Publicado aquí por cortesía de Adalberto Ranssell-Levis. Su último artículo, "Hate speesh, libertad de expresión y la neofobia de los nacionalistas," inspirado por el reciente y aún inconcluso diálogo con el periodista independiente cubano Mario J. Viera dado a conocer ayer en el blog del Partido Autonomista Cubano Español (PACE). ¡Gracias!
Los nacionalistas momifican el pensamiento martiano, y luego, desde ese inmovilismo dogmático recetan remedios a los males de Cuba. También suelen “olvidar” de manera selectiva pasajes del Apóstol, de-construyendo su ideario para reconstruirlo a la imagen y medida de los deseos e intereses del grupo.
Los nacionalistas momifican el pensamiento martiano, y luego, desde ese inmovilismo dogmático recetan remedios a los males de Cuba. También suelen “olvidar” de manera selectiva pasajes del Apóstol, de-construyendo su ideario para reconstruirlo a la imagen y medida de los deseos e intereses del grupo.
“La importancia – decía Martí– de abrir la República a todas las ideas (…) porque (…) la República, al desconocer un partido cualquiera reprimiría en él sin éxito una expresión de la naturaleza (…) la voluntad de todos pacíficamente expresada, es el germen generador de la República. Debemos impedir que las simpatías revolucionarias en Cuba se tuerzan y esclavicen por ningún interés de grupo, para la prepotencia de una clase social, o la autoridad desmesurada de una autoridad militar o civil, ni de una comarca determinada, ni de una raza sobre otra. La patria con todos y para el bien de todos.”
De esto se colige que la libertad de expresión es aquello que permite exponer sin “tacha” los contrastes que concurren dentro de cualquier sociedad donde exista una democracia saludable.
El Anexionismo, el Autonomismo y el Nacionalismo son opciones que han estado en vigor o latentes entre nosotros desde hace mucho tiempo, teniendo variedad de matices, incluso, estas tendencias han sobrepasado la época en que vivió José Martí, muestra de ello es que el debate de hoy sigue produciéndose a causa de estas corrientes. Y no es el libre albedrío que por derecho tienen unos para exponer sus ideas, el mismo que ha de utilizarse para anular a otros por el simple hecho de haberles objetado. Ni la verdad absoluta es absolutamente cierta, ni nadie debe imponer sus prioridades utilizando esos malsanos métodos de tachar a los demás de anticubanos o vende patrias, al servicio del imperio, fabricando de ese modo un odio visceral entre nosotros, cuando solo deben existir diferencias conceptuales o de ideas, que servirían no para el enfrentamiento fáctico y brutal entre los hombres; sino, más bien deben servir al natural ensanchamiento de la espiral democrática.
Muchas expresiones se han convertido en frases manidas o en lugares comunes dentro del discurso oficial del sistema comunista-cuartelero o socialismo real, que gracia a Dios, ya ha desaparecido en la mayoría de los países que lo padecieron. Pero para hacer honor a la verdad no ha sido privilegio exclusivo de la izquierda estalinista. Hay que reconocer que las dictaduras de derecha y los nacionalismos siempre las han puesto en juego de manera harto suficiente. Hoy, no parece posible que sean eclipsadas, pues tanto para los Nacionalistas de “Socialismo o Muerte”, de “Patria o Muerte, ¡Venceremos!” como para los anticastristas, nosotros, los distintos; Autonomistas y Anexionistas somos unos hijos de Cuba, que hemos ganado, según ellos, por derecho propio; la condición irrevocable, de anticubanos, despreciables e indecorosos vende patrias. Estos iluminados adalides de la moral y de la verdad convertirían con gusto a la prensa en una colegiala pija de sus gobiernos, pues las publicaciones estarían reservadas a reproducir los dictados del nuevo régimen, el cual justificaría su actuación proclamándose guardián del honor y la integridad del país y de todos los cubanos honestos y patriotas. Con esa apología del odio (hate speech), terminaríamos hallando entre nosotros los extremos. Nada nuevo. El germen de la exclusión y violencia sigue vivo y puede crecer dentro de una nueva etapa en la posible y futura “democracia” post-Castro, al menos si no se le pone bozal a esta jauría de insurrectos proscritos y también a los aliñados por la dictadura durante más de cincuenta años en las islas de Cuba.
