Como hemos dicho este portal está abierto a toda colaboración relacionada con el tema cubano. Por eso nos complace ofrecer a nuestros lectores en "première mondiale" Este artículo de Rayko Macías, un destacado periodista que vive en Cuba.
Desde hace año
y medio en la geografía cubana se vienen dando casos de corrupción, alineados a
increíbles sucesos lógicos de una economía cada vez mas deteriorada y donde el
tema familia confina al encubrimiento y la confabulación. Una “bomba” con el
dedo en la espoleta, esperando para estallar a la próxima verificación fiscal o la siguiente
auditoría.
Cuando se
hurgan los escombros del descontrol administrativo, sale a la luz lo que todos
saben ya: el subdirector comercial era cuñado del jefe de almacén… o la
secretaria, esposa del director. Operaciones
fraudulentas, alimentadas por relaciones de familiaridad entre los implicados,
crecieron silvestres en Servicios Comunales en el municipio de Sancti Spíritus,
a través de la falsificación el año anterior de las nóminas para el pago
salarial, que desembocó en las turbias aguas de una malversación. Tal como
sucedió en un centro del sector de la Cultura en Sancti Spíritus.
En esa
institución, para hacerle expedito el camino a la autorización de la venta de
un vehículo a favor de un artesano, la secretaria y otros encartados falsificaron
certificaciones de rigor, otros avales que debieron ser emitidos por el núcleo
del Partido, el Sindicato; en suma, el expediente de solicitud completo. Según
datos aportados por la prensa oficialista cubana en Sancti Spíritus, ciudad
opacada en el tiempo, la misma donde los ciudadanos esperan pacientemente desde
hace meses el resultado de un juicio contra una veintena de cuadros del primer
nivel, aunque actualmente, todo parece indicar “que la sazón se queda en
familia”, porque aun no hay fecha para enjuiciar a los responsables.
Al comentar
por qué los vínculos de parentesco que afectan la contrapartida en el control
interno en las entidades gubernamentales no deben permitirse, Gladys María
Bejerano, contralora general de la República, subrayó a la prensa nacional: “(...)
eso es tentar al diablo. Hasta si no sucede nada, está la duda, porque la gente
dice: claro, como es su hijo”.
¿Cuáles son las estadísticas oficiales al respecto al término del primer semestre del actual año, si se compara con el cierre del 2011?
Seis entidades
no reportaron variación, tres resolvieron los problemas de contrapartida
(Empresa Provincial Transporte, Vivienda y Deportes) y dos, en determinada
medida: Empresa Provincial de la Construcción, de cuatro que existían, dos
solucionadas, y Comercio, de cuatro, tres. De modo contraproducente, el sector
de la Salud incrementó de siete a 10. A nivel de la Subordinación Local, de 26
relaciones de parentesco que perjudicaban la contrapartida, se disminuyó a 22.
A primera
vista parecen funcionar los contrales estatales, sin embargo, en dependencia de
los referentes de análisis de que usted disponga, podrán apreciase mejor estas
cifras. Sólo me permito retomar un dato que debiera anotarse con la caligrafía
del mejor de los amanuenses: las afectaciones por el delito económico en
Sancti Spíritus ascendieron a 27 millones de pesos el año anterior,
según el Ministerio del Interior en la provincia.
Alguien
pudiera inculparnos de que estamos viendo fantasmas donde no hay, y argumentar
a seguidas que la deshonestidad no asiste a todos los seres humanos. Esta
última razón no la obviamos; pero, ¿no será más sensato evitar los riesgos
potenciales de corrupción, delito y de ilegalidades, en general?
En opinión de
Esmeralda Pérez Pérez, jefa del Departamento de Procesos Penales en la Fiscalía
Provincial, tales riesgos no deben correrse ni admitirse. A su juicio, las
relaciones de parentesco dejan sus marcas, sus secuelas, no solo en la
administración de recursos; sino, también, en la toma de decisiones, evidente
en las evaluaciones del desempeño del familiar que ocupa alguna función en la
entidad. “Generalmente, no se le hacen señalamientos”, comenta Esmeralda
Pérez.
Sin desestimar
la vergüenza humana, Rolando Díaz Vergel, fiscal jefe provincial, asegura que
cuando este tipo de vínculos se manifiesta en estructuras de dirección y, por
tanto, de subordinación, se abre paso la tolerancia ante vestigios de
indisciplina, de descontrol. Además de subrayar el impacto del asunto que
promueve estas líneas, Díaz Vergel sugiere no olvidar su alianza con el
nepotismo, cuyo enfrentamiento sin toallas tiradas fue declarado desde hace
buen tiempo por la máxima dirección del país, que, a la par de ello, ha
orientado respetar, con punto y coma, lo establecido.
Sobre la mesa,
la Resolución No. 60/11 “Normas del Sistema de Control Interno”,
suscrita por la Contraloría General de la República, donde aparece el principio
de división de funciones; al violarse este, a raíz de la presencia de
relaciones de familiaridad, queda en entredicho la contrapartida efectiva,
capaz de prevenir y detectar el menor indicio o hecho, familia del delito
económico.
“Muchas
entidades han realizado el levantamiento de ese tipo de relaciones; sin
embargo, no han accionado, no han tomado las medidas para redistribuir el
personal y, de esta forma, no se afecte el control interno”, expone
María Elena Zulueta Manzano, directora de la Unidad Central de Auditoría
Interna (UCAI) del CAP.
En sus
diligencias habituales, la UCAI mantiene en la agenda la detección de los
vínculos familiares en las entidades y organismos, fenómeno con tendencia a
disminuir, a criterio de Zulueta Manzano.
Sin dudas,
solo un enfrentamiento radical, sistemático y sin extremismos, le cortará las
piernas al favoritismo, al desvío de recursos, al descontrol administrativo en
un país que busca meter en cintura su economía.
Sugiero no
pecar de ingenuos: la rutina hace tanto daño como las aciagas intenciones de
algunos directivos y funcionarios de reservarle esta o aquella plaza laboral a
un sobrino, un primo…, para que luego el encubrimiento y la confabulación
hagan, no precisamente un acto de fe, y
el delito, ¡vaya!, quede en familia.
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