de hacer para tener una buena educación gratuita!”. Yo digo que el acceso popular a la enseñanza no es un logro de ninguna revolución, ni de ningún sistema político; es una obligación de cualquier gobierno además de garantizar la buena calidad de la misma.

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