Los gobiernos españoles desde hace muchos años (siete siglos por lo menos) dan pruebas infinitas de su profunda y recurrente sabiduría. Esta últimanoticia de EFE es la prueba absoluta.
Como se sabe, desde hace meses los miembros del 1492-M ocupan la plaza del Sol, sin duda alguna, sus espectaculares y multitudinarias manifestaciones en Cataluña el pasado 11 de septiembre y en el País Vasco, tras la liberación de sus militantes el mes pasado, hacían impostergable esta sabia decisión.
Como lo afirma el presidente del gobierno, y hasta el mismo Monarca, la crisis económica ya ha quedado atrás, el empleo ha vuelto y los casos de corrupción están prácticamente resueltos. Nada más justo entonces que acceder al reclamo de este simpático colectivo. La reparación de los errores históricos es justa y necesaria, sobre todo para estos pobres españoles que lo necesitan urgentemente, abandonados y desperdigados por el mundo como se encuentran desde hace cinco siglos, sin un Estado digno de ese nombre, sólido y respetado que los proteja y defienda.
En cambio, los españoles musulmanes, expulsados en 1609, no precisan del apoyo de España, pues como se sabe, por allá abajo reinan por igual la armonía, el sosiego y la prosperidad; sin olvidar que los que aún residen en países libres, en paz y dichosos como Túnez Egipto y Siria, tampoco les interesaría ser españoles, pues a nadie hoy en el mundo le importan las bondades de la social democracia europea; y no mencionemos el caso de los felicísimos ex súbditos españoles del Sahara occidental, que viven sonrientes en el paraíso marroquí.
Para concluir y hablando de errores pasados, el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, ha destacado en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, que tampoco se consideró en el orden del día, el caso de las antiguas provincias españolas de Cuba y Puerto Rico, pues como se sabe, los españoles de Cuba, viven en democracia desde hace 55 años y actualmente sus descendientes, son respetados y tratados con los mismos derechos que cualquier ciudadano español peninsular por la empresas españolas allí instaladas. Por eso una vez más aplaudimos, aprobamos y gritamos emocionados ¡Viva España, carajo!
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Se trata como lo indica el despacho de subsanar "lo que sin duda había sido uno de los errores históricos más importantes" en la historia de España, es decir, restablecer el derecho a la nacionalidad española a los judíos expulsados en 1492.
A nadie se le escapa de que hablamos de un asunto de vital y capital importancia en el actual panorama político de la península, pues el reclamo de los expoliados ya alcanzaba proporciones inquietantes que amenazaban el orden público y la unidad territorial.
A nadie se le escapa de que hablamos de un asunto de vital y capital importancia en el actual panorama político de la península, pues el reclamo de los expoliados ya alcanzaba proporciones inquietantes que amenazaban el orden público y la unidad territorial.
Como se sabe, desde hace meses los miembros del 1492-M ocupan la plaza del Sol, sin duda alguna, sus espectaculares y multitudinarias manifestaciones en Cataluña el pasado 11 de septiembre y en el País Vasco, tras la liberación de sus militantes el mes pasado, hacían impostergable esta sabia decisión.
Como lo afirma el presidente del gobierno, y hasta el mismo Monarca, la crisis económica ya ha quedado atrás, el empleo ha vuelto y los casos de corrupción están prácticamente resueltos. Nada más justo entonces que acceder al reclamo de este simpático colectivo. La reparación de los errores históricos es justa y necesaria, sobre todo para estos pobres españoles que lo necesitan urgentemente, abandonados y desperdigados por el mundo como se encuentran desde hace cinco siglos, sin un Estado digno de ese nombre, sólido y respetado que los proteja y defienda.
En cambio, los españoles musulmanes, expulsados en 1609, no precisan del apoyo de España, pues como se sabe, por allá abajo reinan por igual la armonía, el sosiego y la prosperidad; sin olvidar que los que aún residen en países libres, en paz y dichosos como Túnez Egipto y Siria, tampoco les interesaría ser españoles, pues a nadie hoy en el mundo le importan las bondades de la social democracia europea; y no mencionemos el caso de los felicísimos ex súbditos españoles del Sahara occidental, que viven sonrientes en el paraíso marroquí.
Para concluir y hablando de errores pasados, el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, ha destacado en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, que tampoco se consideró en el orden del día, el caso de las antiguas provincias españolas de Cuba y Puerto Rico, pues como se sabe, los españoles de Cuba, viven en democracia desde hace 55 años y actualmente sus descendientes, son respetados y tratados con los mismos derechos que cualquier ciudadano español peninsular por la empresas españolas allí instaladas. Por eso una vez más aplaudimos, aprobamos y gritamos emocionados ¡Viva España, carajo!
