El periódico advierte que los planes no prosperarán hasta que dos industrias esenciales estadounidenses consigan subir a bordo: la banca y las telecomunicaciones.
El diario USA Today
afirmó que "después de una ola inicial de entusiasmo" por las
decisiones de Barack Obama sobre Cuba, ahora "las empresas
estadounidenses están echando el freno".
"Aunque empresas como MasterCard, American Express, Netflix y Twitter han anunciado planes para expandir sus operaciones en Cuba, no pueden prosperar en la Isla hasta que dos industrias esenciales estadounidenses consiguan subir a bordo: la banca y las telecomunicaciones", añadió el periódico.
Aseguró que, hasta el momento, los empresarios de ambos campos "no se atreven a saltar al arriesgado mercado cubano".
Alex Sánchez, presidente y director ejecutivo de la Asociación de Banqueros de la Florida, indicó que "al capital no le gusta ir a donde hay riesgo". "No va a Irán, no va a Irak, y probablemente no irá a Cuba durante un tiempo, debido al riesgo".
USA Today recordó que en la Isla "no existe un sistema judicial independiente" al que las compañías estadounidenses puedan acudir para solucionar posibles controversias. "El gobierno comunista tiene una larga historia de apoderarse de bienes extranjeros", recordó.
A causa de temores sobre las multas por operaciones con regímenes como el de La Habana, "ningún banco de Estados Unidos ha acordado tramitar las transacciones llevadas a cabo en Cuba", y, en la industria de las telecomunicaciones, solo una empresa —IDT— ha firmado un acuerdo con el Gobierno cubano, dijo.
El contrato de IDT para llamadas de larga distancia entre Estados Unidos y Cuba representa un "primer paso", dijo su portavoz, Bill Ulrey. Funcionarios de la compañía esperan que dé lugar a más servicios relacionados con Cuba.
"Incluso, si más compañías estadounidenses se apresuran con ofertas de la Isla para instalar torres celulares y equipos de banda ancha, sigue siendo desconocido cuánto de ello aceptarán los funcionarios cubanos", comentó John Kavulich, asesor del US-Cuba Trade and Economic Council.
Añadió que el régimen "probablemente quiera garantías de que los equipos de telecomunicaciones no han sido manipulado por los organismos de inteligencia de Estados Unidos". Y advirtió que La Habana podría solicitar el acceso "por la puerta trasera" para monitorear internet después de su instalación.
"Las compañías de telecomunicaciones pueden encontrarse con esas solicitudes, difíciles de cumplir", adelantó Kavulich.
La creación de un sistema de control de internet iría contra el objetivo de Obama de utilizar la conectividad para empoderar a los ciudadanos cubanos, advirtió Kavulich.
"La falta de declaraciones por parte del Gobierno cubano debe ser una gran bandera amarilla de precaución", apuntó.
Hasta que La Habana no señale el deseo de conectar su gente, todo el poder las telecomunicaciones y el know-how de EEUU, "no harán una diferencia", afirmó Larry Press, profesor de la Universidad Estatal de California. "La pelota está en la cancha cubana ahora", dijo.
"Aunque empresas como MasterCard, American Express, Netflix y Twitter han anunciado planes para expandir sus operaciones en Cuba, no pueden prosperar en la Isla hasta que dos industrias esenciales estadounidenses consiguan subir a bordo: la banca y las telecomunicaciones", añadió el periódico.
Aseguró que, hasta el momento, los empresarios de ambos campos "no se atreven a saltar al arriesgado mercado cubano".
Alex Sánchez, presidente y director ejecutivo de la Asociación de Banqueros de la Florida, indicó que "al capital no le gusta ir a donde hay riesgo". "No va a Irán, no va a Irak, y probablemente no irá a Cuba durante un tiempo, debido al riesgo".
USA Today recordó que en la Isla "no existe un sistema judicial independiente" al que las compañías estadounidenses puedan acudir para solucionar posibles controversias. "El gobierno comunista tiene una larga historia de apoderarse de bienes extranjeros", recordó.
A causa de temores sobre las multas por operaciones con regímenes como el de La Habana, "ningún banco de Estados Unidos ha acordado tramitar las transacciones llevadas a cabo en Cuba", y, en la industria de las telecomunicaciones, solo una empresa —IDT— ha firmado un acuerdo con el Gobierno cubano, dijo.
El contrato de IDT para llamadas de larga distancia entre Estados Unidos y Cuba representa un "primer paso", dijo su portavoz, Bill Ulrey. Funcionarios de la compañía esperan que dé lugar a más servicios relacionados con Cuba.
"Incluso, si más compañías estadounidenses se apresuran con ofertas de la Isla para instalar torres celulares y equipos de banda ancha, sigue siendo desconocido cuánto de ello aceptarán los funcionarios cubanos", comentó John Kavulich, asesor del US-Cuba Trade and Economic Council.
Añadió que el régimen "probablemente quiera garantías de que los equipos de telecomunicaciones no han sido manipulado por los organismos de inteligencia de Estados Unidos". Y advirtió que La Habana podría solicitar el acceso "por la puerta trasera" para monitorear internet después de su instalación.
"Las compañías de telecomunicaciones pueden encontrarse con esas solicitudes, difíciles de cumplir", adelantó Kavulich.
La creación de un sistema de control de internet iría contra el objetivo de Obama de utilizar la conectividad para empoderar a los ciudadanos cubanos, advirtió Kavulich.
"La falta de declaraciones por parte del Gobierno cubano debe ser una gran bandera amarilla de precaución", apuntó.
Hasta que La Habana no señale el deseo de conectar su gente, todo el poder las telecomunicaciones y el know-how de EEUU, "no harán una diferencia", afirmó Larry Press, profesor de la Universidad Estatal de California. "La pelota está en la cancha cubana ahora", dijo.
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