Me parece bien traer a acotación las palabras del Presidente de la Sección Española de Periodistas Europeos, señor Carlos Luis Álvarez, el cual durante el seminario preparado por esa organización en la Habana, hace ya algunos años, nos brinda sus reflexiones sobre la libertad de expresión, su enfoque es realista y resume de manera contundente una serie de ideas sobre el tema: “(…) Sabemos –dijo- hasta qué punto la libertad de expresión en sociedades democráticas, como la nuestra, se ha monstruizado en un proceso de metástasis, de tal manera que hay muchos grupos de prensa o periodistas que son meras terminales de grupos de intereses y, muchas veces, sectores de la sociedad quedan a merced de ese ejercicio amedrentador que conforma una democracia no estrictamente parlamentaria.
En un célebre ensayo del sociólogo francés Alaín Minc titulado La Borrachera de la Democracia, se pone de relieve que una democracia mediática es una mera democracia de los medios que amedrenta a la Justicia, que amedrenta al Parlamento y que amedrenta a la Sociedad. La libertad de expresión no es algo que está volando por ahí, algo puro e incontaminado, eso no existe. Naturalmente que se ejerce en función de unos intereses, pero al existir una diversidad de grupos privados de comunicación, es decir de existir una pluralidad de intereses, se crea un contraste de intereses, se crea un contraste de informaciones, se crea un contraste de puntos de vistas y se crea un contraste de opinión. Y eso tan sencillo y tan modesto, es libertad de expresión. No es un gran concepto abstracto que vuela por ahí, no. Es sencillamente el contraste entre intereses parciales.”
Aquí no podré analizar con profundidad, por razones obvias, el concepto “libertad de expresión” aunque vale la pena que todos los cubanos hiciéramos un esfuerzo por entender que en este caso los intereses particulares no deben estar por encima de los generales, porque es fundamental que empecemos a concebir y admitir la pluralidad de ideas, no como un obstáculo o impedimento a la hora de crear una sociedad sana, sino más bien como una necesidad práctica y ética desde ya y, en la etapa de transición, cambio y progreso democrático. Ese es el reto.
Por otro lado, si apreciamos con claridad que los medios de información cada vez con mayor realce van determinando comportamientos sociales, debido a que el nivel tecnológico de hoy es capaz de “comunicar” a una enorme masa de individuos en todo el planeta y con una inmediatez inimaginable hace apenas unos veinte años atrás. El teléfono móvil, Skype, Facebook, las transmisiones satelitales televisivas de cientos de canales… La mayoría de estos medios pertenecientes a unos pocos empresarios, los que a la vez son los tenedores del poder de la información a nivel global. Ellos (los monopolios), por supuesto, responden a intereses de individuos y de gobiernos, además tienen la omnipotencia para eclipsar a los canales públicos de comunicación, así como al resto de los medios de noticias independientes de algunos países. Los grandes emporios de la información, habitualmente irrumpen con sus emisiones en debates sobre economía, ecología, cultura, ciencia, ideología… y política con la finalidad de domar la opinión pública y colocar a sus marionetas en los gobiernos “democráticos”. Esta realidad ha servido de justificación a Chávez-Maduro o a Correa para eliminar periódicos y canales de televisión que no convergían con los criterios e intereses políticos de ellos.
En la práctica de los países con democracias avanzada “todas las instituciones con autoridad reguladora sobre los medios, escritos o de transmisión, (son) completamente independientes del gobierno. Los procesos de solicitud de licencias deben ser abiertos y transparentes, donde las decisiones acerca de las solicitudes en competencia sean tomadas sobre la base de criterios preestablecidos, en el mejor interés del derecho del público a estar informado. Además, los poderes de las instituciones reguladoras de las transmisiones (se) limitan a asuntos relacionados al otorgamiento de licencias y a las quejas…( pero también) al existir ciertas formas extremas de expresión que necesitan ser acotadas para la protección de otros derechos humanos, se restringe la libertad de expresión, en tales situaciones resulta siempre un buen acto de ponderación. Una forma particular de expresión que está prohibida en algunos países es la apología del odio…” Las más de cinco décadas de hostilidad del gobierno de los Castro hacía la libertad de palabra, parece haber tenido una reacción negativa en los aperturistas del exilio, al confundir libertad con libertinaje, seguramente esto suceda por no haberse encontrado un ente regulador para los modos y contenidos adecuados de expresión.
