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El Instituto Cervantes diseñará las pruebas de conocimiento para extranjeros que quieran adquirir nacionalidad por residencia
El Congreso ha aprobado por unanimidad y con competencia legislativa plena el proyecto de Ley en materia de Concesión de la nacionalidad española a los sefardíes originarios de España que justifiquen su especial vinculación con España. El texto será remitido directamente al Senado sin necesidad de pasar por el Pleno de la Cámara Baja.
En el texto se establecen los requisitos que los interesados deberán presentar para acreditar su origen sefardí, entre los que se encuentran aportar un certificado de la Federación de comunidades judías de España, la acreditación del uso del ladino o el certificado de matrimonio celebrado según las tradiciones de Castilla.
Mientras, la vinculación con el país, deberán demostrarla con certificados de estudios de historia y cultura españolas, la realización de actividades benéficas, culturales o económicas en España o de apoyo a instituciones para la conservación de la cultura sefardí.
Además, se mantiene la exigencia de que los solicitantes realicen dos pruebas, una de conocimiento básico de la lengua española y otra de la realidad social y cultural, ambas diseñadas por el Instituto Cervantes.
Las solicitudes deberán realizarse por la plataforma electrónica habilitada para ello e irá dirigida a la Dirección General de los Registros y del Notariado. Tras examinar el notario los documentos aportados, cuando estime inicialmente justificada la condición de sefardí y la vinculación con España, concertará con el interesado su comparecencia, en la que deberán presentarse los documentos originales. En el texto se especifica que la comparecencia podrá realizarse en persona o a través de representante legal.
ARANCELES
Una novedad en el proyecto de ley es que se elimina la tasa de 75 euros para adquirir la nacionalidad pero se habilita al ministro de Justicia para dictar las disposiciones necesarias como la fijación y gestión de aranceles para el cálculo de los honorarios notariales de la tramitación de los expedientes de nacionalidad.
En este sentido, la portavoz del grupo parlamentario socialista, María del Carmen Silva, ha criticado que se otorgue esta potestad al ministro de Justicia pues, a su parecer, supone una "privatización de los registros públicos" y el portavoz del Grupo de Izquierda Plural, Gaspar Llamazares, ha señalado que es "una burla al Parlamento" que primero se dijera que no se iba a cobrar la tasa y ahora se incluya esta disposición.
El grupo popular también introduce en el texto una enmienda por la que establece que el Instituto Cervantes diseñará las pruebas de conocimiento para extranjeros que quieran adquirir nacionalidad por residencia.
En este sentido, la portavoz del grupo socialista ha mostrado su "indignación" por el procedimiento que se ha seguido con este proyecto de ley pues el grupo popular no ha dejado a los grupos parlamentarios debatir sobre la adquisición de la nacionalidad por residencia ni sobre el examen de integración que "introducen por la puerta de atrás" y que afectará a cinco millones de personas. "Esta forma de actuar roza el fraude", ha insistido.
No obstante, el portavoz del grupo popular, Gabriel Elorriaga ha matizado que el grupo popular tiene una "capacidad de enmienda ilimitada" y, más aún, según ha precisado, "cuando se refiere a materias íntimamente conectadas". Por ello, considera "de sentido común aprovechar la ocasión para acomodar los procedimientos de acceso a la nacionalidad".
"OPORTUNIDAD PERDIDA" CON LOS SAHARAUIS
Por su parte, el diputado del Grupo Parlamentario Mixto, Joan Tardá, ha destacado la importancia de la ley pero ha lamentado que se trata de "una gran oportunidad perdida" por no incluir a los saharauis.
Según ha recordado, una persona de nacionalidad saharaui que resida en España requiere 10 años para tramitar la adquisición de la nacionalidad, a diferencia de los ciudadanos de Sudamérica, Guinea o Filipinas, por ejemplo. "Esta discriminación nos sonroja un tanto", ha subrayado.
Sin embargo, Elorriaga, ha recordado que en la tradición jurídica española "siempre han sido leyes singulares las que han reconocido a colectivos singulares" y ha puesto el ejemplo de una ley para los extranjeros que habían participado en brigadas internacionales o la de memoria histórica para hijos de exiliados.
Por su parte, el portavoz del Grupo Parlamentario Vasco, Emilio Olabarría, ha hecho suya la reflexión de Tardá sobre los saharauis pero se ha centrado en los sefardíes para recordar que su grupo presentó algunas enmiendas en relación a algunos requisitos para acreditar el origen sefardí y la especial vinculación con España.
Así, sobre la acreditación del uso del idioma familiar por la partida de nacimiento o el certificado matrimonial según la tradición de Castilla, ha indicado que son "verdaderos anacronismos jurídicos". Asimismo, acerca del requisito de probar la realización de actividades benéficas, ha apuntado que esto "mercantiliza de alguna manera" las posibilidades de adquisición de nacionalidad. Además, en cuanto a la especial vinculación con España, se ha preguntado si esto se acreditará participando "en un curso de sevillanas o de tortilla española".
"PRIVATIZACIÓN DE LOS REGISTROS PÚBLICOS"
Por su parte, el portavoz del Grupo de la Izquierda Plural, Gaspar Llamazares, ha asegurado que vota a favor de la aprobación del proyecto de Ley porque, como dice el dicho, "quien quiere más, quiere menos", pero no porque estén del todo satisfechos con el texto porque su grupo quería que se solucionase el problema de reconocimiento de nacionalidad en España, "legalmente disperso en estos momentos" y que supone "discriminación a otros colectivos".
En cualquier caso, ha señalado que lo que no van a "tragar" es que se les pase con este proyecto un intento de "privatización de los registros públicos".
Mientras, el diputado de CiU, Jordi Jané, ha apuntado que, aunque votan a favor, el producto final no es el que deseaban pues observan en el texto "un cierto abuso de la posición de mayoría absoluta". Además, considera que la denominación del proyecto de ley va a resultar "algo engañosa" pues crea "muchas esperanzas" y después el procedimiento será "en ocasiones difícil de cumplir".
"Imaginemos una persona que quiera acogerse a esta ley, que inicie los trámites y realice las pruebas y que al final le dijeran que no ha quedado acreditado que es sefardí originario de España", ha planteado.
El portavoz del grupo popular en el Congreso ha aclarado que "no va a ocurrir que nadie se desplace a España sin saber si le va a ser reconocida" la nacionalidad pues el notario solo pedirá la comparecencia una vez examinada la documentación. "La presencia física tiene por objeto aportar la documentación original y una declaración personal y responsable", ha precisado.
Finalmente, Elorriaga ha explicado que la prestación del servicio público del Registro Civil "continuará siendo gratuita".
Asociación Autonomía Concertada para Cuba (ACC). Inscrita en Francia en el Registro Nacional de Asociaciones (RNA) con el número: W751215898
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jeudi 26 mars 2015
Congreso aprueba por unanimidad el proyecto de Ley para la concesión de nacionalidad a sefardíes
mercredi 19 mars 2014
Ruiz-Gallardón dice en EE.UU. que España quiere enmendar un "error histórico"
El proyecto de ley para dar la nacionalidad española a los judíos sefardíes busca "enmendar un error histórico", según afirmó hoy el ministro español de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón.
España quiere ofrecer "una auténtica reparación histórica", aseguró Ruiz-Gallardón en un discurso ante el American Jewish Committee, en el que repasó el proceso de relación entre el país y los sefardíes desde los más de cinco siglos desde el decreto de expulsión.
