mercredi 5 juin 2013

Revisando la Historia de Cuba

En nombre de las ideas elevadas se cometen crímenes contra la razón. Desde que creamos la asociación Autonomía Concertada para Cuba, comenzamos a investigar sobre la reciente historia de España, y a medida en que lo hacíamos, hemos tenido que corregir algunas de las certezas que veníamos vehiculando desde la infancia. Muchas de esas verdades no se resisten al menor análisis lógico y sin embargo, todavía son muy numerosos los que repiten como si se tratara de realidades absolutas; afirmaciones como éstas extraídas de un reciente artículo de la escritora cubana Zoé Valdés titulado De la componenda: “Cuando España nos dejó en la miseria total y más aberrante (campos de concentración incluidos) tras una larga Guerra de Independencia…”.

Por eso, creo que va siendo hora de reevaluar la percepción que sobre la “Guerra de Cuba” tenemos cubanos y españoles. La primera de todas es llamarla por su verdadero nombre. Lo que ocurrió en Cuba no fue una guerra de independencia, sino una Guerra Civil como las que se produjeron en la misma península durante el siglo XIX.

La razón es bastante sencilla y la puede comprender cualquiera: Cuba y Puerto Rico eran provincias españolas igual que Cataluña o Andalucía, de hecho basta echar una ojeada a los diarios de la época para comprobar que se hablaba de “unidad del territorio”, el mismo argumento que se utiliza en la actualidad para negar el reciente discurso separatista de Cataluña.

También hay que referirse a las actuales percepciones de los historiadores que en América y en España, ya dan por sentado que todas las guerras de independencia fueron una entelequia construida por las élites criollas (ayudadas principalmente) por Inglaterra para justificar sus propios intereses, construyendo así una mitología liberadora que justificase la creación de naciones inexistentes cortadas de su base natural, la Hispanidad, para llenarse los bolsillos hasta hoy.

Los países latinoamericanos actuales no estaban constituidos de pueblos oprimidos deseosos de “liberarse” del yugo español; basta darse una vuelta por el blog Hispanoamerica unida para comprobarlo de manera ligera y sintética. En Cuba no había indios sojuzgados que habrían podido justificar ese discurso, sino españoles, (de segunda categoría es cierto, al menos entre 1838 y el Pacto del Zanjón en 1878), pero españoles al fin, con representación en las Cortes del Reino y todo lo demás.

El segundo tema que cabe discutir es el de la miseria en que nos dejó esta tiránica Madrastra. Otro punto que debo rechazar de plano. La destrucción de Cuba no se debió a España sino a la política de la “Tea incendiaria” declarada por Máximo Gómez y ejecutada concienzudamente por los separatistas cubanos que destruyeron puentes, carreteras, centrales azucareros, campos de caña y telégrafos a la dinamita.

A mediados de siglo las arcas de Cuba eran ricas, tanto que con ellas se pagaron las expediciones de Prim a México y a la República Dominicana; sin olvidar los llamados “sobrantes de Ultramar” que sirvieron durante al menos un lustro para pagar el funcionamiento del Estado y de la Corona en ruinas.

Pero cuando hablamos de finales el siglo XIX, también debemos mencionar que Cuba, contrariamente a lo que sucedía en la Península, poseía una reciente y nutrida red de correos y telégrafos, incluyendo un cable submarino conectado con Cayo Hueso, no se puede omitir tampoco la moderna red de ferrocarriles que funcionaban puntualmente. Así es que ¿dónde estaba la pobreza de Cuba? En ninguna parte.

Cuando estalla la segunda Guerra Civil se destruyeron en menos de tres años conscientemente todas las riquezas acumuladas durante todo el siglo, y eso no fue culpa de los peninsulares sino de los propios cubanos, dirigidos (principalmente) por un extranjero que además, terminó destituido por traición durante la Asamblea Constituyente y ayudando al general Woods a arriar la bandera norteamericana en 1902, algo que cuando se cuenta hoy no se lo puede creer nadie en su sano juicio.

A finales del siglo, según lo reconocían los propios diputados con su millón y medio de habitantes Cuba producía tanto o más que la propia Península, “Ignacio González Olivares afirmaba “la exportación de la isla de Cuba, sólo en azúcar y tabaco con su millón de habitantes libres, se aproxima bastante a la exportación total de la península con sus 16 millones de almas” así es que de pobreza nada. A Cuba la destruyeron los propios cubanos y fueron ellos mismos los que se la entregaron además, exhausta, a los norteamericanos permitiéndoles desembarcar en Santiago de Cuba. Aberrante fue lo que hicimos nosotros contra nosotros y eso no fue en modo alguno responsabilidad de España.

Discrepo igualmente de la lectura que hace Zoé Valdés cuando se refiere a los “campos de concentración” creados por el malvado Weyler en Cuba, como uno de los episodios que a su juicio, muestran con claridad la infamia y la estupidez española.

Es cierto que el general español organizó la reconcentración de los pobladores, (repito: ciudadanos españoles y como tal gozando de las mismas prerrogativas y derechos que los demás súbditos del Rey) en las ciudades, con el objetivo de privar a los rebeldes de sus fuentes de sustento. Actuando de esa manera, no estaba más que haciendo lo que tenía que hacer para pacificar a la isla. Así lo hizo Lincoln entre otras peores barbaridades, durante la cruel y salvaje Guerra de Secesión y ahora hasta una película le han hecho en homenaje.

