dimanche 3 novembre 2013

Cuba: Si hay petróleo, ¿adiós al embargo?, volverán España y Estados Unidos a decidir sobre el futuro de la isla

Este artículo no es novedoso como idea, ya de esto se viene hablando desde hace muchos meses. Es la ocasión en que parece que comenzaran las perforaciones y con ello vuelve el tema a la actualidad. Trae cifras actualizadas y vuelve a la pregunta original. Yo le añadiría que vuelven los mismos protagonistas a un posible momento crucial de la historia de Cuba. Ya en 1898 España y Estados Unidos se repartieron el pastel y dejaron a los cubanos bien pobres. Ahora Cuba tiene el petróleo con un Dictador incluido, España tiene las plataformas petroleras y una Política Exterior de las mas malas y de poca monta desde la época de Canovas y los Estados Unidos, bueno los Estados Unidos ante la presencia de petróleo no se sabe que harían…Cubaout.


La inminente exploración petrolera en aguas profundas de Cuba está poniendo a prueba las clavijas del embargo que Estados Unidos mantiene por 48 años contra la isla caribeña.

Aún en plena turbulencia por el derrame petrolero en el Golfo de México, el anuncio de la llegada de la plataforma Scarabeo 9 a aguas cubanas en el 2011 acaparó expectativas entre las corporaciones de una industria que busca afanosamente caminos de expansión y nuevas fuentes de energía.

“La noticia más importante para la exploración petrolera en la zona es que la Scarabeo 9 estará rumbo a Cuba de un momento a otro”, afirmó el ex ejecutivo petrolero Jorge Piñón, investigador de la Universidad Internacional de la Florida (FIU).

La Scarabeo 9 -una estación semisumergible con capacidad de exploración hasta los 3,600 metros de profundidad- fue construida en China para la firma italiana Saipem y saldrá en breve hacia la isla caribeña para ser operada por el consorcio Repsol-YPF, que planea iniciar perforaciones a comienzos del 2011.
Repsol es una de las ocho compañías extranjeras que pueden operar en la llamada Zona Económica Exclusiva (ZEE) del noroeste de Cuba, un área de 112,000 kilómetros cuadrados divididos en 59 bloques de exploración. A partir del 2001 el gobierno cubano comenzó la concesión de bloques a firmas foráneas en una zona cuyo potencial se estima en 4,600 millones de barriles de petróleo y 9.8 billones de pies cúbicos de gas natural, según cálculos del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS).

En el 2004, un sondeo exploratorio de Repsol confirmó la presencia de hidrocarburos en el bloque marítimo Yamagua-1, al noreste de La Habana, lo que dejó el escenario listo para realizar perforaciones desde una plataforma semisumergible. Pero la ejecución del proyecto se retrasó hasta hoy a causa del embargo, que limita hasta un 10 por ciento la porción de tecnología estadounidense que puede emplearse en equipos destinados a negocios en la isla.

La inmediatez de la perforación de Repsol a sólo 60 millas de los Cayos de la Florida está sirviendo también como catalizador de vínculos entre Washington y La Habana tras la catástrofe de BP y la moratoria temporal decretada por el presidente Barack Obama para la exploración en aguas costeras estadounidenses.

Estados Unidos comprende que el petróleo va a ser en lo adelante un tema insoslayable en las relaciones bilaterales. A pesar del diferendo con Cuba y de la oposición de políticos floridanos, existe desde 1977 un acuerdo de delimitación de fronteras marítimas entre ambos países -confirmado por notas diplomáticas cada dos años- que legitima cualquier actividad económica en aguas cubanas.

A raíz del desastre de Deepwater Horizon, delegaciones de ambos países han sostenido conversaciones en relación con el tema petrolero y la protección ambiental. El Departamento de Estado anunció que concederá licencias para operar en Cuba a firmas especializadas en la prevención y control de derrames.

El gobierno cubano no se cruzó de brazos ante la alarma. La ministra de la Industria Básica, Yadira García, declaró que el país caribeño aumentará la exigencia en las plataformas y el control de los astilleros de conjunto con los inversores extranjeros. En mayo, la Asociación Internacional de Contratistas de Perforaciones (IADC) se convirtió en la primera delegación de petroleros estadounidenses en recibir permiso para visitar la isla, luego que su petición inicial fue rechazada en el 2009. La visita está prevista para finales de agosto.

Pocas semanas después, un grupo de asistentes del Congreso -vinculados a los proyectos legislativos de energía- visitaron la isla para conocer las opiniones de funcionarios y especialistas cubanos sobre el tema de los hidrocarburos.

Aunque las compañías estadounidenses están excluidas de la exploración en la isla, todas las rutas del petróleo cubano parecen apuntar a un relajamiento del embargo como el que propició las ventas de productos agrícolas a partir del 2001.

Un proyecto legislativo bipartidista -pendiente en el Senado desde el pasado año- incluye la opción de que compañías estadounidenses puedan vender equipamiento tecnológico para la industria petrolera en Cuba, e incluso participar en la explotación de los hidrocarburos cubanos.

Si dos gobiernos con antagonismos viscerales como China y Taiwán son capaces de cooperar en perforaciones profundas mediante la asociación de las firmas estatales CNOOC y CPC, ¿por qué no podrían establecerse nexos con beneficios comunes entre Petróleos de Cuba (CUPET) y corporaciones estadounidenses?

Pero no sólo las reservas de crudo convierten a Cuba en un mercado atractivo: los planes de ampliación de refinerías -respaldado con la inversión de Venezuela y China- podrían ser un imán para la industria petrolera estadounidense. Incluso en una era post embargo, uno de los principales beneficiados podría ser Estados Unidos, importador neto de petróleo crudo y derivados, con una capacidad de refino que sólo cubre el 81 por ciento de su demanda interna.

Cuba ha empezado a alistar las piezas del engranaje que deberán quedar listas para un eventual procesamiento de crudos. A la expansión de la refinería de Cienfuegos para asimilar 150,000 barriles diarios, se suman el montaje de una base de almacenaje de combustibles en Matanzas, la reparación del oleoducto Matanzas-Cienfuegos, la formación de miles de obreros calificados y el acondicionamiento del puerto del Mariel, a 40 kilómetros de La Habana, como terminal de carga y descarga de contenedores para suplir la industria petrolera.

La producción cubana en pozos de tierra firme ronda actualmente el 47 por ciento de su consumo -estimado en los 150,000 barriles diarios- y en el 2008 figuró ya como segundo rubro de exportación, con ganancias de $880 millones de dólares.

Wilfredo Cancio Isla | 

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