La Habana, 3 nov (PL) Estados Unidos y su empresariado son quienes perderán más con la autoexclusión de la Zona Especial de Desarrollo en el municipio cubano de Mariel, asegura hoy el diario Juventud Rebelde."Pero su gobierno y los grupos de presión anticubanos prefieren que aquellos pierdan antes que ceder", señala la edición dominical de ese periódico de alcance nacional.
Expone que aunque esta obra es considerada en la prensa mundial como una excelente oportunidad, dudan que alcance su máximo despliegue mientras persista el bloqueo de Washington.
Sin embargo, señala, los puertos en la costa sudeste y este del territorio estadounidense están saturados y ya no tienen casi dónde poner un contenedor, a menos que decidan ampliar sus terminales.
Ello, añade, con la consiguiente destrucción de los frágiles ecosistemas que rodean a parte de sus grandes bahías, o que desplacen infraestructuras, industrias, servicios o urbanizaciones ya construidas, "algo que su ciudadanía nunca va a permitir".
Según el matutino, consta en despachos de prensa desde hace casi una década, antes de hacerse públicos los planes del Mariel, que empresarios, alcaldías y administraciones portuarias estadounidenses mostraron interés por los puertos de Cuba. Debido a ello, advierte, las presiones que se generarán desde el sudeste y el este de Estados Unidos, tras la inevitable "era PostPanamax", obligarán a descongestionar el tráfico marítimo de mercancías en sus localidades, a causa de la falta de espacio en sus bahías y colindancias y al problema ambiental al que podrían enfrentarse.
El diario Juventud Rebelde indica que pese a la política de bloqueo contra Cuba, condenada durante más de 20 años en la ONU, Washington no solo sigue haciendo mutis, sino que continúa con su sistemático recrudecimiento de la política de asfixia económica y fortalece e integra las legislaciones y disposiciones que la rigen.
Expone que las pérdidas ocasionadas al pueblo cubano por el cerco económico, comercial y financiero de Estados Unidos asciende a un billón 157 mil 327 millones de dólares estadounidenses, según el más reciente informe presentado sobre la necesidad de ponerle fin a estas restricciones.
En el caso del sector del transporte (marítimo, aéreo y terrestre, servicios portuarios y aeroportuarios, desarrollo y mantenimiento de las vías y la red de carreteras), los daños en el 2012 fueron estimados en 469 millones 300 mil dólares estadounidenses.
A ello se suma que desde 1992 la anticubana Ley Torricelli ha propiciado que en el área marítima este país antillano haya sido víctima de un constante aumento de los costos de flete y transportación.
La Zona Especial de Desarrollo del Mariel, a 45 kilómetros al oeste de La Habana, será un eje de comercio para el Caribe y las Américas en sus 465,4 kilómetros cuadrados.
Esta área empujará el desarrollo económico, inversión foránea, innovación tecnológica y concentración industrial, de cara a incrementar exportaciones.
Expone que aunque esta obra es considerada en la prensa mundial como una excelente oportunidad, dudan que alcance su máximo despliegue mientras persista el bloqueo de Washington.
Sin embargo, señala, los puertos en la costa sudeste y este del territorio estadounidense están saturados y ya no tienen casi dónde poner un contenedor, a menos que decidan ampliar sus terminales.
Ello, añade, con la consiguiente destrucción de los frágiles ecosistemas que rodean a parte de sus grandes bahías, o que desplacen infraestructuras, industrias, servicios o urbanizaciones ya construidas, "algo que su ciudadanía nunca va a permitir".
Según el matutino, consta en despachos de prensa desde hace casi una década, antes de hacerse públicos los planes del Mariel, que empresarios, alcaldías y administraciones portuarias estadounidenses mostraron interés por los puertos de Cuba. Debido a ello, advierte, las presiones que se generarán desde el sudeste y el este de Estados Unidos, tras la inevitable "era PostPanamax", obligarán a descongestionar el tráfico marítimo de mercancías en sus localidades, a causa de la falta de espacio en sus bahías y colindancias y al problema ambiental al que podrían enfrentarse.
El diario Juventud Rebelde indica que pese a la política de bloqueo contra Cuba, condenada durante más de 20 años en la ONU, Washington no solo sigue haciendo mutis, sino que continúa con su sistemático recrudecimiento de la política de asfixia económica y fortalece e integra las legislaciones y disposiciones que la rigen.
Expone que las pérdidas ocasionadas al pueblo cubano por el cerco económico, comercial y financiero de Estados Unidos asciende a un billón 157 mil 327 millones de dólares estadounidenses, según el más reciente informe presentado sobre la necesidad de ponerle fin a estas restricciones.
En el caso del sector del transporte (marítimo, aéreo y terrestre, servicios portuarios y aeroportuarios, desarrollo y mantenimiento de las vías y la red de carreteras), los daños en el 2012 fueron estimados en 469 millones 300 mil dólares estadounidenses.
A ello se suma que desde 1992 la anticubana Ley Torricelli ha propiciado que en el área marítima este país antillano haya sido víctima de un constante aumento de los costos de flete y transportación.
La Zona Especial de Desarrollo del Mariel, a 45 kilómetros al oeste de La Habana, será un eje de comercio para el Caribe y las Américas en sus 465,4 kilómetros cuadrados.
Esta área empujará el desarrollo económico, inversión foránea, innovación tecnológica y concentración industrial, de cara a incrementar exportaciones.
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