CLIVE RUDD FERNÁNDEZ | Londres | DDC
Hay pocas cosas en venta que tienen un alto valor de uso solamente en Cuba y valen nada o casi nada en el resto del mundo. Entre esos productos podemos contar piezas de viejos Ladas, Moscovich, Karpaty y Minsk, entre otros.
Estas piezas de repuesto de arcaicos modelos soviéticos de transporte o del antiguo bloque socialista de Europa del Este no se encuentran fácilmente en su mercado natural, Cuba. Se encuentran en Miami, el mercado proxy de la Isla.
Una tienda en la calle Flagler esquina a la avenida 57 de Miami tiene una muy interesante variedad de estos productos a la venta de sus clientes.
Miami se ha convertido con el paso del tiempo y de la destrucción del mercado libre cubano en el lugar donde se pueden encontrar productos que solo el mercado cubano necesita.
Hace un par de días nos sorprendió uno de esos productos anacrónicos en Estados Unidos: los uniformes rojos para las escuelas primarias de Cuba. Una tienda en Hialeah está importando en grandes cantidades estos uniformes desde China, dada la escasez de ellos que existe en la Isla y su racionamiento: un estudiante en Cuba puede adquirir solamente un uniforme al año.
La variedad de productos y servicios que escasean o no existen en Cuba es extensa y la aduana cubana ha creado limitaciones en la cantidad y tipo de importaciones para mantener su monopolio en la mayoría de esos mercados.
Las piezas de repuesto de Ladas y Moscovich que se venden en la calle Flagler de Miami provienen de Rusia y los uniformes que se venden en Hialeah provienen de China. Ambos países son fuertes aliados del Gobierno cubano y están exentos del embargo comercial estadounidense. La razón por la que estos productos no se vendan en cualquier ciudad de Cuba sin racionamiento es el resultado de una economía "planificada" donde los planes parecen no cuajar, porque ignoran las leyes básicas de la oferta y la demanda.
Otros productos que engrosan la lista del mercado proxy de Miami son los paquetes de novelas y revistas en pdf que circulan de mano en mano en Cuba y que fuera de la Isla tienen poco uso porque la gente simplemente tiene internet para verlas.
Eventualmente todo lo que está racionalizado en Cuba va a encontrar un mercado natural en la diáspora cubana de Miami y, por supuesto, debemos esperar medidas aduanales fuertes de un régimen al que no le agrada que estemos rompiéndole su bloqueo contra el pueblo.
La ironía de los mercados substitutos o proxy es que no entienden de política, se rigen por las leyes básicas del mercado y cuando a los niños en Cuba la maestra en el matutino de la escuela les grite a todo pulmón: "Pioneros por el comunismo", los niños responderán con sus uniformitos importados de Miami: "Seremos como el Che (y como nuestra tía Amelia que vive en Miami y nos mantiene uniformados)".
¿Faltan uniformes escolares o piezas de autos soviéticos en Cuba? En Miami pueden encontrarse uniformes venidos de China y piezas venidas de Rusia que rompen el bloqueo del régimen castrista contra el pueblo cubano.
Hay pocas cosas en venta que tienen un alto valor de uso solamente en Cuba y valen nada o casi nada en el resto del mundo. Entre esos productos podemos contar piezas de viejos Ladas, Moscovich, Karpaty y Minsk, entre otros.
Estas piezas de repuesto de arcaicos modelos soviéticos de transporte o del antiguo bloque socialista de Europa del Este no se encuentran fácilmente en su mercado natural, Cuba. Se encuentran en Miami, el mercado proxy de la Isla.
Una tienda en la calle Flagler esquina a la avenida 57 de Miami tiene una muy interesante variedad de estos productos a la venta de sus clientes.
Miami se ha convertido con el paso del tiempo y de la destrucción del mercado libre cubano en el lugar donde se pueden encontrar productos que solo el mercado cubano necesita.
Hace un par de días nos sorprendió uno de esos productos anacrónicos en Estados Unidos: los uniformes rojos para las escuelas primarias de Cuba. Una tienda en Hialeah está importando en grandes cantidades estos uniformes desde China, dada la escasez de ellos que existe en la Isla y su racionamiento: un estudiante en Cuba puede adquirir solamente un uniforme al año.
La variedad de productos y servicios que escasean o no existen en Cuba es extensa y la aduana cubana ha creado limitaciones en la cantidad y tipo de importaciones para mantener su monopolio en la mayoría de esos mercados.
Las piezas de repuesto de Ladas y Moscovich que se venden en la calle Flagler de Miami provienen de Rusia y los uniformes que se venden en Hialeah provienen de China. Ambos países son fuertes aliados del Gobierno cubano y están exentos del embargo comercial estadounidense. La razón por la que estos productos no se vendan en cualquier ciudad de Cuba sin racionamiento es el resultado de una economía "planificada" donde los planes parecen no cuajar, porque ignoran las leyes básicas de la oferta y la demanda.
Otros productos que engrosan la lista del mercado proxy de Miami son los paquetes de novelas y revistas en pdf que circulan de mano en mano en Cuba y que fuera de la Isla tienen poco uso porque la gente simplemente tiene internet para verlas.
Eventualmente todo lo que está racionalizado en Cuba va a encontrar un mercado natural en la diáspora cubana de Miami y, por supuesto, debemos esperar medidas aduanales fuertes de un régimen al que no le agrada que estemos rompiéndole su bloqueo contra el pueblo.
La ironía de los mercados substitutos o proxy es que no entienden de política, se rigen por las leyes básicas del mercado y cuando a los niños en Cuba la maestra en el matutino de la escuela les grite a todo pulmón: "Pioneros por el comunismo", los niños responderán con sus uniformitos importados de Miami: "Seremos como el Che (y como nuestra tía Amelia que vive en Miami y nos mantiene uniformados)".
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