José Luis Gómez, MADRID, 31 Dic. (OTR/PRESS) -
El PSOE intenta abrirse paso entre las posiciones recentralizadoras, se supone que del PP y UPyD, y las tendencias independentistas, que abanderan CiU y ERC en Cataluña, pero que también pueden seducir al PNV y, obviamente, a Amaiur, la coalición soberanista que actúa en el País Vasco y Navarra. La alternativa socialista es el federalismo, pero todavía no está definida, sino en proceso de elaboración, del mismo modo que sus nuevos postulados económicos y fiscales. En la práctica, España ya es un Estado tan federal como cualquier otro de los Estados federales que existen en el mundo. La diferencia, como diría el ex presidente catalán Pasqual Maragall, estriba en que aún no le llamamos así. ¿Por qué se replantea entonces este nuevo debate en el PSOE? En realidad, no es tan nuevo, ya había aflorado con la llegada de Zapatero a la secretaría general del partido. Y tal vez se abrió mal y se cerró peor.
Lo que pudo haber comenzado por una reforma constitucional -rechazada por el PP-, derivó en reformas estatutarias, alguna de las cuales, como la del Estatut, terminó como el rosario de la aurora. Y de ahí viene precisamente el lío de ahora, por utilizar una expresión que le gusta tanto a Rajoy. Y menudo lío, porque Cataluña amenaza con irse. Primero exigió el pacto fiscal, Madrid se lo negó tras recortarle el Estatut y Barcelona salió a la calle en la Diada, el 11-S. Desde entonces, la deriva soberanista no ha hecho más que subir de tono, hasta reunir el apoyo concertado de CiU y ERC.
Si se quiere contener la tensión con Cataluña, cabe volver a hablar del pacto fiscal. Tiene difícil encaje constitucional pero nada impide que se vaya a una fórmula federalizante que colme la legítima aspiración catalana de más autogobierno fiscal. También cabe, ya en un caso extremo, la solución confederal, que pasaría por que Cataluña siguiera manteniendo ciertos vínculos con España. Lo que sí parece insuficiente a día de hoy para Cataluña es la reforma limitada de la Constitución. Recordemos: Senado, reconocimiento explícito del nuevo tratado europeo, inscripción del nombre de las comunidades autónomas y derogación de la cláusula que discrimina a las mujeres en la sucesión de la Corona. Sea cuando sea y como sea, España ya debe llegar más lejos.
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