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- http://www.lavanguardia.com/politica/20140207/54400938718/judios-sefardies-nacionalidad-espanola-acreditar-condicion.html
Es sin duda interesante incluso algo ilusionante el asunto que esta página ocupa, no obstante, lo considero un tanto controvertido y complicado. La nacionalidad es algo vital, algo definitorio, una nacionalidad, un pasaporte, una bandera, no son apenas papeles y un simple trapo, pues ellos, no simbolizan otra cosa que unos derechos y obligaciones de un pueblo, así como la cobertura de dichos derechos dentro de sus fronteras y en el exterior. Por ello debemos valorar la nacionalidad como algo fundamental de cada Estado que por tanto, no debemos cometer el error de emplear esta como mera moneda de cambio, como regalo o atractivo caramelo trampa para lograrse la atención de los a que a ella son ajenos. Sin duda España puede tener deudas como la ligada a los sefardíes, pero me parece complicado irrelevante ocuparse de ello ahora, pues (con todos mis respetos), hablamos de nacionalidad a unas personas expulsadas en pleno Siglo XV, cuando lo que existía no era Estado sino Reino y los ciudadanos no eran sino súbditos, por tanto, dicha ciudadanía o nacionalidad no existía (¿la merecen también los romanos, los cuales tras la caída del imperio fueron expulsados de tierras peninsulares?). A lo largo de la historia muchos han sido los vaivenes, pero reparar en esto ahora no me parece más que un movimiento de distracción por parte de los políticos que lo reparten y un ejercicio de aprovechamiento por parte de quienes la reciben. De hacer las cosas deben hacerse bien y no en la situación que nos asfixia en el momento, pues ¿cómo hablar de otorgar nacionalidad a quienes hace 5 siglos fueron expulsados, cuando aún siguen por resolver nacionalismos periféricos que nos afligen, un proyecto demasiado grande, complicado y utópico en la situación actual que España vive. Por otro lado, ¿porque otorgar la nacionalidad a quienes con sangre y bajas humanas para el país, lucharon para perderla (sahara por ejemplo)?, ¿solo porque , a pesar de nuestra mala situación, para ellos es un enorme regalo de mejora?, es decir, ¿ahora si la quieren?, no es acaso eso un ejercicio de deslealtad por nuestra parte para los que en aquellas guerras murieron luchado para evitar dichas secesiones, las cuales no trajeron más que dolor y miseria para nuestras tierras?, y lo más importante, ¿con qué fin busca el gobierno de España la concesión de dichos regalos, cuando dentro de nuestras actuales fronteras existen millones de problemas aún por responder?, bien podría ser partidismo, populismo, patrioterismo....la cosa pinta oscura a mi entender, pero sobre todo y esto dedicado a los unionistas, con los cuales sentimiento respeto comparto (aunque por este discurso no parezca), ¿de verdad quereis esta unidad?, una unidad fundamentada en el interés económico de una de las partes, cuya miseria no le permite razonar más allá?, no preferirían, e caso de darse, una "hipotética unión basada en los lazos (poíticos y culturales realmente existentes) y la cooperación, la integración cultural y sentimental real, en vez de otra meramente ficticia, económica e interesada...queremos más nacionalismos, que casualmente son quienes más ayudas y dinero estatal reciben?...lo siento pero yo no,, la unión así no me parece una vía válida para nada.
RépondreSupprimerLa escuela austríaca defiende "las tierras vacías no sirven de nada, son las personas, la mayor mano de obra quienes realmente
crean la riqueza, por tanto a más personas, más riqueza"...Estoy de acuerdo con ello, pero como con todo, esto no es una mera realidad teórica, sino una realidad cultural, económica y política, mucho más compleja y complicada, en la cual, para funcionar, todos sus aspectos deben estar perfectamente conectados y engrasados para un triunfo real en determinados proyectos, es decir, más nacionalidad, más población, si...más mano de obra, más cooperación y más riqueza, puede, pero...de que te sirve si no existe tal cooperación?, si no hay convivencia?, en una palabra, si no hay cohesión (aceptación de los de dentro hacia los nuevos y asimilación de los de fuera una vez dentro), son esos lazos fundamentales para el desarrollo y para el bienestar de una nación, pues la naciones, aunque proyecto en común, deben fundamentarse en algo real y desde luego, el camino del interés no nos llevan a un buen fin para esta clase de proyectos.
RépondreSupprimerCiencia Política: Un ser humano se interesa por la política y cuestiones culturales (necesidades secundarias), una vez tiene cubiertas las necesidades primarias (comida, techo etc...), por tanto, dos personas, dos pueblos que no se encuentren en esta misma situación, no podrán razonar ni actuar de la misma manera. En el caso de Cuba, el proyecto es utópico pero con bases sólidas (historia y cultura real), pero el camino unionista no puede ser más que a pequeños pasos, en caso de darse y mediante la cooperación para el desarrollo, ayuden primero a la isla a recuperarse (con un empujón, pero será responsabilidad de los cubanos, los mismo, que aunque no todos, lucharon por la independencia) y cuando la situación de estos sea de 2 nivel, con sus necesidades básicas cubiertas, cuando se encuentren en igual lugar, solo entonces se podrá abordar el tema con lealtad y consecuencia.