Explicó que, antes del inicio de la tramitación del proyecto de ley, 3.000 judíos sefardíes "fundamentalmente de Venezuela y Turquía" ya habían solicitado la nacionalidad por el procedimiento ya existente de carta de naturaleza.
Ahora, bastará acreditar ser descendiente de alguno de los 100.000 judíos expulsados de España en 1492 y no hará falta renunciar a la nacionalidad que ya se tenga.
Ruiz-Gallardón, en unas declaraciones posteriores, señaló que según cifras que manejas algunos expertos (pero no son oficiales de su ministerio) podrían solicitar la nacionalidad unas 150.000 personas entre los aproximadamente 3,5 millones de sefardíes que hay en todo el mundo.
El titular español de Justicia consideró que muchas solicitudes se harán por "razones afectivas, de sentimiento", aunque reconoció que un pasaporte de España, un país de la Unión Europea, "puede significar seguridad" en algunos casos.
Ruiz-Gallardón aseguró que la reacción al proyecto de ley "ha sido extraordinaria", ya que no ofrece la posibilidad de adquirir la nacionalidad, sino que establece "el derecho" a obtenerla.
Para el ministro, este proyecto de ley, que aún debe ser aprobado por el Parlamento, supone cerrar "una asignatura pendiente" ante la "admirable fidelidad" de los sefardíes a la memoria de su tierra de origen.
Por ello, y preguntado sobre la posibilidad de conceder la nacionalidad española a los descendientes de los moriscos expulsados de España en el siglo XVII, señaló que los sefardíes "mantuvieron a España" con su lengua, su cultura o su memoria, mientras que otras comunidades "se asimilaron inmediatamente a las sociedades de acogida", aunque recordó que se puede solicitar la nacionalidad por carta de naturaleza.
El proyecto de ley para conceder pasaporte español a los sefardíes fue aprobado por el Gobierno el 7 de febrero y debe ahora ser aprobado por el Parlamento.
mercredi 26 février 2014
La justicia injusta de Mariano Rajoy
Publicado por Ferrán Núñez el 26 Febrero 2014 en Sociopolítica |
La
reciente modificación del Código del registro civil permitirá el acceso
a más de tres millones de sefardíes a la nacionalidad Española
Según el actual Ministro de Justicia Alberto Ruiz Gallardón, en conferencia de prensa, esta medida “culmina la reparación «de lo que sin duda había sido uno de los errores históricos más importantes” añadiendo acto seguido con gesto contrito ante las cámaras de los medios nacionales “este
texto legal confirma a la sociedad española como una realidad plural y
pone fin a hechos históricos de los que no debemos sentirnos orgullosos”.
Pedir disculpas por sucesos lejanos, haciendo responsables de actos pasados a las generaciones presentes por hechos que no cometieron y que, en las circunstancias actuales ni siquiera les pasaría por la cabeza perpetrar, me parece una estupidez supina.
En primer lugar, porque mantiene la ficción de que las sociedades son entes homogéneos, dotados de razón propia, capaces de cometer hechos reprehensibles que deben ser castigados de manera colectiva. La economía política impulsada por Ludwig von Mises, mostró hace más de 100 años que no existe nada parecido, y que lo único que puede ser observado son las acciones individuales de los seres humanos.
En segundo lugar, porque el psicologismo barato, que exige la reparación y la contrición de los pecados, además de ser un avatar moderno de ideologías responsables de muchos y gravísimos males en nuestro tiempo; obliga a personas emotivas a sentirse solidarias y hasta muchas veces culpables, de hechos que en nada les conciernen, puesto que obedecieron -o fueron- consecuencia directa de arbitrajes aplicados por gobernantes que ejercían un poder absoluto, como era el caso de los reyes o príncipes de la antigüedad o los dictadores de época actual.
¿Significa esto que no deba repararse lo que se ha hecho mal?
Por supuesto que no, pero para hacerlo no es necesario es echarle la culpa a los que nada tuvieron que ver con esos asuntos y sobre todo, evitar los términos vagos utilizados por el ministro, que lejos de aclarar, añaden confusiones adicionales y propician que otros colectivos, injustamente lesionados por políticas similares se sientan excluidos y doblemente incomprendidos.
Es el caso de los moriscos, de nuestros parientes -muy cercanos aún- originarios de las antiguas Provincias Españolas de Ultramar y de los españoles de los territorios colonizados en el Sahara Occidental. Sin olvidar a los hijos mayores de los nietos o los descendientes de las mujeres emigradas que, según las leyes sexistas de siglos anteriores no calificaban para transmitir la sangre española. ¿Acaso esas poblaciones no merecen que se reconozcan igualmente sus derechos a la nacionalidad?
Escudarse tras errores históricos para seguir haciendo barrabasadas sin nombre no es la solución. Lo piden numerosos juristas y representantes de asociaciones prestigiosas como Angél Capellán, consejero general por los Estados Unidos. España necesita dotarse de una Ley General de la Nacionalidad que haga justicia a todos por igual y no sólo a unos cuantos, por muy buenas razones que existan para hacerlo.
Alberto Ruiz Gallardón |
Pedir disculpas por sucesos lejanos, haciendo responsables de actos pasados a las generaciones presentes por hechos que no cometieron y que, en las circunstancias actuales ni siquiera les pasaría por la cabeza perpetrar, me parece una estupidez supina.
En primer lugar, porque mantiene la ficción de que las sociedades son entes homogéneos, dotados de razón propia, capaces de cometer hechos reprehensibles que deben ser castigados de manera colectiva. La economía política impulsada por Ludwig von Mises, mostró hace más de 100 años que no existe nada parecido, y que lo único que puede ser observado son las acciones individuales de los seres humanos.
En segundo lugar, porque el psicologismo barato, que exige la reparación y la contrición de los pecados, además de ser un avatar moderno de ideologías responsables de muchos y gravísimos males en nuestro tiempo; obliga a personas emotivas a sentirse solidarias y hasta muchas veces culpables, de hechos que en nada les conciernen, puesto que obedecieron -o fueron- consecuencia directa de arbitrajes aplicados por gobernantes que ejercían un poder absoluto, como era el caso de los reyes o príncipes de la antigüedad o los dictadores de época actual.
¿Significa esto que no deba repararse lo que se ha hecho mal?
Por supuesto que no, pero para hacerlo no es necesario es echarle la culpa a los que nada tuvieron que ver con esos asuntos y sobre todo, evitar los términos vagos utilizados por el ministro, que lejos de aclarar, añaden confusiones adicionales y propician que otros colectivos, injustamente lesionados por políticas similares se sientan excluidos y doblemente incomprendidos.
Es el caso de los moriscos, de nuestros parientes -muy cercanos aún- originarios de las antiguas Provincias Españolas de Ultramar y de los españoles de los territorios colonizados en el Sahara Occidental. Sin olvidar a los hijos mayores de los nietos o los descendientes de las mujeres emigradas que, según las leyes sexistas de siglos anteriores no calificaban para transmitir la sangre española. ¿Acaso esas poblaciones no merecen que se reconozcan igualmente sus derechos a la nacionalidad?
Escudarse tras errores históricos para seguir haciendo barrabasadas sin nombre no es la solución. Lo piden numerosos juristas y representantes de asociaciones prestigiosas como Angél Capellán, consejero general por los Estados Unidos. España necesita dotarse de una Ley General de la Nacionalidad que haga justicia a todos por igual y no sólo a unos cuantos, por muy buenas razones que existan para hacerlo.
mardi 18 février 2014
Los moriscos reclaman de España que les dé la nacionalidad como a los sefardíes
20 Minutos
Si los sefardíes han obtenido reparación histórica por parte de España, ¿por qué no los moriscos? Los descendientes de aquellos moriscos expulsados de España en el siglo XVII no ocultan un cierto sentimiento de "exclusión" y reclaman de España el mismo trato que el reservado a los judíos sefardíes.
