EL EXPRESIDENTE CREE QUE TANTO EDUARDO MADINA COMO PEDRO SÁNCHEZ TIENEN POCO RECORRIDO AL FRENTE DE SU PARTIDO
Habla con la autoridad que le brinda haberlo sido todo gracias al PSOE, pero también con el sentimiento de haber perdido casi toda la influencia que tenía en el partido. Y lo que traslada a importantes empresarios lo hace desde una honda preocupación. "Podemos quedar en 40 diputados y desaparecer", advierte.
Felipe González desborda pesimismo sobre lo que acontece en su partido y también sobre lo que planea en la actualidad política, con parada principal en Cataluña. No se muerde la lengua en algunas reuniones privadas porque ya se ve, a sus 72 años, más de la mitad de ellos en política, por encima del bien y del mal, en la creencia de que su experiencia le aporta más claves que nunca. También exterioriza el sentimiento ácido de haber perdido casi toda la influencia que su autoridad le dio en su partido, incluso durante la última etapa de Alfredo Pérez Rubalcaba como secretario general.
El PSOE está en peligro de extinción y el problema catalán no tiene remedio, le ha dicho González a los empresarios
González no disimula su desánimo ni siquiera ante los empresarios del Ibex con los que habla con cierta periodicidad. Algunos de ellos se han quedado con dos mensajes recientes del expresidente: el PSOE está en peligro de extinción y el problema catalán no tiene remedio.
González opina que la grave crisis que azota a su partido no va a encontrar remedio ni con Eduardo Madina ni con Pedro Sánchez. Está convencido de que, gane quien gane de los dos cuando la militancia decida el próximo 13 de julio, su liderazgo será fugaz, un mero paréntesis que puede conducir al PSOE a su desaparición, al menos como el partido que todos los españoles han conocido desde la Transición. Él mismo lo llevó a las cotas de representación más altas, con 202 diputados (1982) mientras que con Rubalcaba ha vivido las más bajas, en 110. El expresidente teme que en la próxima legislatura la presencia en el Congreso quede reducida a 40 escaños. Casi una formación marginal si se compara con el empuje que pueden ganar de aquí a finales del año que viene formaciones como Podemos o como la llamada Izquierda Plural. "Podemos quedarnos en 40 diputados y desaparecer. Y la cosa no tiene fácil remedio", ha confiado a un grupo de empresarios y financieros.
Aconsejó a Susana Díaz permanecer en Andalucía
En estos momentos, con quien más contacto tiene González en su partido es con la presidenta andaluza, Susana Díaz. Ha abordado con ella la situación del PSOE en profundidad y ha sido uno de los que le aconsejaron que diera un paso atrás y no presentara su candidatura a la secretaría general. No le convenía gastar todos los cartuchos y poner en riesgo su capital político en la única comunidad que controla de verdad el Partido Socialista, paracompetir con Madina o Sánchez en una carrera tan abierta. Tiempo tendrá de hacerlo en unas primarias, si es que éstas llegan a celebrarse. Ésta es la reflexión que González ha compartido con la andaluza. Dicho y hecho, aunque la decisión de recular a última hora dejara colgados de la brocha a la media docena larga de barones regionales que dieron la cara por ella y todavía hacen esfuerzos por recolocarse.
El expresidente no ve margen para que Felipe VI arbitre el enfrentamiento sobre Cataluña
Felipe González también refleja su desesperanza sobre Cataluña. Ha contado a los empresarios que Artur Mas ha introducido a CiU en un callejón sin salida porque ya no controla el proceso soberanista. Y que lo más probable es que se produzca un serio choque institucional con el Estado de difícil arreglo. No ve tampoco posibilidades, al menos en el corto plazo, de que Felipe VI arbitre el enfrentamiento y ayude a encontrar una solución razonable. "Al rey hay que darle tiempo", opina el expresidente, expectante, como todos los demás, ante lo que pueda pasar después del 9 de noviembre, cuando Mas no haya podido celebrar el referéndum y tenga que torear con el morlaco de Oriol Junqueras.
No hay partido en España y probablemente en Europa que haya hecho más daño a su patria. Desde su creación el PSOE se dedicó al guerra-civilismo, a autogolpes de estado, "revoluciones", matanzas... y después a echarle las culpas a los demás. Ahora de la división por ellos sembrada viene su autodestrucción. Mucho me alegraría verlos en 40, o en 4 diputados, o en 0'4.
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