Las posibilidades de mantener diálogos entre individuos a través de nuevos medios, como Internet, teléfono móvil... o televisión satelital, de percibir fronteras sin restricciones para el tránsito de ciudadanos y el comercio entre empresas que forman parte del territorio de la Unión Europea. Alcanzar distancias más allá de nuestro sistema solar, clonar especies vegetales o animal que habían desaparecido y reinsertarlas en el medio, construir nuevas y más eficaces tecnologías de transporte, avanzar más allá de lo teórico para viajar en el tiempo, concebir que ya el hombre ha empezado a experimentar y a proponer para el advenimiento del fin del trabajo o por lo menos para el fin del trabajo del modo en que se ha conocido hasta hoy… escuchar en los noticieros hablar de los Drones (aviones de Inteligencia técnica y de combate no tripulado) o que los equipos mecanizados terrestres del ejército israelí disponen de un halo magnético que los hace inmunes a la artillería y a los campos sembrados de minas. Los grandes logros en la biología, en la astronomía, en la biomecánica o en la física cuántica… han logrado que lo que hasta hace muy poco pareciera ciencia ficción hoy sea realidad y en muchos casos ya se hayan superado ampliamente. ¡SEÑORES, EL MUNDO HA CAMBIADO, ESTO QUE VEIS ES EL NUEVO ORDEN Y NO GIGANTES! La inconsciencia o inocencia de aquellos que aspiran a vivir como querían los hombres del siglo XIX, en conucos de tierras con su vaquitas y lechón asegurado para la celebración pascual, es cuando menos una expresión incontrolada de neofobia o desconocen que nos encontramos inmersos y de manera irreversible en un Nuevo Orden Mundial, orden que abarca todas las ramas del saber y del hacer humano. La solución de los problemas en Cuba desde la óptica nacionalista parte de una percepción inadecuada de la realidad, identificando dolencias pasadas con los nuevos males, por ello permanecen recetando remedios incorrectos y señalando de anticubanos a los que les objetan. ¿Quiénes son los anticubanos? Yo no diré que ellos, la ignorancia no es culpa, pero ellos están empedrando el camino hacia el infierno.
El quid de la cuestión es oírnos a nosotros mismos pero también escuchar a los demás, pensar luego y preguntarse más tarde en dónde está la razón. Ni la Constitución del 40, ni la República que pensó Martí es un Opus Dei con vigencia per saecula saeculorum. Un mundo que cambia de manera constante e ininterrumpida exige permutas mentales acordes al ritmo de las variaciones que sufren el medio ambiente, la sociedad, la cultura, la política, la tecnología, la ciencia… y sobre todo la economía. Esas “verdades” dogmaticas y enquistadas en la mente de buena parte de mis compatriotas, reflejan una esquizofrenia escabrosa y al mismo tiempo conmovedora. Permanecer en sus trece con desatinadas propuestas, y sobre todo, defendidas con un lenguaje que recuerda a los integristas religiosos de hoy o a los inquisidores medievales.
Desde ya hay que regular ese lenguaje desaforado, imperativo, cañonero, carroñero y emputado, lacerante, que fluye, refluye e influye y avanza como un tropel de bestias en la pradera, pendiente de virtud y prolongado en cursis e innecesarios eufemismos, que sirven única y exclusivamente para sembrar el descrédito, la cizaña y el odio. Dilatado en absurdas elucubraciones, disonante con este tiempo, dipsómano para esta edad, escueto en perspicacia y amplio en un populismo de-constructor y vampírico… Al fin esas voces son las armas de utópicos veedores de un futuro que yace momificado en un rincón lejano y viejo de la historia.