A la guerra no se va a bailar salsa, ni a tirar trompetillas, de hecho, esa política pacifista que practicó el general Martínez Campos al principio en 1895 no dio los resultados esperados, puesto que los mambises, con Gómez y Maceo a la cabeza siguieron poniendo barras de dinamita y quemando los centrales azucareros. Weyler para salvar a Cuba se vio obligando a parar el relajo en que se había convertido aquella contienda poniendo mano dura. Castro hizo lo mismo en 1967 durante la limpia del Escambray y todo el mundo se calló la boca.

Quedan los números de fallecidos que la propaganda norteamericana y separatista cifró en más de medio millón, pero que recientes estudios reducen a menos de 70 mil. Muertos de hambre y de enfermedades pero ojo, no provocadas por la maldad de Weyler, sino por el asedio a las poblaciones de los separatistas, que perseguían y asesinaban a los pobladores que pretendían cultivar la tierra alrededor de las ciudades para sustentarse. Sin olvidar que la quema de campos y la desarticulación de las redes comerciales, cuyos principales responsables eran en primer lugar los insurrectos, impedían el abastecimiento normal de las ciudades.

Así es que se equivoca la señora Valdés cuando arremete contra España de la manera en que lo hace hablando del pasado, pero se equivoca igualmente cuando lo hace refiriéndose al presente, publicitando el análisis sobre la situación que hace del país Antonio Muñoz Molina, titulado Todo lo que era sólido. Un respetable intelectual de izquierdas, que como todos los de su tribu, ignora los principios más elementales de la economía, desconociendo de donde sale la riqueza de las naciones y como esta puede sustentarse sin tener que endeudarse en los mercados. Otros intelectuales españoles, como Jesús Huerta de Soto y Juan Ramón Rallo, defienden puntos de vista completamente contrarios y dejan notas optimistas sobre las que podría sustentarse un análisis más equilibrado.

En conclusión, para rehacer la nación Española (con Cuba dentro) hace falta revisar la historia, es un deber de todos los intelectuales que opinan sobre la actualidad como es el caso de la señora Valdés. Vale alzarse enérgica y dignamente para criticar las componendas con el Castrismo, pero esto ya tampoco es suficiente. Que no se descalifique a España con hechos inciertos y cuestionables, no sea porque tal vez la solución a los problemas de Cuba que tan justamente condena la escritora, venga justamente de la Madre de la que nunca debieron separarnos.

12 commentaires:

  1. Gerard Mazinger4 juin 2013 à 02:32

    no ha sido leido ni será leido por mi...mantendré mi ignorancia sobre el tema...

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  2. Gerard Mazinger4 juin 2013 à 02:33

    llamémosle "Ignorancia Cívica por decisión (Autónoma)"

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  3. bueno, no hay peor ciego que el que no quiere ver...

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  4. Gerard Mazinger5 juin 2013 à 02:46

    Yo incluso,más estricto,no ha de preocuparse por mirar lo que no deseo ver...más resumido,me guardo el derecho de amar la porción de la historia de mi pais que he desidido amar.
    Un consejo,ponga más temas sobre Cuba.Al fin y al cabo de momento su más presente y asiduo lector soy yo mismo.Y ya ud sabe,a mi lo del federalismo no me interesa pues no soy espanol y la muy particular lectura de la Historia de Cuba pro-Espania que hacen vuestros historiadores,tampoco me interesa...
    Claro que ud no escribe para mi,pero letras sin lector se arrugan y marchitan...

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  5. Tiene usted toda la razón, lo del federalismo es porque ahora mismo se está hablando de eso en España y creo que de alguna manera sería interesante que alguien con voz y voto en ese cuento escuche hablar de nosotros. Saludos!

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    1. Sobre el federalismo, salvo saltando el propio significado de las palabras, España no puede ser un "estado federal" porque no existen tales estados soberanos para federarse. Por otra parte, la expresión "estado federal" no indica cómo se reparte el poder. Bien pudiera ser que los estados federados tuvieran menos poderes que las actuales Comunidades Autónomas. En fin, sin entrar yo a discutirlo o respaldarlo, muchos afirman que las Comunidades Autónomas españolas poseen más competencias que los estados que forman a los EEUU.

      Pero como los políticos están acostumbrados a los discursos incoherentes, sí suenan las palabras de federación, aunque gentes de los mismos partidos que las usan digan eso de "España es el país más descentralizado del mundo":
      http://www.libertaddigital.com/cultura/libros/2014-06-27/jorge-vilches-una-solucion-federal-para-espana-72718/

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  6. El primer ferrocarril que se hizo en España fue en Cuba... Quizá no se trato a la isla tan mal como quieren creer algunos... si tan oprimida hubiera estado hubiera dejado la peninsula que las mercancias fueran transportadas por bueyes tirando de carretas no dando la concesion para su construcción...

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    1. Como dice usted... pero no hay peor ciego que el que no quiere ver...

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  7. Los que leen la historia como si esta estuviera escrita para la revista Playboy siguen pensando y actuando como Onam. Ferrán, ni Anonyme ni ningún perturbador metafísico desea la verdad, viven encantados y eso le vasta para ser felices.

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    1. bueno si al menos la leyeran como si fuera playboy al menos todo fuera más entretenido, pero la miran como un sacrificio, pero no el propio sino el ajeno...

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  8. Aquí cuando conviene hemos sido los peores represores del mundo y cuando conviene ($) somos la madre patria . Solos se quedaron y han acabado con una bota militar en el cuello que los esta asfixiando .

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    1. comprendo perfectamente pero podemos mirar hacia adelante???

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