El día 28 de febrero, la periodista del diario “El Mundo” Ángeles Escrivá, en un texto titulado “España pide la extradición de dos históricos etarras a Cuba”, ejercía de portavoz de facto del Gobierno español.
`La Habana ha dado la callada por respuesta (a la citada petición de extradición) –decía-, a pesar de (…) que es clave para que España se muestre favorable a la reclamación” de Cuba de ser retirada de la lista estadounidense de países colaboradores con el terrorismo. Este chantajismo prepotente y neocolonial jugaba una mala pasada a la periodista, que cometía en la noticia dos gazapos de antología. Edición: Esther Jávega.
Prensa afín al Gobierno español reconoce que éste chantajea a Cuba con el tema ETA en el diálogo con EEUU
Durante años, el mensaje “antiterrorista” más duro en contra de la organización vasca ETA fue un factor de atracción de votos para el derechista Partido Popular español, hoy en el Gobierno (1). En claro retroceso en las encuestas para las próximas elecciones (2), este partido trata ahora de resucitar el fantasma de ETA, a pesar de que ésta cesó su actividad armada hace más de tres años (3).
En este escenario se enmarca una nueva campaña, encabezada por periódicos cercanos al Gobierno español, como “El Mundo” (4) y “ABC” (5), en torno a la presencia de miembros de ETA en Cuba.
Todo comenzó con la reciente visita a La Habana de José Luis Rodríguez Zapatero, expresidente español. Su visita, de ámbito privado, estaba enmarcada en una iniciativa internacional que pide a los gobiernos la abolición definitiva de la pena de la muerte. Cuba aún la mantiene en su Código Penal, a pesar de que no la aplica desde hace 12 años (6).
El Presidente cubano Raúl Castro atendió personalmente la petición de Zapatero, quien a su vez apoyó a Cuba en su reivindicación de ser retirada de la “lista de países que apoyan el terrorismo”, elaborada por la Casa Blanca y que implica sanciones añadidas al bloqueo que ya sufre la Isla (7).
Que Raúl Castro recibiera a Zapatero, y no recibiera en noviembre al actual Ministro español de Asuntos Exteriores José Manuel García-Margallo, irritó soberanamente al Gobierno español y a su prensa más cercana (8).
Solo el diario “El Mundo” llegó a publicar, en poco más de una semana, hasta 16 notas y artículos justificando el berrinche del Gobierno español (9).
El Ministro García-Margallo criticó a Zapatero con un argumento que descubre cómo España trata de poner obstáculos al incipiente diálogo Cuba-EEUU: Madrid estaría solicitando a la Casa Blanca que mantenga a Cuba en la citada “lista de países terroristas” mientras La Habana no extradite a Madrid a dos de los miembros de ETA residentes en la Isla (10).
De esta forma, Gobierno y prensa española aprovechaban para resucitar el mito de la supuesta colaboración del Gobierno cubano con ETA.
Recordemos que estas personas fueron acogidas en Cuba –como otras en Panamá, Uruguay, Nicaragua, Cabo Verde, Santo Tomé, Venezuela y República Dominicana- hace más de 30 años y a petición expresa del Gobierno español de Felipe González (11). La actual petición de extradición de dos de ellas estaría basada en que sus nombres aparecieron –supuestamente- en el ordenador del jefe guerrillero colombiano asesinado en 2008, Raúl Reyes (12), cuyos discos duros fueron -según numerosas organizaciones de derechos humanos- manipulados por los Servicios colombianos de Inteligencia (13).
La petición de extradición parece, además, fuera de tiempo: la guerrilla de las FARC negocia con el Gobierno colombiano, desde hace dos años, una paz definitiva, precisamente en La Habana (14). Y ETA lleva más de tres años de alto el fuego también definitivo (15).
El día 28 de febrero, la periodista del diario “El Mundo” Ángeles Escrivá, en un texto titulado “España pide la extradición de dos históricos etarras a Cuba”, ejercía de portavoz de facto del Gobierno español (16). `La Habana ha dado la callada por respuesta (a la citada petición de extradición) –decía-, a pesar de (…) que es clave para que España se muestre favorable a la reclamación” de Cuba de ser retirada de la lista estadounidense de países colaboradores con el terrorismo.
Este chantajismo prepotente y neocolonial jugaba una mala pasada a la periodista, que cometía en la noticia dos gazapos de antología.
Uno: afirmaba que “la cuestión (de las extradiciones) es clave para que España retire al régimen castrista de la lista de países que colaboran con el terrorismo”. Es decir, confundía la autoría de la famosa lista y la atribuía a España, no a EEUU, gobierno que realmente la elabora. Y dos: al referirse a otros dos militantes de ETA que, supuestamente, también viven en Cuba, tras reconocer que “ninguno de los dos tiene causas pendientes” con la Justicia española, añadía que “su entrega (a España) demostraría buena voluntad” (por parte de Cuba). La pregunta es obvia: si estas personas no tienen causas pendientes, ¿a qué juez las debería entregar Cuba?
En resumen: el Partido Popular utiliza, una vez más, el manido tema del “antiterrorismo” para atraer un electorado en fuga masiva; y la gran prensa española cumple, una vez más, su rol de propagandista. En este caso, no solo del Gobierno español, sino de las posiciones políticas norteamericanas a la derecha de la propia Casa Blanca (17).
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