mardi 30 avril 2013

Nueve de cada 10 jóvenes, quieren marcharse de Cuba

Nueve de cada 10 jóvenes, quieren marcharse de Cuba

CUBANET. Salario de 19 dólares al mes.

El Gobierno cubano se enorgullece de ofrecer atención médica y educación gratuita a su pueblo, pero con una economía golpeada por la ineficiencia y medio siglo de embargo económico de Estados Unidos, el salario promedio equivale a unos 19 dólares al mes.

Los jóvenes han visto a sus padres vivir con lo justo durante años y no quieren correr la misma suerte.

Ellos quieren empleos mejor pagados, ser propietarios de sus casas y autos, tener acceso a Internet y en general a un futuro más brillante. Pocos han viajado al extranjero, así que quieren ver el mundo y vivir una vida que sólo conocen a través de las películas y los turistas extranjeros que visitan la isla.

Algunos quieren tener hijos, pero sienten que no tiene sentido si no tienen dinero y tienen que acabar compartiendo la casa con sus parientes, como ocurre con muchas familias en Cuba.

“Después que me gradué y empecé a trabajar, me di cuenta de que con el dinero que ganaba no era suficiente para mí o para mantener una familia”, dijo Estela Izquierdo, un programadora informática de 29 años, que emigró recientemente a Canadá con su esposo.

No fue una decisión fácil dejar atrás a su familia y la vida que conocía, pero el tiempo apremiaba.

“No puedo esperar toda la vida (para que las cosas cambien). Tengo un reloj biológico, tengo que tener hijos”, afirmó Izquierdo.

Una fotografía de la pareja publicada en Internet los muestra abrigados para protegerse del frío de Canadá, jugando en la primera nieve que habían visto en sus vidas.

Edgar Saucedo, un músico, dijo que también quiere tener una familia, pero en los Estados Unidos, no en Cuba, donde comparte una casa de La Habana con otras siete personas.

“No es posible aquí”, dijo. “Aquí se trabaja y se trabaja y al final del mes tienes 12 CUC, si tienes suerte. Qué puedes hacer con 12 CUC?”, preguntó.

El CUC es la moneda dura cubana, equivalente al dólar estadounidense. Los salarios estatales son pagados en pesos cubanos. Un dólar son 24 pesos cubanos.

La esperanza de Saucedo de viajar a Estados Unidos se basa en un vago plan de ser invitado a tocar allí y no regresar a la isla.

“Voy a hacer el trabajo que tengo que hacer para conseguir lo que quiero”, dijo el músico de 33 años que usa una barba.

El flujo de inmigrantes cubanos no parece destinado a parar en el corto plazo y hasta podría incrementarse.

El Gobierno flexibilizó las leyes migratorias en enero, facilitando los viajes de los cubanos al extranjero. Según diplomáticos estadounidenses en La Habana, la medida aumentó un 10 por ciento la solicitud de visas.

Antes de la reforma migratoria, la mayoría de las solicitudes de visa eran de personas mayores. Hoy son cubanos jóvenes, según funcionarios estadounidenses.

Las escuelas de idiomas de La Habana, particularmente de inglés y francés, están abarrotadas de jóvenes.

Una mujer dijo que comenzó a tomar clases de francés hace tres años con otros 34 alumnos, todos ellos interesados en aprender el idioma para obtener visas de inmigrantes a Quebec, una ciudad francófona. Treinta de sus ex compañeros ya están en Canadá o tienen ya la visa para marcharse, dijo.

Una Isla que envejece

“Una de las cosas irónicas es que Cuba tiene una población educada, pero no tiene nada que ofrecerle. Casi han preparado a sus profesionales para emigrar”, dijo Ted Henken, experto en Cuba del Baruch College en Nueva York.

“Creo que de alguna manera la revolución cubana es lo mejor que le ha pasado Miami, ya que la mitad de su fuerza profesional probablemente se formó allí”, dijo aludiendo a la ciudad estadounidense donde vive la mayor comunidad de exiliados cubanos.

En un mundo con un explosivo crecimiento demográfico y en una región con altas tasas de natalidad y baja edad promedio, la población cubana está disminuyendo y envejeciendo.

El resultado preliminar de un censo del año pasado reveló que la población había disminuido ligeramente hasta 11 millones de personas desde el anterior recuento en el 2002.

La edad promedio de los cubanos aumentó a 39 años desde 36 en el censo del 2002, según cálculos del Gobierno estadounidense, muy por encima del promedio de otros países de América Latina.

El gobernante Raúl Castro emprendió una serie de reformas económicas destinadas en parte a ofrecer nuevas oportunidades que espera resulten atractivas para los jóvenes.

Reuters afirma que la idea de una revuelta juvenil en Cuba parece lejana, pero este Gobierno llegó al poder mediante una revolución de veinteañeros liderada por Fidel Castro y conoce el potencial de una juventud rebelde.

Raúl Castro, que reemplazó en el poder a su hermano Fidel en el 2008 y tiene 81 años, está incentivando más negocios privados.

El número de emprendedores en el sector privado subió a más de 400.000 en la actualidad desde 150.000 en el 2010 y sus salarios son generalmente superiores a los que paga el Gobierno.

Alexander Pérez, de 29 años, es un ejemplo de lo que el Gobierno espera alcanzar. Casi la totalidad de sus antiguos compañeros de la Universidad de La Habana se han ido, dijo, pero él quiso probar el nuevo modelo económico.

Pérez pidió dinero prestado de amigos y familiares para alquilar un local en la céntrica Calle 23 y abrió Havana Pizza. Con el tiempo y aplicando sus conocimientos como administrador de empresas, la gente empezó a gustar de sus pizzas de masa fina -raras en Cuba- y sus precios a partir de 50 centavos de dólar.

En una noche reciente, mientras observaba una larga fila de clientes y revisaba periódicamente los mensajes en su teléfono móvil, Pérez no reveló cuánto gana pero dijo que se alegraba de haberse quedado en el país.

“Hay un amigo mío que me dice que estoy loco porque quiero hacer esto. Pero bien, cada persona piensa diferente. Lo que es una solución para mí no lo es para otro”, dijo.

Marisela Rey, una maestra de primaria de 29 años, también es un ejemplo de lo que al Gobierno le gustaría ver, pero no porque esté comenzando un negocio, sino porque aspira a una vida mejor en Cuba, no en otra parte.

“Si Cuba me da la oportunidad, me gustaría lograrlo en Cuba. Me gusta mi país”, afirmó. “Creo que este sistema es el ideal si lo reparamos y reconstruimos”, añadió.

A ella le gustaría ver líderes más jóvenes, en lugar de los octogenarios dirigentes que han dirigido el país por más de medio siglo.

“Creo que deben dar paso a los jóvenes, porque los jóvenes tienen cosas nuevas, nuevas ideas (…) no pueden esperar más, la juventud se impone”, sostuvo.

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