Se apellidan Loubaris (de Olivares), Bargachi (de Vargas) Buano (de Bueno), Sordo, Denia, Lucas... y constituyen cientos de familias en Tetuán, en Rabat y en Fez, las ciudades de Marruecos donde fueron acogidos tras su expulsión y donde se convirtieron pronto en la "aristocracia" urbana. Estos marroquíes de origen morisco han prestado mucha atención a la reciente decisión del Gobierno español de conceder la nacionalidad española a los judíos sefardíes (expulsados también de España en el siglo XV) y piden que España tenga también gestos como para con los moriscos.
La nueva reforma del Código Civil español permitirá a los sefardíes pedir la nacionalidad española sin que pierdan la suya de origen
El Gobierno español aprobó el pasado 7 de febrero una modificación del Código Civil para conceder la nacionalidad española a todos los sefardíes. (judíos expulsados de España en 1492) que lo pidan y puedan acreditar tal condición. Los sefardíes fueron expulsados de España por un edicto de 1492, promulgado por los Reyes Católicos, que les obligó a convertirse al catolicismo o, en caso contrario, a exiliarse del país en un plazo de tres meses.
La nueva reforma del Código Civil español permitirá a los sefardíes pedir la nacionalidad española sin que pierdan la suya de origen, lo cual parece difícil para los moriscos de origen marroquí, ya que España no tiene convenio de doble nacionalidad con Marruecos.
Loubaris precisó que la exigencia la nacionalidad española no aparece como prioridad máxima de su asociación, pero reconoció que ha habido iniciativas individuales de algunos de sus miembros sobre este tema, que llegaron a mandar una carta al rey Juan Carlos para solicitar su derecho a ser españoles. En realidad, se trata más bien de un reconocimiento de la memoria histórica.
Loubaris explicó que su asociación, creada hace un año y medio, se centra actualmente en dar a conocer el legado morisco, salvaguardar las distintas manifestaciones de este patrimonio en Marruecos y devolver el esplendor a este legado histórico.
Un estilo de vida reconocible
Los moriscos que fueron expulsados de España en 1610, unas 300.000 personas, se instalaron a partir de entonces en el norte de África, principalmente en las ciudades de Marruecos, y en menor medida en Argelia y Túnez. La instalación de los moriscos en la orilla sur del Mediterráneo marcó una nueva de refinamiento, elegancia y desarrollo
Si bien aquellos moriscos no conservaron —como los sefardíes— la lengua española, trajeron con ellos un estilo de vida que aún hoy es reconocible en la arquitectura (los tejados de tejas verdes), la vestimenta, las tradiciones culinarias o la música andalusí, entre otras cosas.
La instalación de los moriscos en la orilla sur del Mediterráneo marcó una nueva de refinamiento, elegancia y desarrollo y dio un lustre de "nobleza" a un estilo de vida hasta entonces mucho más rudo y campesino.
En Marruecos, el componente morisco ha merecido un lugar de distinción a lo largo de siglos; del mismo modo, los moriscos han ocupado desde siempre altos cargos que les garantizaba una proximidad a los círculos del poder.
Según las estimaciones del presidente de la Asociación Memoria de los Andalusíes, Nayib Loubaris, actualmente hay unas 600 familias de origen morisco que se instalaron en varias ciudades del país, de las que un centenar viven en Rabat.
Loubaris dice estar orgulloso de sus orígenes, tanto como de su identidad actual en un país que
Si los sefardíes han obtenido reparación histórica por parte de España, ¿por qué no los moriscos? Los descendientes de aquellos moriscos expulsados de España en el siglo XVII no ocultan un cierto sentimiento de "exclusión" y reclaman de España el mismo trato que el reservado a los judíos sefardíes.
Se apellidan Loubaris (de Olivares), Bargachi (de Vargas) Buano (de Bueno), Sordo, Denia, Lucas... y constituyen cientos de familias en Tetuán, en Rabat y en Fez, las ciudades de Marruecos donde fueron acogidos tras su expulsión y donde se convirtieron pronto en la "aristocracia" urbana. Estos marroquíes de origen morisco han prestado mucha atención a la reciente decisión del Gobierno español de conceder la nacionalidad española a los judíos sefardíes (expulsados también de España en el siglo XV) y piden que España tenga también gestos como para con los moriscos.
La nueva reforma del Código Civil español permitirá a los sefardíes pedir la nacionalidad española sin que pierdan la suya de origen
El Gobierno español aprobó el pasado 7 de febrero una modificación del Código Civil para conceder la nacionalidad española a todos los sefardíes. (judíos expulsados de España en 1492) que lo pidan y puedan acreditar tal condición. Los sefardíes fueron expulsados de España por un edicto de 1492, promulgado por los Reyes Católicos, que les obligó a convertirse al catolicismo o, en caso contrario, a exiliarse del país en un plazo de tres meses.
"El Estado español, al igual que ha anunciado el derecho de los judíos sefardíes a gozar de la nacionalidad española (...) debería reconocer el mismo derecho para el resto de expulsados, los moriscos; de lo contrario, su decisión sería selectiva, por no decir racista" asegura Bayib Loubaris, presidente de la Asociación Memoria de los Andalusíes (como en Marruecos se denominó a los descendientes de los moriscos). Loubaris calificó de "muy positiva" la decisión del Gobierno español para con los sefardíes, ya que supone según él un reconocimiento de la "culpa de expulsión que cometió el Estado español hacia sus ciudadanos".
La nueva reforma del Código Civil español permitirá a los sefardíes pedir la nacionalidad española sin que pierdan la suya de origen, lo cual parece difícil para los moriscos de origen marroquí, ya que España no tiene convenio de doble nacionalidad con Marruecos.
Loubaris precisó que la exigencia la nacionalidad española no aparece como prioridad máxima de su asociación, pero reconoció que ha habido iniciativas individuales de algunos de sus miembros sobre este tema, que llegaron a mandar una carta al rey Juan Carlos para solicitar su derecho a ser españoles. En realidad, se trata más bien de un reconocimiento de la memoria histórica.
Loubaris explicó que su asociación, creada hace un año y medio, se centra actualmente en dar a conocer el legado morisco, salvaguardar las distintas manifestaciones de este patrimonio en Marruecos y devolver el esplendor a este legado histórico.
Un estilo de vida reconocible
Los moriscos que fueron expulsados de España en 1610, unas 300.000 personas, se instalaron a partir de entonces en el norte de África, principalmente en las ciudades de Marruecos, y en menor medida en Argelia y Túnez. La instalación de los moriscos en la orilla sur del Mediterráneo marcó una nueva de refinamiento, elegancia y desarrollo
Si bien aquellos moriscos no conservaron —como los sefardíes— la lengua española, trajeron con ellos un estilo de vida que aún hoy es reconocible en la arquitectura (los tejados de tejas verdes), la vestimenta, las tradiciones culinarias o la música andalusí, entre otras cosas.
La instalación de los moriscos en la orilla sur del Mediterráneo marcó una nueva de refinamiento, elegancia y desarrollo y dio un lustre de "nobleza" a un estilo de vida hasta entonces mucho más rudo y campesino.
