Tomado de Cuba nos une, por Daylén Vega Muguercia
Cafeterías, restaurantes, renta de habitaciones, carretilleros con mejores productos que los del agro, vendedores de cd/dvd, salones de belleza, gimnasios… A veces es posible encontrarlos todos en una misma cuadra.
Tras la toma de la Habana por los almendrones -entiéndase taxis muy muy muy antiguos que aun circulan en la ciudad-, la realidad es otra. Los lumínicos colgantes, volantes y hasta ingeniosos, atrapan la atención del transeúnte, para quien descubrir nuevos establecimientos puede llegar a convertirse en un hobby. Y es que la forma de gestión no estatal parece haber llegado a Cuba para quedarse.
Un antes y un después
Con el reordenamiento de la actividad por cuenta propia en octubre de 2010, esta modalidad se incrementó de 157 mil a más de 455 mil trabajadores, reportando incontables beneficios en la producción de bienes y servicios, y validándose como fuente de empleo.
Siendo las actividades más representativas la elaboración y venta de alimentos (57 776), el transporte de carga y pasajeros (47 733), el arrendamiento de viviendas, habitaciones y espacios (29 952), así como la contratación de trabajadoresasociados fundamentalmente a las gestiones anteriores (91 978).
Las provincias La Habana, Matanzas, Camagüey, Holguín y Santiago de Cuba, reportan el mayor índice de trabajadores por cuenta propia, agrupando el 65 % del total nacional.
De acuerdo con declaraciones de funcionarios del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, el 68% de las personas autorizadas a ejercer esta forma de gestión no estatal no tenía vínculo laboral anterior, el 18% son además trabajadores asalariados y el 14% jubilados.
Tras la ampliación de 181 a 201 actividades a ejercer, la eliminación de suspensión de 8 de 9 actividades que tenían interrumpido el otorgamiento de nuevas autorizaciones, y el aumento hasta cincuenta de las capacidades en restaurantes y cafeterías, es primordial, mantener el orden y el control dentro de una modalidad de empleo en crecimiento.
“Es necesario exigir el cumplimiento de la legalidad, combatir la impunidad y proteger a los trabajadores por cuenta propia que en su inmensa mayoría cumplen lo establecido”, manifestó Jesús Otamendiz, directivo del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, en el espacio televisivo la Mesa Redonda.
Otamendiz resaltó la necesidad de continuar trabajando desde la Dirección de Supervisión de los Consejos de Administración del Poder Popular y de otros órganos para velar y enfrentar las violaciones en las licencias, evasiones fiscales y el mercado negro. Reconociendo que en algunos casos, la proliferación de estas prácticas ilegales se debe a un control inadecuado.
Cuando de ilegalidades se trata
Hace unos días, en la Habana, se conocía del cierre de la Fontanella, una de las mejores dulcerías por cuenta propia de la capital cubana, con altos índices de venta gracias a su variada oferta y excelente servicio. La noticia corrió como pólvora, de boca en boca circulaban las historias, unas más fantasiosas que otras, de las causas que habían podido “originar” su cierre.
La venta de unos 300 cakes diarios cuando en la capital cubana no aparecían huevos o leche ni en centros espirituales fue la explicación dada por algunos. Otros, culpaban a Pánfilo, los turrones y el programa. Siempre hubo quien lanzó un “yo conozco al dueño y andaba en malos pasos”, sin embargo, las respuestas a la interrogante llegaron este miércoles a las siete de la noche a través de la televisión cubana.
Isabel Hamze, directora provincial de Trabajo y Seguridad Social de La Habana, explicó que habían sido detectadas violaciones en la inspección regular que se realiza a trabajadores por cuenta propia.
“Tras realizar la inspección al área, se detectaron violaciones en la licitud de la obtención de materias primas para la confección de los dulces, el pago de impuestos por trabajadores contratados, y siguiendo el procedimiento en estos casos, se le retiró la licencia a titulares y a todos sus trabajadores.”
La directiva explicó que en estos momentos dichos trabajadores están en un proceso de reclamación como establece la ley, y se evalúa el tema, por lo que en estos momentos no se debe hablar de un cierre definitivo. Ya que “si ellos demuestran que los asuntos señalados en la inspección no son así, podrían recuperar su licencia”.
Hamze enfatizó en el amparo de la ley a los cuentapropistas quienes cuentan con los mecanismos legales para reclamar sus derechos. “Una licencia retirada no quiere decir un cierre para siempre”, argumentó, al tiempo en que lanzó un llamado a velar por mantener estas actividades dentro del marco de las legalidades.
“Tenemos que insistir en la disciplina y en la cultura para tributar, igualmente se repiten las violaciones urbanísticas y la obtención de materias primas por vías que no son lícitas. La energía con la que combatamos esto va a ser buena para los laboriosos y decentes que no se han salido del marco regulatorio establecido”.
Con vistas al futuro
El trabajo por cuenta propia ha demostrado su validez dentro de la sociedad cubana, sin embargo, mucho queda por hacer. La forma de gestión se expande, y con ella se hace necesario reinventar mecanismos, ajustar estructuras y crear herramientas que permitan un mejor ejercicio de esta forma de empleo.
La existencia de un mercado mayorista para la compra de insumos resulta imperativa, pues esto también constituiría una forma de evitar la proliferación de la gestión de materias primas en el mercado negro. Algo que piden a voces, quienes se acogen a esta modalidad.
El cuentapropismo no va a resolver los problemas de la economía cubana, pero si la fórmula funciona… ¿por qué no apostar por ella?
Cuba cambia, y con ella su sociedad. Crezcamos, pues. Y lancemos una mirada objetiva desde adentro para así, entre todos, ayudarnos a perfeccionar.
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