Muchas expresiones se han convertido en frases manidas o en lugares comunes dentro del discurso oficial del sistema comunista-cuartelero o socialismo real, que gracia a Dios, ya ha desaparecido en la mayoría de los países que lo padecieron. Pero para hacer honor a la verdad no ha sido privilegio exclusivo de la izquierda estalinista. Hay que reconocer que las dictaduras de derecha y los nacionalismos siempre las han puesto en juego de manera harto suficiente. Hoy, no parece posible que sean eclipsadas, pues tanto para los Nacionalistas de “Socialismo o Muerte”, de “Patria o Muerte, ¡Venceremos!” como para los anticastristas, nosotros, los distintos; Autonomistas y Anexionistas somos unos hijos de Cuba, que hemos ganado, según ellos, por derecho propio; la condición irrevocable, de anticubanos, despreciables e indecorosos vende patrias. Estos iluminados adalides de la moral y de la verdad convertirían con gusto a la prensa en una colegiala pija de sus gobiernos, pues las publicaciones estarían reservadas a reproducir los dictados del nuevo régimen, el cual justificaría su actuación proclamándose guardián del honor y la integridad del país y de todos los cubanos honestos y patriotas. Con esa apología del odio (hate speech), terminaríamos hallando entre nosotros los extremos. Nada nuevo. El germen de la exclusión y violencia sigue vivo y puede crecer dentro de una nueva etapa en la posible y futura “democracia” post-Castro, al menos si no se le pone bozal a esta jauría de insurrectos proscritos y también a los aliñados por la dictadura durante más de cincuenta años en las islas de Cuba.
Me parece bien traer a acotación las palabras del Presidente de la Sección Española de Periodistas Europeos, señor Carlos Luis Álvarez, el cual durante el seminario preparado por esa organización en la Habana, hace ya algunos años, nos brinda sus reflexiones sobre la libertad de expresión, su enfoque es realista y resume de manera contundente una serie de ideas sobre el tema: “(…) Sabemos –dijo- hasta qué punto la libertad de expresión en sociedades democráticas, como la nuestra, se ha monstruizado en un proceso de metástasis, de tal manera que hay muchos grupos de prensa o periodistas que son meras terminales de grupos de intereses y, muchas veces, sectores de la sociedad quedan a merced de ese ejercicio amedrentador que conforma una democracia no estrictamente parlamentaria.
En un célebre ensayo del sociólogo francés Alaín Minc titulado La Borrachera de la Democracia, se pone de relieve que una democracia mediática es una mera democracia de los medios que amedrenta a la Justicia, que amedrenta al Parlamento y que amedrenta a la Sociedad. La libertad de expresión no es algo que está volando por ahí, algo puro e incontaminado, eso no existe. Naturalmente que se ejerce en función de unos intereses, pero al existir una diversidad de grupos privados de comunicación, es decir de existir una pluralidad de intereses, se crea un contraste de intereses, se crea un contraste de informaciones, se crea un contraste de puntos de vistas y se crea un contraste de opinión. Y eso tan sencillo y tan modesto, es libertad de expresión. No es un gran concepto abstracto que vuela por ahí, no. Es sencillamente el contraste entre intereses parciales.”
Aquí no podré analizar con profundidad, por razones obvias, el concepto “libertad de expresión” aunque vale la pena que todos los cubanos hiciéramos un esfuerzo por entender que en este caso los intereses particulares no deben estar por encima de los generales, porque es fundamental que empecemos a concebir y admitir la pluralidad de ideas, no como un obstáculo o impedimento a la hora de crear una sociedad sana, sino más bien como una necesidad práctica y ética desde ya y, en la etapa de transición, cambio y progreso democrático. Ese es el reto.
Por otro lado, si apreciamos con claridad que los medios de información cada vez con mayor realce van determinando comportamientos sociales, debido a que el nivel tecnológico de hoy es capaz de “comunicar” a una enorme masa de individuos en todo el planeta y con una inmediatez inimaginable hace apenas unos veinte años atrás. El teléfono móvil, Skype, Facebook, las transmisiones satelitales televisivas de cientos de canales… La mayoría de estos medios pertenecientes a unos pocos empresarios, los que a la vez son los tenedores del poder de la información a nivel global. Ellos (los monopolios), por supuesto, responden a intereses de individuos y de gobiernos, además tienen la omnipotencia para eclipsar a los canales públicos de comunicación, así como al resto de los medios de noticias independientes de algunos países. Los grandes emporios de la información, habitualmente irrumpen con sus emisiones en debates sobre economía, ecología, cultura, ciencia, ideología… y política con la finalidad de domar la opinión pública y colocar a sus marionetas en los gobiernos “democráticos”. Esta realidad ha servido de justificación a Chávez-Maduro o a Correa para eliminar periódicos y canales de televisión que no convergían con los criterios e intereses políticos de ellos.