En Marruecos, el componente morisco ha merecido un lugar de distinción a lo largo de siglos; del mismo modo, los moriscos han ocupado desde siempre altos cargos que les garantizaba una proximidad a los círculos del poder.
Según las estimaciones del presidente de la Asociación Memoria de los Andalusíes, Nayib Loubaris, actualmente hay unas 600 familias de origen morisco que se instalaron en varias ciudades del país, de las que un centenar viven en Rabat.
Loubaris dice estar orgulloso de sus orígenes, tanto como de su identidad actual en un país que
"acogió a nuestros antepasados tras haber sido expulsados por reyes que deberían haberlos protegido", concluye.
Si los sefardíes han
obtenido reparación histórica por parte de España, ¿por qué no los
moriscos? Los descendientes de aquellos moriscos expulsados de España en
el siglo XVII no ocultan un cierto sentimiento de "exclusión" y
reclaman de España el mismo trato que el reservado a los judíos
sefardíes.
Encuesta
¿Apoyarías que los descendientes de los moriscos también accedan a la
nacionalidad española?
Sí, deberían ser reconocidos como españoles porque fueron expulsados
solo por su condición religiosa No, hace mucho tiempo de aquello, no
tiene sentido dar la nacionalidad a sus descendientes Si se ofrece a los
descendientes sefardíes, también deberían acceder a ella los de
moriscos
Se apellidan Loubaris (de Olivares), Bargachi (de Vargas) Buano (de
Bueno), Sordo, Denia, Lucas... y constituyen cientos de familias en
Tetuán, en Rabat y en Fez, las ciudades de Marruecos donde fueron
acogidos tras su expulsión y donde se convirtieron pronto en la
"aristocracia" urbana.
Estos marroquíes de origen morisco han prestado mucha atención a la
reciente decisión del Gobierno español de conceder la nacionalidad
española a los judíos sefardíes (expulsados también de España en el
siglo XV) y piden que España tenga también gestos como para con los
moriscos.
La nueva reforma del Código Civil español permitirá a los sefardíes
pedir la nacionalidad española sin que pierdan la suya de origen
El Gobierno español aprobó el pasado 7 de febrero una modificación del
Código Civil para conceder la nacionalidad española a todos los
sefardíes. (judíos expulsados de España en 1492) que lo pidan y puedan
acreditar tal condición.
Los sefardíes fueron expulsados de España por un edicto de 1492,
promulgado por los Reyes Católicos, que les obligó a convertirse al
catolicismo o, en caso contrario, a exiliarse del país en un plazo de
tres meses.
"El Estado español, al igual que ha anunciado el derecho de los judíos
sefardíes a gozar de la nacionalidad española (...) debería reconocer el
mismo derecho para el resto de expulsados, los moriscos; de lo
contrario, su decisión sería selectiva, por no decir racista" asegura
Bayib Loubaris, presidente de la Asociación Memoria de los Andalusíes
(como en Marruecos se denominó a los descendientes de los moriscos).
Loubaris calificó de "muy positiva" la decisión del Gobierno español
para con los sefardíes, ya que supone según él un reconocimiento de la
"culpa de expulsión que cometió el Estado español hacia sus ciudadanos".
La nueva reforma del Código Civil español permitirá a los sefardíes
pedir la nacionalidad española sin que pierdan la suya de origen, lo
cual parece difícil para los moriscos de origen marroquí, ya que España
no tiene convenio de doble nacionalidad con Marruecos.
Loubaris precisó que la exigencia la nacionalidad española no aparece
como prioridad máxima de su asociación, pero reconoció que ha habido
iniciativas individuales de algunos de sus miembros sobre este tema, que
llegaron a mandar una carta al rey Juan Carlos para solicitar su
derecho a ser españoles.
En realidad, se trata más bien de un reconocimiento de la memoria
histórica.
Loubaris explicó que su asociación, creada hace un año y medio, se
centra actualmente en dar a conocer el legado morisco, salvaguardar las
distintas manifestaciones de este patrimonio en Marruecos y devolver el
esplendor a este legado histórico.
Un estilo de vida reconocible
Los moriscos que fueron expulsados de España en 1610, unas 300.000
personas, se instalaron a partir de entonces en el norte de África,
principalmente en las ciudades de Marruecos, y en menor medida en
Argelia y Túnez.
La instalación de los moriscos en la orilla sur del Mediterráneo marcó
una nueva de refinamiento, elegancia y desarrollo
Si bien aquellos moriscos no conservaron —como los sefardíes— la lengua
española, trajeron con ellos un estilo de vida que aún hoy es
reconocible en la arquitectura (los tejados de tejas verdes), la
vestimenta, las tradiciones culinarias o la música andalusí, entre otras
cosas.
La instalación de los moriscos en la orilla sur del Mediterráneo marcó
una nueva de refinamiento, elegancia y desarrollo y dio un lustre de
"nobleza" a un estilo de vida hasta entonces mucho más rudo y campesino.
En Marruecos, el componente morisco ha merecido un lugar de distinción a
lo largo de siglos; del mismo modo, los moriscos han ocupado desde
siempre altos cargos que les garantizaba una proximidad a los círculos
del poder.
Según las estimaciones del presidente de la Asociación Memoria de los
Andalusíes, Nayib Loubaris, actualmente hay unas 600 familias de origen
morisco que se instalaron en varias ciudades del país, de las que un
centenar viven en Rabat.
Loubaris dice estar orgulloso de sus orígenes, tanto como de su
identidad actual en un país que "acogió a nuestros antepasados tras
haber sido expulsados por reyes que deberían haberlos protegido",
concluye.
Ver más en: http://www.20minutos.es/noticia/2060812/0/moriscos/reclaman/nacionalidad/#xtor=AD-15&xts=467263
Ver más en: http://www.20minutos.es/noticia/2060812/0/moriscos/reclaman/nacionalidad/#xtor=AD-15&xts=467263
Si los sefardíes han
obtenido reparación histórica por parte de España, ¿por qué no los
moriscos? Los descendientes de aquellos moriscos expulsados de España en
el siglo XVII no ocultan un cierto sentimiento de "exclusión" y
reclaman de España el mismo trato que el reservado a los judíos
sefardíes.
Encuesta
¿Apoyarías que los descendientes de los moriscos también accedan a la
nacionalidad española?
Sí, deberían ser reconocidos como españoles porque fueron expulsados
solo por su condición religiosa No, hace mucho tiempo de aquello, no
tiene sentido dar la nacionalidad a sus descendientes Si se ofrece a los
descendientes sefardíes, también deberían acceder a ella los de
moriscos
Se apellidan Loubaris (de Olivares), Bargachi (de Vargas) Buano (de
Bueno), Sordo, Denia, Lucas... y constituyen cientos de familias en
Tetuán, en Rabat y en Fez, las ciudades de Marruecos donde fueron
acogidos tras su expulsión y donde se convirtieron pronto en la
"aristocracia" urbana.
Estos marroquíes de origen morisco han prestado mucha atención a la
reciente decisión del Gobierno español de conceder la nacionalidad
española a los judíos sefardíes (expulsados también de España en el
siglo XV) y piden que España tenga también gestos como para con los
moriscos.
La nueva reforma del Código Civil español permitirá a los sefardíes
pedir la nacionalidad española sin que pierdan la suya de origen
El Gobierno español aprobó el pasado 7 de febrero una modificación del
Código Civil para conceder la nacionalidad española a todos los
sefardíes. (judíos expulsados de España en 1492) que lo pidan y puedan
acreditar tal condición.
