Si los grandes ceden, ¿por qué no pueden ceder las mediocridades?
A pesar de que tradicionalmente la creación cubana ha sido un epifenómeno de los intereses del Estado y de la Iglesia, y en menor medida de la empresa privada, no es imposible “inventar” símbolos del “desinterés” y la motivación intelectual centrípeta. Ídolos movidos por fuerzas “idealistas” (meta o infra estructurales) entre las que pueden destacarse la curiosidad y el afán de belleza.
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