En la práctica de los países con democracias avanzada “todas las instituciones con autoridad reguladora sobre los medios, escritos o de transmisión, (son) completamente independientes del gobierno. Los procesos de solicitud de licencias deben ser abiertos y transparentes, donde las decisiones acerca de las solicitudes en competencia sean tomadas sobre la base de criterios preestablecidos, en el mejor interés del derecho del público a estar informado. Además, los poderes de las instituciones reguladoras de las transmisiones (se) limitan a asuntos relacionados al otorgamiento de licencias y a las quejas…( pero también) al existir ciertas formas extremas de expresión que necesitan ser acotadas para la protección de otros derechos humanos, se restringe la libertad de expresión, en tales situaciones resulta siempre un buen acto de ponderación. Una forma particular de expresión que está prohibida en algunos países es la apología del odio…” Las más de cinco décadas de hostilidad del gobierno de los Castro hacía la libertad de palabra, parece haber tenido una reacción negativa en los aperturistas del exilio, al confundir libertad con libertinaje, seguramente esto suceda por no haberse encontrado un ente regulador para los modos y contenidos adecuados de expresión.
Las posibilidades de mantener diálogos entre individuos a través de nuevos medios, como Internet, teléfono móvil... o televisión satelital, de percibir fronteras sin restricciones para el tránsito de ciudadanos y el comercio entre empresas que forman parte del territorio de la Unión Europea. Alcanzar distancias más allá de nuestro sistema solar, clonar especies vegetales o animal que habían desaparecido y reinsertarlas en el medio, construir nuevas y más eficaces tecnologías de transporte, avanzar más allá de lo teórico para viajar en el tiempo, concebir que ya el hombre ha empezado a experimentar y a proponer para el advenimiento del fin del trabajo o por lo menos para el fin del trabajo del modo en que se ha conocido hasta hoy… escuchar en los noticieros hablar de los Drones (aviones de Inteligencia técnica y de combate no tripulado) o que los equipos mecanizados terrestres del ejército israelí disponen de un halo magnético que los hace inmunes a la artillería y a los campos sembrados de minas. Los grandes logros en la biología, en la astronomía, en la biomecánica o en la física cuántica… han logrado que lo que hasta hace muy poco pareciera ciencia ficción hoy sea realidad y en muchos casos ya se hayan superado ampliamente. ¡SEÑORES, EL MUNDO HA CAMBIADO, ESTO QUE VEIS ES EL NUEVO ORDEN Y NO GIGANTES! La inconsciencia o inocencia de aquellos que aspiran a vivir como querían los hombres del siglo XIX, en conucos de tierras con su vaquitas y lechón asegurado para la celebración pascual, es cuando menos una expresión incontrolada de neofobia o desconocen que nos encontramos inmersos y de manera irreversible en un Nuevo Orden Mundial, orden que abarca todas las ramas del saber y del hacer humano. La solución de los problemas en Cuba desde la óptica nacionalista parte de una percepción inadecuada de la realidad, identificando dolencias pasadas con los nuevos males, por ello permanecen recetando remedios incorrectos y señalando de anticubanos a los que les objetan. ¿Quiénes son los anticubanos? Yo no diré que ellos, la ignorancia no es culpa, pero ellos están empedrando el camino hacia el infierno.
El quid de la cuestión es oírnos a nosotros mismos pero también escuchar a los demás, pensar luego y preguntarse más tarde en dónde está la razón. Ni la Constitución del 40, ni la República que pensó Martí es un Opus Dei con vigencia per saecula saeculorum. Un mundo que cambia de manera constante e ininterrumpida exige permutas mentales acordes al ritmo de las variaciones que sufren el medio ambiente, la sociedad, la cultura, la política, la tecnología, la ciencia… y sobre todo la economía. Esas “verdades” dogmaticas y enquistadas en la mente de buena parte de mis compatriotas, reflejan una esquizofrenia escabrosa y al mismo tiempo conmovedora. Permanecer en sus trece con desatinadas propuestas, y sobre todo, defendidas con un lenguaje que recuerda a los integristas religiosos de hoy o a los inquisidores medievales.