Los sefardíes fueron expulsados de España por un edicto de 1492,
promulgado por los Reyes Católicos, que les obligó a convertirse al
catolicismo o, en caso contrario, a exiliarse del país en un plazo de
tres meses.
"El Estado español, al igual que ha anunciado el derecho de los judíos
sefardíes a gozar de la nacionalidad española (...) debería reconocer el
mismo derecho para el resto de expulsados, los moriscos; de lo
contrario, su decisión sería selectiva, por no decir racista" asegura
Bayib Loubaris, presidente de la Asociación Memoria de los Andalusíes
(como en Marruecos se denominó a los descendientes de los moriscos).
Loubaris calificó de "muy positiva" la decisión del Gobierno español
para con los sefardíes, ya que supone según él un reconocimiento de la
"culpa de expulsión que cometió el Estado español hacia sus ciudadanos".
La nueva reforma del Código Civil español permitirá a los sefardíes
pedir la nacionalidad española sin que pierdan la suya de origen, lo
cual parece difícil para los moriscos de origen marroquí, ya que España
no tiene convenio de doble nacionalidad con Marruecos.
Loubaris precisó que la exigencia la nacionalidad española no aparece
como prioridad máxima de su asociación, pero reconoció que ha habido
iniciativas individuales de algunos de sus miembros sobre este tema, que
llegaron a mandar una carta al rey Juan Carlos para solicitar su
derecho a ser españoles.
En realidad, se trata más bien de un reconocimiento de la memoria
histórica.
Loubaris explicó que su asociación, creada hace un año y medio, se
centra actualmente en dar a conocer el legado morisco, salvaguardar las
distintas manifestaciones de este patrimonio en Marruecos y devolver el
esplendor a este legado histórico.
Un estilo de vida reconocible
Los moriscos que fueron expulsados de España en 1610, unas 300.000
personas, se instalaron a partir de entonces en el norte de África,
principalmente en las ciudades de Marruecos, y en menor medida en
Argelia y Túnez.
La instalación de los moriscos en la orilla sur del Mediterráneo marcó
una nueva de refinamiento, elegancia y desarrollo
Si bien aquellos moriscos no conservaron —como los sefardíes— la lengua
española, trajeron con ellos un estilo de vida que aún hoy es
reconocible en la arquitectura (los tejados de tejas verdes), la
vestimenta, las tradiciones culinarias o la música andalusí, entre otras
cosas.
La instalación de los moriscos en la orilla sur del Mediterráneo marcó
una nueva de refinamiento, elegancia y desarrollo y dio un lustre de
"nobleza" a un estilo de vida hasta entonces mucho más rudo y campesino.
En Marruecos, el componente morisco ha merecido un lugar de distinción a
lo largo de siglos; del mismo modo, los moriscos han ocupado desde
siempre altos cargos que les garantizaba una proximidad a los círculos
del poder.
Según las estimaciones del presidente de la Asociación Memoria de los
Andalusíes, Nayib Loubaris, actualmente hay unas 600 familias de origen
morisco que se instalaron en varias ciudades del país, de las que un
centenar viven en Rabat.
Loubaris dice estar orgulloso de sus orígenes, tanto como de su
identidad actual en un país que "acogió a nuestros antepasados tras
haber sido expulsados por reyes que deberían haberlos protegido",
concluye.
Ver más en: http://www.20minutos.es/noticia/2060812/0/moriscos/reclaman/nacionalidad/#xtor=AD-15&xts=467263
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Si los sefardíes han
obtenido reparación histórica por parte de España, ¿por qué no los
moriscos? Los descendientes de aquellos moriscos expulsados de España en
el siglo XVII no ocultan un cierto sentimiento de "exclusión" y
reclaman de España el mismo trato que el reservado a los judíos
sefardíes.
Encuesta
¿Apoyarías que los descendientes de los moriscos también accedan a la
nacionalidad española?
Sí, deberían ser reconocidos como españoles porque fueron expulsados
solo por su condición religiosa No, hace mucho tiempo de aquello, no
tiene sentido dar la nacionalidad a sus descendientes Si se ofrece a los
descendientes sefardíes, también deberían acceder a ella los de
moriscos
Se apellidan Loubaris (de Olivares), Bargachi (de Vargas) Buano (de
Bueno), Sordo, Denia, Lucas... y constituyen cientos de familias en
Tetuán, en Rabat y en Fez, las ciudades de Marruecos donde fueron
acogidos tras su expulsión y donde se convirtieron pronto en la
"aristocracia" urbana.
Estos marroquíes de origen morisco han prestado mucha atención a la
reciente decisión del Gobierno español de conceder la nacionalidad
española a los judíos sefardíes (expulsados también de España en el
siglo XV) y piden que España tenga también gestos como para con los
moriscos.
La nueva reforma del Código Civil español permitirá a los sefardíes
pedir la nacionalidad española sin que pierdan la suya de origen
El Gobierno español aprobó el pasado 7 de febrero una modificación del
Código Civil para conceder la nacionalidad española a todos los
sefardíes. (judíos expulsados de España en 1492) que lo pidan y puedan
acreditar tal condición.
Los sefardíes fueron expulsados de España por un edicto de 1492,
promulgado por los Reyes Católicos, que les obligó a convertirse al
catolicismo o, en caso contrario, a exiliarse del país en un plazo de
tres meses.
"El Estado español, al igual que ha anunciado el derecho de los judíos
sefardíes a gozar de la nacionalidad española (...) debería reconocer el
mismo derecho para el resto de expulsados, los moriscos; de lo
contrario, su decisión sería selectiva, por no decir racista" asegura
Bayib Loubaris, presidente de la Asociación Memoria de los Andalusíes
(como en Marruecos se denominó a los descendientes de los moriscos).
Loubaris calificó de "muy positiva" la decisión del Gobierno español
para con los sefardíes, ya que supone según él un reconocimiento de la
"culpa de expulsión que cometió el Estado español hacia sus ciudadanos".
La nueva reforma del Código Civil español permitirá a los sefardíes
pedir la nacionalidad española sin que pierdan la suya de origen, lo
cual parece difícil para los moriscos de origen marroquí, ya que España
no tiene convenio de doble nacionalidad con Marruecos.
Loubaris precisó que la exigencia la nacionalidad española no aparece
como prioridad máxima de su asociación, pero reconoció que ha habido
iniciativas individuales de algunos de sus miembros sobre este tema, que
llegaron a mandar una carta al rey Juan Carlos para solicitar su
derecho a ser españoles.
En realidad, se trata más bien de un reconocimiento de la memoria
histórica.
Loubaris explicó que su asociación, creada hace un año y medio, se
centra actualmente en dar a conocer el legado morisco, salvaguardar las
distintas manifestaciones de este patrimonio en Marruecos y devolver el
esplendor a este legado histórico.
Un estilo de vida reconocible
Los moriscos que fueron expulsados de España en 1610, unas 300.000
personas, se instalaron a partir de entonces en el norte de África,
principalmente en las ciudades de Marruecos, y en menor medida en
Argelia y Túnez.
La instalación de los moriscos en la orilla sur del Mediterráneo marcó
una nueva de refinamiento, elegancia y desarrollo
Si bien aquellos moriscos no conservaron —como los sefardíes— la lengua
española, trajeron con ellos un estilo de vida que aún hoy es
reconocible en la arquitectura (los tejados de tejas verdes), la
vestimenta, las tradiciones culinarias o la música andalusí, entre otras
cosas.
