LA HABANA, Cuba, diciembre, www.cubanet.org -Las conclusiones de la reunión ampliada del Consejo de Ministros fueron dadas a conocer, de manera muy resumida, por la prensa oficial, el pasado 3 de diciembre. Y para asombro de muchos, se dijo al respecto que el Producto Interno Bruto (PIB) creció 3,1%, algo realmente cuestionable y contradictorio, por el calamitoso desempeño de la economía cubana.
En dicha reunión, parece que no se dio a conocer a cuánto ascendieron las pérdidas ocasionadas a la agricultura, la industria, las instalaciones aeroportuarias, las redes viales y ferroviarias, así como a la infraestructura de viviendas y edificaciones sociales, debido al paso del destructor huracán Sandy por las provincias de Guantánamo, Santiago de Cuba y Holguín.
Los resultados en la producción de bienes, durante estos 12 meses, fueron bastante pobres, lo cual pone aún más en entredicho el anunciado crecimiento del PIB.
La agricultura incumplió en 12 renglones fundamentales. Se destaca la baja producción de leche y de cítricos, que reportó una apreciable caída. De igual manera, decayó la producción de carne de cerdo. Tampoco en la producción de papa, los frijoles, el maíz, los huevos, las frutas y los vegetales se logró la meta fijada para el año.
¿Cómo es posible que se hable del crecimiento del PIB, cuando la exportación de níquel tuvo una apreciable contracción, motivada por la caída de los precios de este metal, cuya cotización estuvo todo el año en baja? Ello, incluso, obligó al gobierno cubano a tomar la drástica medida de cerrar definitivamente la obsoleta planta ubicada en Nicaro, Holguín, y despidir a sus 6 000 trabajadores.
¿Cómo es posible hablar de crecimiento económico si el sistema empresarial cubano continúa atrapado en el caos de las deudas por cobrar y pagar?
Al cierre de septiembre, las cuentas vencidas se elevaban a cientos de millones de dólares. Esta situación de los impagos provoca los financiamientos indeseados de todo el sistema empresarial, debido a que cuando se compra, no se paga, y cuando se vende, no se cobra, lo que ha originado un círculo vicioso que no parece tener fin y que se revierte en la baja eficiencia de todo el sistema productivo y de servicios. Al no tener dinero en efectivo, las empresas no pueden cumplir con sus obligaciones de compra de insumos, ni aun con el pago de salarios a sus trabajadores.
Este significativo incumplimiento en la producción de bienes, agravado por los deprimidos resultado de la pasada zafra, cuando sólo se produjeron 1,3 millones de toneladas de azúcar, dejan bien claro, aunque el gobierno lo niegue, que la economía cubana despide el año 2012 sumida en una grave recesión.
Aunque el ministro de Economía y Planificación, Adel Izquierdo, no lo dijo, el peso mayor del crecimiento del PIB se atribuye simplemente a la entrada de turistas, con una cifra que puede llegar a los 2,9 millones de visitantes.
Canadá es el primer país emisor de turistas, y le siguen de cerca, en segundo lugar, los cubano-americanos. Todo apunta a que éstos sobrepasarán con creces el número de 500 000 que visitaron su patria en el pasado año. A ese monto se debe sumar los 2 500 millones de dólares por concepto de remesas, enviadas por los emigrados cubanos, principalmente desde Estados Unidos.
A las entradas de divisas por concepto del turismo y de remesas, hay que sumar los casi 7 000 millones de dólares por concepto de exportación de los servicios de personal médico y paramédico, principalmente a Venezuela.
Esta significativa entrada de divisas provenientes de la venta de servicios, sitúa a la economía cubana, con sus particularidades, como típicamente rentista.
La producción y exportación de bienes está en su peor crisis. La puesta en práctica de los 331 lineamientos aprobados en el VI Congreso del Partido Comunista, descansa en la planificación centralizada y no en el mercado, pero los resultados de estos 12 meses demuestran su total ineficacia.
Cubanet. Lunes, Diciembre 31, 2012 | Por Osmar Laffita Rojas
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