El Directorio central de las Sociedades de Color
Por Marta Denis Valle*La Habana, (PL) El periodista cubano Juan Gualberto Gómez encabezó el Directorio Central de las Sociedades de Color, que agrupó a numerosas asociaciones de negros y mulatos para la defensa de sus asociados, tras la abolición de la esclavitud, en 1886. Desapareció la esclavitud, por decreto y en el lenguaje oficial.
Las sociedades de negros y mulatos quedaron constituidas en Cuba, a finales del siglo XIX; de1878 a 1899 se fundaron 156 de este tipo, buena parte de ellas antiguas cofradías o hermandades.
Según la legislación española vigente, estaban obligadas a inscribirse y funcionar con una estructura similar a las sociedades de blancos.
En 1891, Juan Gualberto Gómez Ferrer (1854-1933), hijo de esclavos, fue elegido presidente titular del Directorio, y en su agenda estuvo también la causa de la independencia de Cuba por la que ya habían luchado centenares de hombres y mujeres negros y mestizos.
Gómez Ferrer (1854-1933), patriota y político cubano, consagró su vida a la defensa de la independencia de Cuba y a la elevación cultural y social del negro.
Dirigió los periódicos La Fraternidad y La Igualdad, en los cuales su pluma defendió los derechos de sus hermanos de raza a empleos decorosos y los ideales de la igualdad y la futura independencia nacional.
Nació libre en un ingenio azucarero en Sabanilla del Comendador, Matanzas, el 12 de julio de 1854, gracias al esfuerzo de sus padres para comprar su libertad todavía en el vientre materno, y falleció en La Habana, el 5 de marzo de 1933.
El Directorio efectuó una importante asamblea -23 al 27 de julio de 1892-, con la mayoría de las entidades negras, en la cual discutieron acerca de la igualdad ante la ley y la educación, las relaciones con los partidos políticos y las corporaciones económicas.
De la misma salió el acuerdo de organizar los directorios desde la base: localidad, provincia y nación, frente a la política integrista española y el partido autonomista, fundado por cubanos que demandaban reformas sin aspirar a la independencia,
Con auspicio oficial apareció el casino español "de color", independiente de las sociedades hispanas, con adeptos al régimen monárquico.
Su representante en La Habana Rodolfo Hernández, descendiente de un traficante de esclavos, señaló en una carta del 24 de septiembre de 1881:"España debe darnos la ciudadanía a los hombres de color como medio de asegurar para siempre la integridad a su territorio".
Afirmaba que los negros lucharían en los campos de batalla contra los enemigos de la Metrópoli española.
Al estallar otra vez la Guerra Independentista, en 1895, Juan Gualberto fue protagonista de sus preparativos y miles de negros y mestizos participaron en defensa de la causa cubana.
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