La instalación de los moriscos en la orilla sur del Mediterráneo marcó
una nueva de refinamiento, elegancia y desarrollo y dio un lustre de
"nobleza" a un estilo de vida hasta entonces mucho más rudo y campesino.
En Marruecos, el componente morisco ha merecido un lugar de distinción a
lo largo de siglos; del mismo modo, los moriscos han ocupado desde
siempre altos cargos que les garantizaba una proximidad a los círculos
del poder.
Según las estimaciones del presidente de la Asociación Memoria de los
Andalusíes, Nayib Loubaris, actualmente hay unas 600 familias de origen
morisco que se instalaron en varias ciudades del país, de las que un
centenar viven en Rabat.
Loubaris dice estar orgulloso de sus orígenes, tanto como de su
identidad actual en un país que "acogió a nuestros antepasados tras
haber sido expulsados por reyes que deberían haberlos protegido",
concluye.
Ver más en: http://www.20minutos.es/noticia/2060812/0/moriscos/reclaman/nacionalidad/#xtor=AD-15&xts=467263
Ver más en: http://www.20minutos.es/noticia/2060812/0/moriscos/reclaman/nacionalidad/#xtor=AD-15&xts=467263
dimanche 16 février 2014
A propósito de la nacionalidad para sefardíes
Una colaboración de Pelagius. ¡Gracias!
Es sin duda interesante incluso algo ilusionante el asunto que esta página ocupa, no obstante, lo considero un tanto controvertido y complicado.
La nacionalidad es algo vital, algo definitorio, una nacionalidad, un pasaporte, una bandera, no son apenas papeles y un simple trapo, pues ellos, no simbolizan otra cosa que unos derechos y obligaciones de un pueblo, así como la cobertura de dichos derechos dentro de sus fronteras y en el exterior. Por ello debemos valorar la nacionalidad como algo fundamental de cada Estado que por tanto, no debemos cometer el error de emplear esta como mera moneda de cambio, como regalo o atractivo caramelo trampa para lograrse la atención de los a que a ella son ajenos.
Sin duda España puede tener deudas como la ligada a los sefardíes, pero me parece complicado irrelevante ocuparse de ello ahora, pues (con todos mis respetos), hablamos de nacionalidad a unas personas expulsadas en pleno Siglo XV, cuando lo que existía no era Estado sino Reino y los ciudadanos no eran sino súbditos, por tanto, dicha ciudadanía o nacionalidad no existía (¿la merecen también los romanos, los cuales tras la caída del imperio fueron expulsados de tierras peninsulares?).
A lo largo de la historia muchos han sido los vaivenes, pero reparar en esto ahora no me parece más que un movimiento de distracción por parte de los políticos que lo reparten y un ejercicio de aprovechamiento por parte de quienes la reciben. De hacer las cosas deben hacerse bien y no en la situación que nos asfixia en el momento, pues ¿cómo hablar de otorgar nacionalidad a quienes hace 5 siglos fueron expulsados, cuando aún siguen por resolver nacionalismos periféricos que nos afligen, un proyecto demasiado grande, complicado y utópico en la situación actual que España vive.
Por otro lado, ¿por qué otorgar la nacionalidad a quienes con sangre y bajas humanas para el país, lucharon para perderla (sahara por ejemplo)?, ¿solo porque , a pesar de nuestra mala situación, para ellos es un enorme regalo de mejora?, es decir, ¿ahora si la quieren?, no es acaso eso un ejercicio de deslealtad por nuestra parte para los que en aquellas guerras murieron luchado para evitar dichas secesiones, las cuales no trajeron más que dolor y miseria para nuestras tierras?, y lo más importante, ¿con qué fin busca el gobierno de España la concesión de dichos regalos, cuando dentro de nuestras actuales fronteras existen millones de problemas aún por responder?, bien podría ser partidismo, populismo, patrioterismo....la cosa pinta oscura a mi entender, pero sobre todo y esto dedicado a los unionistas, con los cuales sentimiento respeto comparto (aunque por este discurso no parezca), ¿de verdad queréis esta unidad?, una unidad fundamentada en el interés económico de una de las partes, cuya miseria no le permite razonar más allá?, no preferirían, e caso de darse, una "hipotética unión basada en los lazos (poíticos y culturales realmente existentes) y la cooperación, la integración cultural y sentimental real, en vez de otra meramente ficticia, económica e interesada...queremos más nacionalismos, que casualmente son quienes más ayudas y dinero estatal reciben?...lo siento pero yo no,, la unión así no me parece una vía válida para nada.
La escuela austríaca defiende "las tierras vacías no sirven de nada, son las personas, la mayor mano de obra quienes realmente crean la riqueza, por tanto a más personas, más riqueza"...Estoy de acuerdo con ello, pero como con todo, esto no es una mera realidad teórica, sino una realidad cultural, económica y política, mucho más compleja y complicada, en la cual, para funcionar, todos sus aspectos deben estar perfectamente conectados y engrasados para un triunfo real en determinados proyectos, es decir, más nacionalidad, más población, si...más mano de obra, más cooperación y más riqueza, puede, pero...de que te sirve si no existe tal cooperación?, si no hay convivencia?, en una palabra, si no hay cohesión (aceptación de los de dentro hacia los nuevos y asimilación de los de fuera una vez dentro), son esos lazos fundamentales para el desarrollo y para el bienestar de una nación, pues la naciones, aunque proyecto en común, deben fundamentarse en algo real y desde luego, el camino del interés no nos llevan a un buen fin para esta clase de proyectos.
Ciencia Política: Un ser humano se interesa por la política y cuestiones culturales (necesidades secundarias), una vez tiene cubiertas las necesidades primarias (comida, techo etc...), por tanto, dos personas, dos pueblos que no se encuentren en esta misma situación, no podrán razonar ni actuar de la misma manera.
En el caso de Cuba, el proyecto es utópico pero con bases sólidas (historia y cultura real), pero el camino unionista no puede ser más que a pequeños pasos, en caso de darse y mediante la cooperación para el desarrollo, ayuden primero a la isla a recuperarse (con un empujón, pero será responsabilidad de los cubanos, los mismo, que aunque no todos, lucharon por la independencia) y cuando la situación de estos sea de 2 nivel, con sus necesidades básicas cubiertas, cuando se encuentren en igual lugar, solo entonces se podrá abordar el tema con lealtad y consecuencia.
Es sin duda interesante incluso algo ilusionante el asunto que esta página ocupa, no obstante, lo considero un tanto controvertido y complicado.
La nacionalidad es algo vital, algo definitorio, una nacionalidad, un pasaporte, una bandera, no son apenas papeles y un simple trapo, pues ellos, no simbolizan otra cosa que unos derechos y obligaciones de un pueblo, así como la cobertura de dichos derechos dentro de sus fronteras y en el exterior. Por ello debemos valorar la nacionalidad como algo fundamental de cada Estado que por tanto, no debemos cometer el error de emplear esta como mera moneda de cambio, como regalo o atractivo caramelo trampa para lograrse la atención de los a que a ella son ajenos.
Sin duda España puede tener deudas como la ligada a los sefardíes, pero me parece complicado irrelevante ocuparse de ello ahora, pues (con todos mis respetos), hablamos de nacionalidad a unas personas expulsadas en pleno Siglo XV, cuando lo que existía no era Estado sino Reino y los ciudadanos no eran sino súbditos, por tanto, dicha ciudadanía o nacionalidad no existía (¿la merecen también los romanos, los cuales tras la caída del imperio fueron expulsados de tierras peninsulares?).
