vendredi 31 août 2012

Sistema bancario en una Cuba española


Banco Nacional de Cuba

Una vez la consulta popular aceptada en Cuba y en España, habrá que crear enseguida un marco adecuado para sanear la economía y ponerla a funcionar sobre las bases del mercado libre. Las nuevas autoridades autonómicas deberían pensar en negociar un estatuto bancario particular, que tendría como objeto claro evitar que el territorio no caiga en errores de inversión basados en la expansión monetaria. Un modelo que hasta ahora ha servido para financiar el desarrollo del resto de las regiones españolas, provocando la actual crisis bancaria que sufre la Península. 

Como es natural, dado el deterioro de la economía cubana, las necesidades de inversión serían cuantiosas y los inversionistas privados e institucionales europeos, ilusionados por la promesa de ese mercado prometedor a sólo noventa millas de los Estados Unidos, estarían tentados por la inyección masiva de capitales, esperando realizar beneficios en a corto plazo.
El Ché, ministro de economía en Cuba
En un país sin acceso al mercado desde hace décadas y sin cultura económica digna de ese nombre (ver artículo Crédito para todos) tras sesenta años de economía socialista; con el agravante de un fuerte clientelismo heredado e inevitable (todos los cubanos son funcionarios del estado) la tentación de destinar ese flujo de dinero nuevo a fines no productivos mientras se pone en marcha el sector productivo privado sería demasiado fuerte. Una vez que se agote, los cubanos nos convertiríamos en una carga insoportable para el Estado español. Por esa razón, para poder hacerle frente e ese peligro de manera coherente, la obligación un marco adecuado y moderno resulta indispensable.
Banco Nacional de España
El gobierno autonómico cubano no podría oponerse a la instalación en su territorio de las entidades bancarias tradicionales con licencia que rigen en la Península, ni tampoco impedir que el Banco de Cuba  beneficie de las garantías que proporciona el Estado español para garantizar sus depósitos. Sin embargo, creo ineludible que se negocie y contemple en el nuevo estatuto la posibilidad de establecer un sistema bancario propio al territorio, articulado alrededor del Banco de Cuba; obligando por decreto a las entidades peninsulares que operen en la autonomía, la aplicación de una gestión económica sana, basada en el coeficiente de caja del ciento por ciento. Única garantía para evitar el endeudamiento excesivo que tengan que pagar un día todos los españoles, o peor; que en pocos años no se encuentre la isla con una burbuja monetaria capaz de acabar con todo el sistema. Sólo esta garantía impedirá a la larga, que los recursos se malgasten en vano y que se destinen en prioridad al desarrollo del sector productivo privado, el único capaz de crear empleos duraderos y un desarrollo sostenido beneficioso para la isla y el estado español. 

Este, claro, no sería el único problema al cual se enfrentarían las nuevas autoridades monetarias, pero esperamos que este artículo inspire a los economistas liberales dentro de España para imaginar entre todos un nuevo mundo.
Punto de vista de ACC, 2012

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