V. Las Comunidades Autónomas y la Unión Europea
La
Unión Europea (UE), organización multinacional de la que España es miembro,
añade una dimensión adicional al panorama de los recursos, poderes y espacio de
actuación de las CC AA en el ámbito internacional. El Tratado de
Maastrich, que sienta las bases de la integración política de Europa,
reconoce el papel de las “regiones”, subdivisiones administrativas de los
Estados nacionales (como las CC AA en España, los Länder en Alemania, o el País de Gales y Escocia en
la Gran Bretaña), en el esquema organizativo de la UE. El espacio que la
UE abre a entidades que representan los intereses de grupos étnicos responde a una
serie de factores, entre estos el reconocimiento del respeto a la identidad
grupal como parte de los derechos humanos básicos; y el apoyo a la
descentralización y la autonomía, remedios que mantienen la unidad del Estado, como
soluciones a los conflictos internos entre nacionalidades. La UE ha constituido
un Comité de Regiones, independiente de los otros órganos gubernativos (el
Parlamento Europeo, la Comisión, y el Concilio de Ministros), como cuerpo
facultado para emitir opiniones sobre asuntos de interés para las
regiones. Cabe recalcar que uno de los principios fundamentales de la
organización de la UE es el de la subsidiariedad, que limita el poder de la UE
para administrar programas de la organización dentro de los Estados miembros.
El resultado es que la UE provee a las regiones de Estados descentralizados la
responsabilidad y los recursos económicos para implementar las directrices y
regulaciones de la organización. Las acciones del Comité de Regiones indican
que las regiones se convertirán en un elemento principal, junto con los Estados
nacionales, en el desarrollo de los poderes, estructuras y objetivos de la Unión
Europea.
Las CC
AA españolas de Cataluña y el País Vasco han desempeñado un papel sumamente
importante en la trayectoria del Comité de Regiones europeo, reflejando la
flexibilidad que tienen las CC AA para actuar en el campo internacional,
incluyendo el poder tener representación diplomática propia ante la sede
de la ejecutiva de la Unión Europea en Bruselas. Siendo Puerto Rico una
Comunidad Autónoma, la isla contaría con representación no solamente en el
Comité de Regiones de la UE, sino también podría establecer su propia oficina
para entablar contactos directos con los órganos directivos dela organización,
y las delegaciones oficiales de otras regiones y Estados nacionales miembros.
La presencia y participación de Puerto Rico en la UE significaría para la
isla el tener voz y voto independientes ante la principal entidad económica del
mundo en la actualidad. El proceso de unificación política en Europa, que
apenas esta comenzando, puede también resultar en que la UE, una vez se
incorporen a la Unión los países de la Europa Oriental y culminando con la
eventual integración de Rusia, desplace a los Estados Unidos como la principal
potencia militar y política mundial en el siglo XXI.
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