A lo largo de la historia muchos han sido los vaivenes, pero reparar en esto ahora no me parece más que un movimiento de distracción por parte de los políticos que lo reparten y un ejercicio de aprovechamiento por parte de quienes la reciben. De hacer las cosas deben hacerse bien y no en la situación que nos asfixia en el momento, pues ¿cómo hablar de otorgar nacionalidad a quienes hace 5 siglos fueron expulsados, cuando aún siguen por resolver nacionalismos periféricos que nos afligen, un proyecto demasiado grande, complicado y utópico en la situación actual que España vive.
Por otro lado, ¿por qué otorgar la nacionalidad a quienes con sangre y bajas humanas para el país, lucharon para perderla (sahara por ejemplo)?, ¿solo porque , a pesar de nuestra mala situación, para ellos es un enorme regalo de mejora?, es decir, ¿ahora si la quieren?, no es acaso eso un ejercicio de deslealtad por nuestra parte para los que en aquellas guerras murieron luchado para evitar dichas secesiones, las cuales no trajeron más que dolor y miseria para nuestras tierras?, y lo más importante, ¿con qué fin busca el gobierno de España la concesión de dichos regalos, cuando dentro de nuestras actuales fronteras existen millones de problemas aún por responder?, bien podría ser partidismo, populismo, patrioterismo....la cosa pinta oscura a mi entender, pero sobre todo y esto dedicado a los unionistas, con los cuales sentimiento respeto comparto (aunque por este discurso no parezca), ¿de verdad queréis esta unidad?, una unidad fundamentada en el interés económico de una de las partes, cuya miseria no le permite razonar más allá?, no preferirían, e caso de darse, una "hipotética unión basada en los lazos (poíticos y culturales realmente existentes) y la cooperación, la integración cultural y sentimental real, en vez de otra meramente ficticia, económica e interesada...queremos más nacionalismos, que casualmente son quienes más ayudas y dinero estatal reciben?...lo siento pero yo no,, la unión así no me parece una vía válida para nada.
La escuela austríaca defiende "las tierras vacías no sirven de nada, son las personas, la mayor mano de obra quienes realmente crean la riqueza, por tanto a más personas, más riqueza"...Estoy de acuerdo con ello, pero como con todo, esto no es una mera realidad teórica, sino una realidad cultural, económica y política, mucho más compleja y complicada, en la cual, para funcionar, todos sus aspectos deben estar perfectamente conectados y engrasados para un triunfo real en determinados proyectos, es decir, más nacionalidad, más población, si...más mano de obra, más cooperación y más riqueza, puede, pero...de que te sirve si no existe tal cooperación?, si no hay convivencia?, en una palabra, si no hay cohesión (aceptación de los de dentro hacia los nuevos y asimilación de los de fuera una vez dentro), son esos lazos fundamentales para el desarrollo y para el bienestar de una nación, pues la naciones, aunque proyecto en común, deben fundamentarse en algo real y desde luego, el camino del interés no nos llevan a un buen fin para esta clase de proyectos.
Ciencia Política: Un ser humano se interesa por la política y cuestiones culturales (necesidades secundarias), una vez tiene cubiertas las necesidades primarias (comida, techo etc...), por tanto, dos personas, dos pueblos que no se encuentren en esta misma situación, no podrán razonar ni actuar de la misma manera.
En el caso de Cuba, el proyecto es utópico pero con bases sólidas (historia y cultura real), pero el camino unionista no puede ser más que a pequeños pasos, en caso de darse y mediante la cooperación para el desarrollo, ayuden primero a la isla a recuperarse (con un empujón, pero será responsabilidad de los cubanos, los mismo, que aunque no todos, lucharon por la independencia) y cuando la situación de estos sea de 2 nivel, con sus necesidades básicas cubiertas, cuando se encuentren en igual lugar, solo entonces se podrá abordar el tema con lealtad y consecuencia.
lundi 10 février 2014
La oferta de nacionalidad a sefardíes satura los consulados españoles en Israel
La medida fue anunciada el viernes como anteproyecto de ley en el Consejo de Ministros
Se beneficiarán, según las agrupaciones sefardíes, hasta 3,5 millones de personas
La decisión del Gobierno de Mariano Rajoy de iniciar los trámites para aprobar en el Congreso una modificación del Código Civil que concedería la nacionalidad española a los judíos sefardíes que puedan demostrar con documentación esos ancestrales origen ha provocado gran ilusión en muchos israelíes, algo que ha propiciado un aluvión de consultas en la misión diplomática de España en este país. Las agrupaciones sefardíes estiman que 3,5 millones de personas podrían beneficiarse de esta medida, que, por decisión del ministerio de Justicia español, no obligará a los solicitantes a prescindir de otras nacionalidades que ya posean.
“De repente, todos somos españoles”, titulaba este lunes el diario israelí Yedioth Aharonoth, que explicaba que “ya hay gente en Israel haciendo cola para conseguir un pasaporte”. De modo similar, el diario Haaretz publica hoy una viñeta con una cola de 17 personas, con camisetas, bufandas y pancartas del Barça, ante la embajada de España en Tel Aviv.
El anteproyecto de ley debe pasar aún por el parlamento, y su aprobación se demorará probablemente meses, pero eso no ha evitado que ya circulen en las páginas web de los periódicos israelíes listas con nombres sefardíes. Una de ellas, publicada en el sitio de Yedioth Aharonoth, da 5.200 apellidos, como Alba, Ballestero, Fuentes, Toledano, Salom o Suárez.
El pueblo judío fue expulsado de España en 1492, pero su herencia y su cultura sefardí se han conservado a lo largo de más de cinco siglos. Muchas familias sefardíes aún atesoran lo que dicen que son las llaves de las casas en las que vivían sus familias cuando fueron expulsados por los Reyes Católicos en su campaña de homogeneización religiosa del país. A lo largo de las centurias, los sefardíes han conservado el idioma ladino, o judeoespañol, una variedad del castellano de época medieval.
“El gobierno español ha pasado de las palabras a los hechos, aunque esto no es cosa de apretar un botón, es un proceso. Empleando una metáfora, es como un tranvía que tiene varias estaciones. Lo que se ha hecho ahora es la salida del tren, pero aún debe debatirse en el Congreso y ser sometido a voto. Hasta que no se publique en el Boletín Oficial del Estado no será final”, asegura Avraham Haim, de 72 años y presidente del Consejo de las Comunidades Sefardíes de Jerusalén.
Haim, que habla ladino y cuyos ancestros fueron expulsados de España y recalaron en Sarajevo antes de emigrar a Hebrón, solicitará la nacionalidad cuando le sea posible. “No puedo decir que se haya hecho justicia al 100%, pero esto es una buena recompensa, es un buen gesto, muy justo”, dice hoy, con patente emoción.
Para los sefardíes el cambio en el Código Civil les evitará el problema de tener que elegir entre una nacionalidad u otra. Hoy pueden solicitar pasaporte español por dos vías. Bien tras residir dos años legalmente en España o bien por carta de naturaleza, que es una concesión de nacionalidad de forma discrecional por el Consejo de Ministros. Ambas requieren la renuncia a otros pasaportes.
Hasta ahora, la Federación de Comunidades Judías de España (FCJE) concedía oficialmente los expedientes que certifican el origen sefardí de un solicitante. El anteproyecto de ley establece ahora que “la condición de sefardí y la especial vinculación con España serán certificadas por el encargado del Registro Civil del domicilio del interesado bien en España o en el consular correspondiente”, por varias vías, entre ellas los certificado expedido por la Secretaría General de la Federación de Comunidades Judías de España o de la autoridad rabínica competente.