Desde ya hay que regular ese lenguaje desaforado, imperativo, cañonero, carroñero y emputado, lacerante, que fluye, refluye e influye y avanza como un tropel de bestias en la pradera, pendiente de virtud y prolongado en cursis e innecesarios eufemismos, que sirven única y exclusivamente para sembrar el descrédito, la cizaña y el odio. Dilatado en absurdas elucubraciones, disonante con este tiempo, dipsómano para esta edad, escueto en perspicacia y amplio en un populismo de-constructor y vampírico… Al fin esas voces son las armas de utópicos veedores de un futuro que yace momificado en un rincón lejano y viejo de la historia.
Salud e integración
¿Qué sucedería si un día Oriente se independiza --con el pretexto de que "La Habana nos roba" y que los orientales hablan diferente a los habaneros--, y al pasar el tiempo algunos pretenden reunificar la isla y volver a ser cubanos todos? Pues simplemente serían catalogados de vendepatrias por aquellos que no ven más allá de sus pestañas. Los nacionalismos cainistas y victimistas no resisten un examen de lógica mínimo porque tanto derecho tiene a ser "patria" Cuba, como la que pudiera tener Oriente, o la provincia de Guantánamo o el municipio de Baracoa, El verdadero patriotismo es "fractal" porque tan patria mía es mi país, como mi provincia, como mi municipio, y puede ser también, el Caribe o la Hispanidad o la América toda. Y mientras más grande y poderosa sea mi patria, más se le respetará en la jungla mundial.
RépondreSupprimerEso podría pasar algún día si las diferencias económicas de un lado y otro continúan acentuándose. No me parece ciencia ficción, sobre todo con lo discriminantes que son los habaneros...
Supprimerno,no creo que los orientales hablen tan diferente de nosotros como para querer independizarse....eso sí,los catalanes y los vascos si que tendrían más motivos...http://www.cubanet.org/?p=51587...léase los comentarios de los cubanos en esa pág.
RépondreSupprimerHay un dicho muy cubano que dice:"cometimos el error de sacar a los ingleses" jejejejejeje
De toda evidencia querido comentador usted no ha leído el texto en cuentión, hágalo y luego hablamos ¿vale?
Supprimerlo que no resiste un examen de lógica mínimo es la sinvergüenzura de todos uds...así que cainistas jajajaja...
RépondreSupprimerDe toda evidencia querido comentador usted no ha leído el texto en cuentión, hágalo y luego hablamos ¿vale?
SupprimerChavy59, le invito a que haga un analice del texto, exponga aquí o donde quiera sus argumentos, "criticar no es morder..." creo que todos te lo agradeceríamos. Usted se ha faltado el respeto a sí mismo pues sin tener argumentos para responder, responde y lo hace sin el más mínimo pudor, y lo haces desde puedes, desde la epidermis.¿Por qué somos unos sinvergüenza ? Si es verdad que los nacionalistas son como los cainitas, solo creen en sus cinco libros; Constitución del 40, José Martí, José Martí, Constitución del 40, José Martí... ESTE ES EL SIGLO XXI, VIVIMOS EN MEDIO DE LA TERCERA GRAN REVOLUCIÓN EXISTENCIAL DEL HOMBRE. En fin exponga con argumentos. Salud e INTEGRACIÓN
SupprimerChavy59, le invito a que haga un analice del texto, exponga aquí o donde quiera sus argumentos, "criticar no es morder..." creo que todos te lo agradeceríamos. Usted se ha faltado el respeto a sí mismo pues sin tener argumentos para responder, responde y lo hace sin el más mínimo pudor, y lo haces desde puedes, desde la epidermis.¿Por qué somos unos sinvergüenza ? Si es verdad que los nacionalistas son como los cainitas, solo creen en sus cinco libros; Constitución del 40, José Martí, José Martí, Constitución del 40, José Martí... ESTE ES EL SIGLO XXI, VIVIMOS EN MEDIO DE LA TERCERA GRAN REVOLUCIÓN EXISTENCIAL DEL HOMBRE. En fin exponga con argumentos. Salud e INTEGRACIÓN
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