Esta semana recordamos al acorazado estadounidense Maine, que se hundió
en el puerto de La Habana en febrero de 1898. Llevaba un mes atracado en
la zona para proteger a los norteamericanos de la isla ante los
enfrentamientos entre España y su todavía colonia cubana... Una noche,
el Maine explotó. Y con él perecieron casi 270 marineros. Estados Unidos
atribuyó los sucedido a un atentado de los españoles. Así se encendió
la mecha que iniciaría la guerra hispano-norteamericana y que puso fin
al dominio español en Cuba y Puerto Rico. Años después, Estados Unidos
reconocería que la explosión de uno de los polvorines pudo ser la causa
del hundimiento del acorazado. Así lo contaba en 1998, Informe semanal.
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