Lo que ha provocado gran interés en la ciudadanía de Israel es que el ministerio de Justicia haya decidido que también la certificación “por los apellidos del interesado o por el idioma familiar o por otros indicios que demuestren su pertenencia a la comunidad judía sefardí” o “la vinculación o parentesco del solicitante con una persona o familia de las mencionadas en el apartado anterior”. De ahí que estimen en 3,5 millones los posibles beneficiados y que ya circulen por las redes sociales nutridas listas de apellidos sefardíes.
“El Ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, cumple con su palabra y su compromiso y eso le honra”, según el presidente de la FCJE, Isaac Querub Caro, quien ha expresado “su satisfacción y esperanza porque esta nueva decisión supone un paso adelante que repara un error y una injusticia”.
Israel es, desde 2013, el país con mayor población judía del mundo, habiendo superado, con seis millones de habitantes, a Estados Unidos. Su independencia fue declarada en 1948 para convertirlo en la patria del pueblo judío en unos años en que comenzaba a conocerse la verdadera magnitud de Holocausto nazi, en el que fueron exterminados seis millones de ellos.
El rotativo israelí Haaretz publica este lunes un análisis en que intenta rebajar algo las ilusiones israelíes, para evitar futuras decepciones. “Antes de comenzar a buscar los certificados de nacimiento de sus abuelos, matricularse en clases de español o buscar su nombre en una lista que el Gobierno publicó recientemente, tengan en cuenta que, de momento, nada ha cambiado”, escribe Ofer Aderet. “La ley aún debe ser aprobada por el parlamento”. Cierto, pero a diferencia de en Israel, el partido gobernante en España tiene mayoría absoluta.
dimanche 9 février 2014
samedi 8 février 2014
¡Viva España, coño!
Los gobiernos españoles desde hace muchos años (siete siglos por lo menos) dan pruebas infinitas de su profunda y recurrente sabiduría. Esta últimanoticia de EFE es la prueba absoluta.
Como se sabe, desde hace meses los miembros del 1492-M ocupan la plaza del Sol, sin duda alguna, sus espectaculares y multitudinarias manifestaciones en Cataluña el pasado 11 de septiembre y en el País Vasco, tras la liberación de sus militantes el mes pasado, hacían impostergable esta sabia decisión.
Como lo afirma el presidente del gobierno, y hasta el mismo Monarca, la crisis económica ya ha quedado atrás, el empleo ha vuelto y los casos de corrupción están prácticamente resueltos. Nada más justo entonces que acceder al reclamo de este simpático colectivo. La reparación de los errores históricos es justa y necesaria, sobre todo para estos pobres españoles que lo necesitan urgentemente, abandonados y desperdigados por el mundo como se encuentran desde hace cinco siglos, sin un Estado digno de ese nombre, sólido y respetado que los proteja y defienda.
En cambio, los españoles musulmanes, expulsados en 1609, no precisan del apoyo de España, pues como se sabe, por allá abajo reinan por igual la armonía, el sosiego y la prosperidad; sin olvidar que los que aún residen en países libres, en paz y dichosos como Túnez Egipto y Siria, tampoco les interesaría ser españoles, pues a nadie hoy en el mundo le importan las bondades de la social democracia europea; y no mencionemos el caso de los felicísimos ex súbditos españoles del Sahara occidental, que viven sonrientes en el paraíso marroquí.
Para concluir y hablando de errores pasados, el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, ha destacado en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, que tampoco se consideró en el orden del día, el caso de las antiguas provincias españolas de Cuba y Puerto Rico, pues como se sabe, los españoles de Cuba, viven en democracia desde hace 55 años y actualmente sus descendientes, son respetados y tratados con los mismos derechos que cualquier ciudadano español peninsular por la empresas españolas allí instaladas. Por eso una vez más aplaudimos, aprobamos y gritamos emocionados ¡Viva España, carajo!
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Se trata como lo indica el despacho de subsanar "lo que sin duda había sido uno de los errores históricos más importantes" en la historia de España, es decir, restablecer el derecho a la nacionalidad española a los judíos expulsados en 1492.
A nadie se le escapa de que hablamos de un asunto de vital y capital importancia en el actual panorama político de la península, pues el reclamo de los expoliados ya alcanzaba proporciones inquietantes que amenazaban el orden público y la unidad territorial.
A nadie se le escapa de que hablamos de un asunto de vital y capital importancia en el actual panorama político de la península, pues el reclamo de los expoliados ya alcanzaba proporciones inquietantes que amenazaban el orden público y la unidad territorial.
Como se sabe, desde hace meses los miembros del 1492-M ocupan la plaza del Sol, sin duda alguna, sus espectaculares y multitudinarias manifestaciones en Cataluña el pasado 11 de septiembre y en el País Vasco, tras la liberación de sus militantes el mes pasado, hacían impostergable esta sabia decisión.
Como lo afirma el presidente del gobierno, y hasta el mismo Monarca, la crisis económica ya ha quedado atrás, el empleo ha vuelto y los casos de corrupción están prácticamente resueltos. Nada más justo entonces que acceder al reclamo de este simpático colectivo. La reparación de los errores históricos es justa y necesaria, sobre todo para estos pobres españoles que lo necesitan urgentemente, abandonados y desperdigados por el mundo como se encuentran desde hace cinco siglos, sin un Estado digno de ese nombre, sólido y respetado que los proteja y defienda.
En cambio, los españoles musulmanes, expulsados en 1609, no precisan del apoyo de España, pues como se sabe, por allá abajo reinan por igual la armonía, el sosiego y la prosperidad; sin olvidar que los que aún residen en países libres, en paz y dichosos como Túnez Egipto y Siria, tampoco les interesaría ser españoles, pues a nadie hoy en el mundo le importan las bondades de la social democracia europea; y no mencionemos el caso de los felicísimos ex súbditos españoles del Sahara occidental, que viven sonrientes en el paraíso marroquí.
Para concluir y hablando de errores pasados, el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, ha destacado en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, que tampoco se consideró en el orden del día, el caso de las antiguas provincias españolas de Cuba y Puerto Rico, pues como se sabe, los españoles de Cuba, viven en democracia desde hace 55 años y actualmente sus descendientes, son respetados y tratados con los mismos derechos que cualquier ciudadano español peninsular por la empresas españolas allí instaladas. Por eso una vez más aplaudimos, aprobamos y gritamos emocionados ¡Viva España, carajo!
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- http://www.lavanguardia.com/politica/20140207/54400938718/judios-sefardies-nacionalidad-espanola-acreditar-condicion.html
Los judíos sefardíes tendrán la nacionalidad española con sólo acreditar su condición
Los judíos sefardíes tendrán la nacionalidad española con sólo acreditar su condición
Los miembros de esta comunidad deberán acreditar dicha condición mediante un certificado sin tener que renunciar a su nacionalidad de origen
Redacción (Barcelona).- El Gobierno ha decidido "corregir un error histórico" al conceder la nacionalidad española a los judíos sefardíes simplemente con la acreditación de la condición de judío sefardí y sin tener que renunciar a su nacionalidad de origen.
En rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, ha señalado que los miembros de esta comunidad podrán acreditar esa condición a través de un certificado expedido por alguna de las comunidades judías en España. Además, el ministro ha señalado que dar la nacionalidad a los sefardíes refleja la realidad social española.
También en EFE
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