Otro artículo desde Cuba
por: Rayko Macías para ECC
La Feria Delio Luna Echemendía pasó su primer impacto y vive su primer examen. Pasado ya el momento de la expectativa inicial tras concluirse parte de su reparación, el recinto precisa comenzar a andar sin muletas, con vida propia.
Cierto es que los festejos del santiago le agregan una vida, digamos artificial pues todo cuanto vivió en la primera semana estuvo marcado por ese suceso Pero ¿Y ahora qué?. Es la pregunta que pende desde la misma puerta de entrada. Los primeros días enseñaron que sobre la marcha se precisan restañar ciertos rasguños que lastiman su nuevo traje.
Uno de esas manchas es la higiene y la limpieza en las áreas de expendio de alimentos y en todo el recinto. Un recorrido por sus segmentos permite advertir que ya la basura comienza a pernoctar en varios lugares.
Los recipientes resultan insuficientes y mucho peor, aquellos que se han improvisado unen a su pobre aspecto, la lamentable imagen de desechos de todo a su alrededor mientras estos están vacíos.
No todas las cafeterías lucen el mismo rostro y las ofertas pecan de inestabilidad y poca variedad. También se deben acortar las diferencias y contrastes entre los espacios cerrados que deja ver, de un lado, la pomposidad de restaurantes como el perteneciente a la Empresa de Flora y Fauna y la pobreza de imagen del local de Servicios Comunales, donde ni siquiera las propuestas ornamentales logran mitigar la podredumbre del piso y la oscuridad interior.
No es justamente la limpieza lo que prima en la entrada del área de la pesca donde un estanque maloliente y sucio que aspira a ser las veces de acuario, recibe a los visitantes.
También se precisa buscar la alternativa para garantizar la presencia de agua potable de manera estable y habrá que revisar si la agricultura será capaz de respaldar la presencia de sus renglones.
Otro asunto ¿Qué principios regirán los precios de estos? ¿Será el mismo de sálvese quien pueda que gobierna nuestra cotidianidad?
Por la confluencia de servicios tan diversos y divorciados entre sí, sería conveniente reevaluar la administración de la Feria para que puedan vivir en comunión colectiva intereses tan opuestos como la tranquilidad de un bolero y la venta de productos.
La feria cambió para bien, mas precisa retocarse de vez en vez para que no vuelva a morir en la desidia. La reconstrucción en una cosa, y otra muy diferente es el funcionamiento de un proyecto que debe hacer gala de las expectativas que generó y para que de paso justifique la elevación de los precios de entrada.
Se necesita aún mucha cultura de Feria para que esta se convierta en la joya que sueñan los espirituanos. Le falta a este recinto un toque de elegancia, brillo, encanto, IMPACTO Hacerla vivir más allá del carnaval. Convertirla en el corazón de la vida recreativa de Sancti Spíritus es un reto que necesita algo más que el entusiasmo que llevó a recuperar en días la falta de atención de años.
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